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Campaña de firmas. «Solidaridad con los pueblos que luchan contra la guerra, el colonialismo y la dictadura. ¡No a la guerra de Israel y Estados Unidos contra los pueblos de la región!»
Solidarité Socialiste avec les Travailleurs en Iran (SSTI), 30-6-2025
A l’encontre, 30-6-2025
Traducción de Correspondencia de Prensa, 1-7-2025
La guerra desatada el 12 de junio por el Estado colonialista y criminal de Israel contra la República Islámica de Irán -a la que se ha sumado la administración Trump- es un punto de inflexión para los pueblos del Medio Oriente.
Al bombardear los emplazamientos nucleares de Irán, Donald Trump buscó al mismo tiempo:
– demostrar, en una situación real, la eficacia destructiva de las últimas tecnologías de las que dispone, y hacer una demostración de fuerza dirigida también a los demás Estados imperialistas,
– imponer un alto el fuego al Estado de Israel, aunque nadie sabe cuánto durará. A pesar de este alto el fuego, que entró en vigor el 24 de junio, el caos se extiende por toda la región.
Esta guerra ilegítima e ilegal según el derecho internacional es el resultado directo de la impunidad de la que gozan Netanyahu y su gobierno supremacista. La misma impunidad que, a pesar de la orden de detención internacional en su contra, le permite continuar el genocidio en Gaza. Es precisamente esta inmunidad la que permite al Estado de Israel ocupar partes de Líbano y Siria, invocando el «derecho a defenderse». El Estado de Israel ha intensificado su política permanente de masacrar a los palestinos, la que conduce al genocidio.
El enfrentamiento militar entre una potencia sobrearmada respaldada por su patrocinador estadounidense y la República Islámica de Irán, un Estado dictatorial que se mantiene desde hace más de 46 años mediante la represión y el terror, es un desastre para los pueblos del mundo.
Amparado tras el paraguas militar y político occidental, el Estado de Israel pretende aplastar a Irán, someter a los países circundantes, mantener el monopolio de las armas nucleares en la región y convertirse en la principal potencia regional, una potencia colonial y occidental que domine países y pueblos desde la orilla sur del Mediterráneo hasta el estrecho de Ormuz. No hay razón para creer que el Estado de Israel no persistirá en su política actual, su proyecto estratégico está profundamente arraigado en sus élites dirigentes. Trump amenaza ya de nuevo a Irán.
Netanyahu y la precipitación asesina
En su afán belicista, el gobierno de Benjamin Netanyahu atacó directamente a Irán, alegando defenderse ante una hipotética amenaza nuclear. Y ello a pesar de que el Estado de Israel no es signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y de que no rinde cuentas de su propio arsenal nuclear.
Netanyahu abrió un nuevo frente en un momento en que su gobierno era cada vez más impopular, incluso en Israel. Desencadenó esta nueva guerra en un momento en el que el movimiento mundial de protesta contra el genocidio que se está cometiendo en Gaza es cada vez mayor y las iniciativas ciudadanas y militantes para romper el bloqueo impuesto a Gaza se han multiplicado en los últimos tiempos.
El ataque de Netanyahu contra Irán pretende invisibilizar los crímenes y el genocidio que está llevando a cabo en Gaza. También ha silenciado las críticas que empezaban a expresarse tímidamente en las cancillerías occidentales bajo la presión de las movilizaciones públicas.
Por último, el objetivo de esta intervención, apoyada por Trump, es obtener una capitulación completa de la República Islámica, o incluso llevar al derrocamiento del régimen, lo que no habría sido posible mediante negociaciones sobre su programa nuclear. La partición de Irán debe considerarse seriamente, dada la política israelí-estadounidense para remodelar la región.
El ejército israelí no sólo ha bombardeado objetivos militares, sino también administraciones públicas, sitios e infraestructuras energéticas estratégicas y poblaciones civiles. Los bombardeos de sitios nucleares por parte de Israel y Estados Unidos son contrarios al derecho internacional. Corren el riesgo de causar daños medioambientales y humanos irreversibles.
Impulsada a tomar represalias, la República Islámica de Irán respondió con ataques de misiles balísticos y aviones no tripulados de precisión incierta, causando víctimas civiles en Israel.
