Tiago Castelhano*
Esquerda, 29-12-2025
Traducción de Correspondencia de Prensa, 30-12-2025
Para intentar responder a las preguntas e inquietudes sobre cómo continuar esta enorme huelga, resulta útil volver sobre el proceso de la lucha contra la Troika, señalando los aciertos, pero también los errores cometidos (en aquel momento).
La huelga general del 11 de diciembre de 2025 fue un éxito. La CGTP (Confederação Geral dos Trabalhadores Portugueses) hizo una lectura correcta de la realidad y organizó una huelga general que creó una dinámica de unidad y fue muy seguida, al igual que las manifestaciones del día de la huelga, especialmente en Lisboa. Tras este éxito, surge la pregunta, «¿y ahora qué?». ¿Cómo podemos convertir el éxito de la huelga en un movimiento que obligue al gobierno a dar marcha atrás sobre el paquete laboral? ¿Cuál debe ser nuestra posición en este tipo de situaciones?
Quienes, como yo, vivieron en primera persona la lucha contra la Troika, participando en los movimientos sociales de la época, recuerdan inevitablemente ese periodo. El 11 de diciembre, ya sea en los piquetes de la huelga general o en la manifestación frente al Parlamento, la lucha que tuvo lugar entre 2012 y 2013 volvió varias veces a mi memoria. Así que, para tratar de responder a las preguntas e inquietudes sobre cómo continuar esta gran huelga, creo que conviene revisar el proceso de la lucha contra la Troika, señalando las cosas correctas que se hicieron, pero también los errores cometidos para que no los repitamos en la lucha contra el paquete laboral.
¿Cómo fue durante el periodo de la Troika? Un gran acierto.
El 12 de marzo de 2011 se produjo una protesta en las calles conocida como «Geração a Rasca». Al cabo de 11 días, esta poderosa manifestación, que tuvo lugar en varios puntos del país, provocó la renuncia del primer ministro José Sócrates (PS).
El 6 de abril de 2011, el Gobierno del PS encabezado por José Sócrates anunció su demanda de «ayuda financiera» exterior. Esta es la fecha que, en cierto modo, abre el periodo de la Troika (Banco Central Europeo, FMI y Comisión Europea, CdP) en Portugal. Entre este acontecimiento y septiembre de 2012, se produjeron varias manifestaciones y dos huelgas generales (24 de noviembre de 2011 y 22 de marzo de 2012). En particular, propongo que nos centremos en el periodo que comenzó en julio de 2012 con la convocatoria de una manifestación en las redes sociales, organizada por un colectivo desconocido en aquel momento, «Que se lixe a Troika» (QSLT, algo así como “La Troika a la basura”, CdP), para el 15 de septiembre de 2012.
En un principio, la manifestación convocada para el 15 de septiembre de 2012 era una protesta general contra las medidas de austeridad. Como tantas otras en aquel momento, se esperaba que contara con una cierta asistencia, pero no necesariamente masiva. Incluso el hecho de que se programara en una plaza no muy grande, la Praça José Fontana, en Lisboa, indicaba las modestas expectativas de los convocantes. Pero algo cambió. Con la manifestación ya convocada, pero antes de que tuviera lugar, el primer ministro de la época, Pedro Passos Coelho, anunció, entre otras medidas, una reducción de la TSU (Tasa Social Única) para las empresas y un aumento del 7% de las cotizaciones de los trabajadores a la seguridad social. En la práctica, esto significaba un recorte de ingresos para todos los trabajadores y un regalo para todos los empresarios. La medida no sólo era injusta, sino que no contribuiría en nada a equilibrar las cuentas públicas, requisito que se suponía justificaba la austeridad. La rabia popular estalló y la manifestación del 15 de septiembre se convirtió en la mayor manifestación desde el 25 de abril (con más de 500.000 personas en las calles de todo el país). Se podía sentir y ver una energía, una fuerza y una revuelta en las calles que recordaba y superaba a la manifestación de Geração à Rasca (2011), que había sido uno de los factores que llevaron a la caída del Gobierno de Sócrates. 1 Aquella manifestación cambió la situación política del país, alterando radicalmente la correlación social de fuerzas. Los trabajadores y el pueblo, que hasta entonces habían sufrido duras derrotas, tuvieron la oportunidad de dar la vuelta la tortilla.
