«Sí, ganamos». Es lo que declaró el influyente comentarista israelí Amit Segal en un artículo publicado en Israel Hayom el 10 de octubre, después de que Israel y Hamás llegaran a un acuerdo de alto el fuego negociado por Estados Unidos la semana pasada.
“Quien no está en la mesa es parte del plato”. Creo que Israel va a intensificar su opresión sobre Cisjordania, de alguna manera. Yo estaría atento con respecto a lo que pueda pasar ahí. Y bajo ningún punto pensaría que esto es un acuerdo de paz. Puede ser un principio.
Ahora, lo más importante, lo más fundamental, es salvar a los palestinos, terminar de una vez por todas con el genocidio. Y salvar… ¿sabés qué también? Salvar el alma de la sociedad israelí. El alma de la sociedad de Israel está muriendo.
O bien estos Estados son cómplices del genocidio, o bien no están lo suficientemente preocupados como para tomar medidas efectivas para detenerlo (o bien están ocupados librando su propia guerra de agresión, como Rusia en Ucrania). El hecho es que todos los países en cuestión tienen vínculos económicos, militares y políticos multifacéticos con Israel, que hasta ahora han prevalecido sobre la necesidad de detener el genocidio.
El ministro de Guerra, Israel Katz, hizo una promesa y la está cumpliendo: la misión de desplazar y transportar, concentrar y hacinar, comprimir y aplastar a cientos de miles de seres humanos más en un minúsculo pedazo de tierra al sur de Gaza.
El reconocimiento internacional de un Estado palestino recompensa a Israel, que debería agradecer a todos los países que lo hacen, porque ese reconocimiento sirve como alternativa engañosa a lo que realmente debe hacerse, es decir, imponer sanciones.
Aunque los rumores sobre este proyecto parecen provenir de la imaginación de los “teóricos de la conspiración", está lejos de ser una ficción y está más cerca que nunca de convertirse en realidad.
Más de 500 personas han muerto desde el domingo 13 en enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y milicias locales en el sur del país.
Enterrar a sus muertos, darles sepultura y hacer el duelo es un acto eminentemente político cuando se realiza bajo la dominación colonial. Como representa un momento de encuentro y de comunión, es un acto de resistencia. Por eso, el duelo se convirtió en blanco de ataque de la política israelí.
La liberación del pueblo iraní de la dictadura que reina sobre el país sólo puede lograrse mediante la lucha de las masas y los movimientos sociales autónomos. Nunca podrá lograrse depositando nuestras esperanzas en potencias extranjeras o alineándonos con ellas.
Apoyamos firmemente a los pueblos de Irán, tanto en su continua resistencia a la dictadura como en su derecho a vivir libres de toda agresión militar extranjera.
Esta cárcel es un lugar de encarcelamiento injusto para muchos presos, sobre todo trabajadores y trabajadoras, profesores, estudiantes, mujeres, defensores de los derechos de los niños, periodistas, artistas y activistas políticos, ideológicos y cívicos. Bajo ninguna circunstancia debe ser el objetivo de un ataque militar en el marco de una guerra entre dos Estados.
Un colectivo de 15 organizaciones de defensa de los Derechos Humanos y jurídicos [véanse los logotipos] pidió la suspensión de las operaciones de ayuda de la Gaza Humanitarian Foundation (GHF), advirtiendo que esta iniciativa, apoyada por Israel y Estados Unidos, podría ser cómplice de crímenes internacionales.
El enfrentamiento militar entre una potencia sobrearmada que libra una guerra genocida y la República Islámica de Irán, un Estado dictatorial que se mantiene desde hace más de 46 años mediante la represión y el terror, es un desastre para los pueblos.
“Si no se pone fin al actual bloqueo de más de 100 días al combustible que llega a Gaza, los niños y niñas empezarán a morir de sed.”
Nosotros, los israelíes, debemos comprender que no somos inmunes. Un pueblo cuya existencia depende únicamente del poder militar está condenado a acabar en los rincones más oscuros de la destrucción y, finalmente, en la derrota.
El número de víctimas del asalto genocida contra el pueblo de Gaza sigue aumentando inexorablemente, y la destrucción sionista de la Franja de Gaza y su despoblación ("limpieza étnica") continúa a un ritmo extremadamente peligroso, con el objetivo de crear una situación irreversible.
A la destrucción sistemática de la Franja de Gaza y a la matanza de su población se suman la hambruna y la destrucción de los medios médicos como complementos de la guerra genocida. El Estado de Israel ha decidido que ningún palestino debe permanecer en su tierra.
El Gobierno israelí ha permitido la entrada de una cantidad “mínima” de ayuda para evitar las críticas de EEUU. El jefe humanitario de la ONU advierte de que 14.000 bebés morirán en las próximas 48 horas si no llega ayuda a tiempo.
Argumentos culturales, históricos, filosóficos, teológicos y políticos explican el antisionismo de miles y miles de judíos sin portavoces, plantea la autora en este texto.
¿Triunfó la revolución siria con la caída del régimen de Assad? ¿Lo que observamos desde diciembre de 2024 es realmente una revolución exitosa, cuyo camino ha sido largo y sinuoso?
El fenómeno de no cumplir con las obligaciones militares ha cobrado un nuevo protagonismo desde el 7 de octubre. Un nuevo libro, que acaba de salir a la venta, del autor y fotógrafo Martin Barzilai, recoge los testimonios de quienes dicen "no" al Ejército en Israel.
Nosotras y nosotros, habitantes de Gaza, hemos llegado más allá del agotamiento. Nadie puede soportar lo que estamos viviendo, entre la muerte y la no vida. Lo peor, para nosotros, es no poder proteger a nuestras familias. Es ver a un familiar, o a un hijo, herido, sin poder recibir tratamiento. Lo peor es ver a un hijo sufrir, sin anestesia ni analgésico.
La académica yemení Helen Lackner explica cómo el grupo rebelde, antes impopular entre sus súbditos y periférico en la región, ha visto incrementada su legitimidad gracias a su acción a favor de Gaza.
La batalla que se está librando en Turquía es cada vez más importante para todo el mundo. Si gana el movimiento popular turco, su victoria tendrá un impacto significativo en la galvanización de la resistencia al ascenso del neofascismo en todo el mundo.
Todos los sectores de la oposición se movilizan, incluida la izquierda radical, contra lo que ahora se llama «el golpe de Estado del 19 de marzo»
Ahora que Trump ha regresado a la Casa Blanca con mucha más arrogancia que durante su primer mandato, la posibilidad de recrudecer la guerra en Yemen con una implicación directa de EEUU se ha vuelto muy real.
Escasez de gas y electricidad, fábricas paralizadas, escuelas y oficinas gubernamentales cerradas y una moneda que se desploma. Tras su debacle en Siria, Teherán está ahora inmersa en una crisis total a la espera de la llegada de Trump a la Casa Blanca.