Por último, la precisión con la que fueron eliminados los altos mandos de la Guardia Revolucionaria indica hasta qué punto el Estado de Israel beneficia de complicidades, incluso hasta en la cúpula de la República Islámica de Irán. Netanyahu cuenta con ciertos sectores del régimen islámico para provocar un cambio de poder en Irán.
¡Les corresponde a los pueblos de Irán decidir su propio futuro!
La historia demuestra claramente que no hay camino hacia la democracia en la sombra de la guerra y de las intervenciones imperialistas. Desde Iraq hasta Afganistán, no faltan ejemplos de intervenciones militares que desembocaron en desastres humanos y políticos.
Esta guerra provocó al menos 1.190 muertos (435 militares, 436 civiles y 319 no identificados) y 4.475 heridos (256 militares, 2.071 civiles y 2.138 no identificados).
Frenó también la larga y valiente lucha de los pueblos de Irán contra un régimen represivo, que culminó con el movimiento «Mujer, vida, libertad». En los últimos meses, las movilizaciones sociales en Irán estaban en aumento. Con esta guerra, Netanyahu frena temporalmente este impulso. Al hacerlo, le ha prestado un gran servicio a la República Islámica.
El bombardeo israelí de la prisión de Evin, donde están detenidos muchos opositores al régimen, así como dos rehenes franceses, demuestra hasta qué punto Netanyahu es un enemigo del pueblo y de su lucha por la emancipación. En el bombardeo murieron 71 personas, entre ellas muchos detenidos.
En nombre de la «caza de espías» y gracias a la intervención estadounidense-israelí, la República Islámica intensificó la represión contra los opositores. En particular, multiplica las detenciones y las ejecuciones.
La República Islámica de Irán es una dictadura fundada sobre la sangre de sus opositores, sobre la privación de libertades, sobre la represión sistemática de las mujeres y los jóvenes, sobre el aplastamiento de los movimientos sociales y de las aspiraciones nacionales.
Apoyamos firmemente a los pueblos de Irán, tanto en su continua resistencia a la dictadura como en su derecho a vivir libres de toda agresión militar extranjera.
Al unísono con todos los que llevan décadas luchando en Irán por la libertad, la igualdad y la justicia social, rechazamos cualquier cambio de régimen «desde arriba» y mediante la intervención extranjera. El derrocamiento de la República Islámica sólo puede producirse a través de la lucha del pueblo de Irán.
En un momento en el que Estados Unidos participa militarmente en la guerra contra Irán, es urgente que se oigan voces que se oponen a la conflagración generalizada y a los desastres humanos y medioambientales.
Exigimos que la «comunidad internacional» presione para poner fin inmediatamente a esta escalada irresponsable.
El Estado de Israel y Estados Unidos no son los únicos Estados del mundo que actúan eximiéndose del cumplimiento del derecho internacional, pero sí son los únicos que lo hacen a esta escala, sin ser objeto de sanción alguna. Este doble criterio es un escándalo.
Los gobiernos que arman y apoyan a Israel, empezando por Estados Unidos y los países de la Unión Europea, incluida Francia, son cómplices de la expansión de la agresión israelí contra los pueblos de la región. Todos ellos son socios de estas masacres masivas.
Afirmamos que Netanyahu y Trump son una amenaza para el mundo. ¡Hay que frenarlos!
Exigimos urgentemente:
-El cese inmediato de la escalada bélica en la región.
-Solidaridad con los presos políticos y los defensores de los derechos humanos en Irán.
-Apoyo a las reivindicaciones sociales y democráticas, y a las redes de militantes, sindicatos y asociaciones que las apoyan.
-El fin de la represión que llevó a cabo la República Islámica de Irán.
Como lo venimos haciendo desde hace meses, seguimos exigiendo:
-Levantamiento inmediato del bloqueo de Gaza y el fin de la colonización en Cisjordania.
-Sanciones inmediatas contra Israel.
-Fin inmediato de todo comercio de armas con Israel.
-Ruptura del acuerdo de asociación entre la Unión Europea y el Estado de Israel.
-Una movilización mundial para poner fin al genocidio, el apartheid y la colonización en Palestina.
Las firmas -nombre, apellido, calidad, país- deben enviarse a la siguiente dirección babak.kia@hotmail.com (se considera que los firmantes de la versión del 23 de junio ya firmaron este lamado, salvo objeción. En ese caso, mandar un correo electrónico a la dirección mencionada)