A raíz de esta jornada contundente, que puso en el orden del día la caída del gobierno, todo el mundo en el movimiento social se preguntaba: ¿Cómo continuar la lucha? ¿Cómo derrotar a la TSU? ¿Cómo derrotar al gobierno de Passos Coelho? ¿Cómo no dejar que se enfríe esta movilización popular? 2
El movimiento QSLT (Que Se Joda La Troika) puso al gobireno contra las cuerdas y se puso en marcha. La continuidad presentada por el QSLT fue una manifestación durante seis días frente al Palacio de Belém, donde se reunía el Consejo de Estado. Aunque la manifestación tuvo lugar un viernes a las 6 de la tarde, mientras el gobierno, el Presidente de la República y los consejeros de Estado se reunían dentro, afuera una multitud de trabajadores y jóvenes mantenía la presión sobre las élites del país. Dos días después de esta manifestación, el gobierno dio marcha atrás en la medida de la TSU. Los trabajadores y el pueblo obtuvieron una importante victoria. No sólo porque impidieron que millones de euros fueran transferidos directamente de los salarios a los beneficios de la patronal. Sino sobre todo porque demostró que las medidas del gobierno podían ser derrotadas en las calles.
¿Qué demuestra este ejemplo? Que la continuidad de la lucha mantuvo una presión fuerte contra el gobierno e hizo posible una victoria. El movimiento social y obrero no se hizo esperar y mantuvo la iniciativa. Nuestro bando no le dio al gobierno, que estaba contra las cuerdas, ningún margen para tomar impulso, obligándolo a dar marcha atrás en esta medida.Es importante recordar que incluso después de que fuera retirada la medida de la TSU, dados los diversos ataques del gobierno, la movilización continuó. Tres semanas más tarde, el 13 de octubre, tuvo lugar en Lisboa la manifestación-concierto «Cultura no es la Troika» en la Praça de Espanha. Dos días más tarde, el 15 de octubre de 2012, tuvo lugar el «Cerco al Parlamento», que reunió a los movimientos sociales y a los trabajadores en huelga, como los estibadores y los maquinistas de trenes, y permitió, una vez más, mantener viva la lucha. Las movilizaciones se sucedieron, incluso con intervalos de algunos días entre ellas. Sin embargo, podrían haberse canalizado con más audacia para detener las medidas de austeridad que aún quedaban por aplicar. Este intenso periodo de movilizaciones culminó con la convocatoria de una huelga general por parte de la CGTP y la UGT. Pero recién el 14 de noviembre. También hubo una gran participación y una enorme manifestación que terminó con una violenta carga policial. El gobierno había sido puesto contra las cuerdas, sufrió una derrota sobre la TSU, pero consiguió recuperarse, a pesar de estar muy desgastado.
¿Cómo fue durante el periodo de la Troika? Un error que se pagó caro.
A pesar de la victoria sobre la TSU, las diversas manifestaciones y protestas como las Grandoladas 3 -que consistían en perseguir a los gobernantes por todo el país cantando Grândola- demostraron que el pueblo quería más y estaba movilizado para ello. Los ataques a los trabajadores fueron de todo tipo y el pueblo ya exigía la dimisión del gobierno y la salida del país de la Troika.
