Tropas de seguridad sirias en Sweida, de mayoría drusa, poco después de bombardeos israelíes el 15-7-2025. Foto: Bakr Alkasem
Libération, 16-7-2025
Traduction de Correspondencia de Prensa, 17-7-2025
Unas 250 personas (más de 500 al día de hoy, 17/07. NdT) han muerto desde el domingo en enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y milicias locales en el sur del país.
Una nueva réplica violenta desde el terremoto de cambio de régimen en Siria tiene lugar en la provincia mayoritariamente drusa de Sweida, en el sur del país. Los enfrentamientos entre los grupos armados locales y las fuerzas gubernamentales han dejado unos 250 muertos desde el domingo 13 de julio. Este enfrentamiento intrasirio es agravado por las incursiones de la fuerza aérea israelí, que pretende defender a la comunidad drusa. Si bien el Ministerio sirio de Defensa del gobierno de transición anunció el martes 15 de julio un alto el fuego «tras un acuerdo con los notables de la ciudad», la situación de la zona sigue siendo confusa. Es tanto más confusa cuanto que los llamamientos contradictorios de los dirigentes de la comunidad drusa se superponen al comportamiento provocador de los combatientes de las autoridades islamistas sirias.
No son las primeras tensiones violentas entre el nuevo gobierno sirio y la comunidad drusa, que representa alrededor del 5% de la población siria. Pero sí ilustran, tras las masacres contra los alauíes en marzo y el ataque asesino contra la iglesia cristiana en junio, las dificultades de las autoridades provisorias suníes salafistas para hacer frente a los desafíos de un país abatido por catorce años de guerra civil y décadas de dictadura.
¿Cómo estalló la crisis en la provincia siria de Sweida?
El domingo se encendió la chispa a raíz de un banal incidente local entre tribus beduinas y combatientes drusos en la carretera entre Damasco y Sweida, tras el secuestro de un comerciante druso en un puesto de control. Las fuerzas gubernamentales intervinieron, alegando que querían pacificar la región, pero supuestamente participaron en los combates contra las facciones drusas junto a los beduinos, según los testigos. «Los combatientes salafistas atacaron lugares de culto, saquearon casas y les prendieron fuego», dijo Ramzi (nombre modificado) desde Damasco, originario del pueblo de Mazraa, cerca de Sweida. «Mi familia tuvo que abandonar su casa por miedo a las atrocidades cometidas por los dirigentes de Damasco», añade el profesor, que no oculta su oposición a los que derrocaron el régimen de Assad.
El lunes, las autoridades de Damasco declararon el toque de queda en la ciudad, que había sido ocupada por sus fuerzas de seguridad, y les pidieron a los habitantes «que permanecieran en sus casas y las mantuvieran informadas de todos los movimientos de los grupos ilegales», en referencia a los grupos armados drusos. El martes (15/07) por la mañana, el ministro sirio de Defensa, Mourhaf Abou Qasra, anunció en X «un alto el fuego total, tras un acuerdo con los notables de la ciudad».
«Ha habido muchos actos de violencia en la provincia en los últimos días, cometidos por todas las partes», afirma Firas Kontar, académico franco-sirio de la provincia de Sweida. «Pero el gobierno se negaba a negociar otra cosa que no fuera la rendición incondicional de la ciudad, obtenida esta mañana», precisa en Facebook.
¿Cuáles son las fuerzas presentes?
Los enfrentamientos estallaron el domingo entre combatientes drusos y tribus beduinas, cuyas relaciones son tensas desde hace décadas. La hostilidad entre las tribus beduinas y los habitantes drusos de la región tiene una larga historia», recuerda Ramzy. Los enfrentamientos entre pastores y agricultores por simplemente algunas ovejas que pastan en los cultivos terminan regularmente con 3 ó 4 muertos», afirma Ramzy, que acusa a las milicias yihadistas que actúan en nombre del nuevo gobierno de apoyar a los beduinos.