En este contexto, en octubre de 2013, la CGTP convocó una Mega-Manifestación Nacional en el Puente 25 de abril, con cientos de autobuses procedentes de todo el país. La propuesta de lucha de la CGTP había aumentado la apuesta y correspondía a la voluntad y al sentimiento del pueblo y del movimiento. Sin embargo, cinco días antes de la manifestación, el entonces ministro del Interior, Miguel Macedo, prohibió la marcha en el puente 25 de abril alegando «criterios de seguridad y legalidad». Ante la iniciativa del gobierno, la CGTP canceló la marcha por el Puente 25 de Abril y la trasladó a Alcântara. Esta decisión de la CGTP fue un error costoso, ya que provocó un cierto desánimo e incluso la desmovilización de la manifestación. Si la manifestación se mantenía, el gobierno pofría haber visto que su prohibición era desobedecida por decenas de miles de personas, lo que habría implicado una derrota política, o bien se habría visto obligado a recurrir a la violencia, lo que habría echado por tierra su ya de por sí débil autoridad. En cualquiera de los dos casos, habría sufrido una derrota. Dar marcha atrás fue un error por parte de la CGTP. Hay momentos en los que no se puede retroceder en la lucha y hay que arriesgarse.
El movimiento social, que había estado al frente de la ofensiva, quedó desmoralizado por esta decisión. Lo cierto es que después de esta manifestación no hubo más manifestaciones que se acercaran a las anteriores en cuanto a número de participantes y radicalidad. La decisión fue un anticlímax y el gobierno de Passos Coelho y Paulo Portas duró hasta el final de la legislatura. En momentos de gran tensión social y fuertes movilizaciones, las decisiones aparentemente menores pueden marcar la diferencia. Mantener o cancelar una manifestación o volver a salir a la calle unos días después de una movilización en lugar de dejar respirar al gobierno puede marcar la diferencia entre ganar o ser derrotado.
¿Qué tiene que ver el periodo de la Troika con el Paquete Laboral?
Tras la huelga general y las manifestaciones del 11 de diciembre, me he estado preguntando cómo continuar la lucha contra el paquete laboral. Hasta ahora, no se ha programado ninguna manifestación para continuar el movimiento generado. Sólo la entrega de la petición contra el Paquete Laboral, el 13 de enero (martes) a las 14.30 horas en Lisboa, en la residencia oficial del Primer Ministro. El día y la hora elegidos indican que, más que una manifestación, va a ser una protesta simbólica.
Como quedó demostrado en los tiempos de la lucha contra la Troika y el gobierno de derecha, en política hay momentos en los que es posible alcanzar objetivos concretos. Fue el caso de las manifestaciones del 15 y el 21 de septiembre, que derrotaron a la TSU. También fue el caso de la manifestación del puente del 25 de abril, cuando fue posible infligir un profundo golpe al gobierno de derecha y éste acabó dando marcha atrás. La lección es clara: cuando dejamos pasar esos momentos, la situación favorable abierta por las movilizaciones puede cerrarse. Se pierde la oportunidad y se pierden derechos.
En la lucha contra el paquete laboral y tras la decisión valiente y acertada de la CGTP de convocar una Huelga General, necesitamos programar una manifestación para principios de enero, en un día o a una hora en que la gente pueda participar masivamente, para mantener vivo el movimiento, para no dejarle la iniciativa al gobierno y continuar con nuestra clase como protagonista, marcando la agenda y presionando al gobierno. Es la mejor manera de no dejar que el gobierno invente ningún truco de negociación, de impedir la deserción de ningún sector sindical y de no dejar que la extrema derecha se recupere de la pirueta que se vio obligada a hacer. Sin esto, el riesgo de perder la oportunidad es demasiado grande.
*Tiago Castelhano, professor y militante.
-Véase Portugal – Más de tres millones de trabajadores se unieron a la huelga general.
Notas de Correspondencia de Prensa
- https://www.rtve.es/noticias/20110323/primer-ministro-portugues-jose-socrates-dimite-tras-rechazo-su-plan-anticrisis/419139.shtml ↩
- https://www.esquerda.net/artigo/governo-admite-recuperar-aumento-da-tsu/26951 ↩
- Canción compuesta por José Afonso, escogida por el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) como señal de la Revolución de los Claveles de Portugal. La canción hace referencia a la fraternidad entre las personas de Grândola, en la región de Alentejo, y había sido prohibida por el régimen de Salazar, considerada como música del partido comunista. ↩