Ya era el caso bajo el régimen de Bashar al Assad, incluso antes del inicio de la guerra civil en 2011. «Las milicias drusas empezaron a formarse en 2013-2014 para enfrentarse, precisamente, a las tribus beduinas», señala Rami Abou Diab, profesor de la Universidad de la Sagesse de Beirut y especialista sobre los drusos. «El régimen actual quiere imponer su autoridad en todo el territorio, sobre todo en las regiones dominadas por las minorías, como hemos visto en el caso de los alauitas.»
Los representantes de la comunidad drusa están divididos con respecto a la cooperación con el nuevo gobierno. Uno de sus principales jefes religiosos, Hikmat al-Hijri, se desdijo del acuerdo de alto el fuego, afirmando que lo había aceptado «bajo presión», antes de pedir protección internacional. Por el contrario, el líder de la principal milicia drusa, Laith al-Balous, trata de coordinar estrechamente sus esfuerzos con los ministerios de Defensa e Interior, según el especialista de Siria Charles Lister.
En un escenario que ya se ha repetido en otras regiones sirias desde la caída del poder de Bashar al-Assad, las fuerzas gubernamentales islamistas son acompañadas por combatientes que no están claramente identificados y que cometen actos de violencia.
¿Cuál es el papel de los israelíes?
El ejército israelí ha llevado a cabo varios ataques aéreos desde el domingo contra las fuerzas gubernamentales sirias, causando varios muertos entre sus filas, incluso el martes por la mañana después del anuncio de un alto el fuego. «Actuamos para impedir que el régimen sirio perjudique (a los drusos) y para garantizar la desmilitarización de la zona adyacente a nuestra frontera con Siria», declararon el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ministro de Defensa, Israel Katz, en un comunicado conjunto.
«Los ataques israelíes son una advertencia, no una protección», afirma Alice Mefrej, miembro del movimiento feminista sirio, en Facebook. El objetivo de Israel es imponer su superioridad y mantener las posiciones que ocupó en territorio sirio desde el día siguiente al derrocamiento del régimen de Assad.»
«[El jefe religioso] Hikmat al Hijri se equivoca al creer que Israel quiere proteger a los drusos», confirma Rami Abou Diab. El académico establece el vínculo entre la presión militar israelí y los contactos existentes para llegar a acuerdos de seguridad entre Siria e Israel. Al parecer, en los últimos días han tenido lugar reuniones extraoficiales en los Emiratos Árabes Unidos y Azerbaiyán durante las visitas del presidente Ahmed al-Charaa a ambos países.
¿Qué salida para la crisis?
Estos enfrentamientos no han hecho sino exacerbar las tensiones entre el gobierno y la comunidad drusa. Esta última lo rechaza en general, sobre todo porque Damasco quiere imponerse en las regiones minoritarias. Sin embargo, durante los anteriores enfrentamientos en abril, sobre todo en Jaramana, un suburbio de Damasco con una importante comunidad drusa, se alcanzó un acuerdo integrando a los combatientes drusos en las fuerzas del orden gubernamentales.
«No niego los problemas relacionados con las distintas milicias de Sweida, ni la presencia de antiguos leales y traficantes – escribe Firas Kontar-, pero después de las masacres en la costa y en las ciudades drusas, el gobierno de transición debería haber reestructurado a fondo su aparato de seguridad. Sin embargo, no ha habido voluntad de hacerlo, ya que fue precisamente este aparato de seguridad el que dio legitimidad a Al-Charaa». Dada la confianza rota entre las dos partes, «una descentralización debería permitir a los drusos proteger su región, su religión, sus lugares de culto y a sus habitantes con sus propias fuerzas», añade Ramzy desde Siria.
A nivel regional, «Estados Unidos pide la desmilitarización del sur de Siria», señala Rami Abou Diab. El árbitro estadounidense es «el único capaz de pitar el final del partido», añade el académico libanés.