La Policía húngara retira a un manifestante que bloqueaba la entrada del edificio del Parlamento en Budapest el 14 de abril de 2025. © Peter Kohalmi / AFP
Hungría aprueba reforma a la Constitución que restringe derechos LGBTQ+ y la doble nacionalidad
France 24, 15-4-2025
Correspondencia de Prensa, 15-4-2025
El Parlamento húngaro aprobó el lunes 14 de abril cambios constitucionales que permiten al Gobierno de extrema derecha de Viktor Orban prohibir los actos públicos de las comunidades LGBTQ+ y establece que solo hay dos géneros: hombres o mujeres. Asimismo, abre la vía para despojar temporalmente de la ciudadanía a personas con doble o múltiple nacionalidad.
Los legisladores húngaros respaldaron el lunes 14 de abril por abrumadora mayoría cambios constitucionales que registren derechos de la comunidad LGBTQ+ del país, así como la doble nacionalidad, el último paso para reforzar la democracia «antiliberal» del primer ministro nacionalista, Viktor Orban.
Desde su regreso al poder en 2010, el líder húngaro ha restringido ampliamente los derechos de la comunidad LGBTQ+, los medios de comunicación, los tribunales y el mundo académico. A mediados de marzo, prometió emprender una «purga de Pascua» contra sus oponentes internos, a los que ha calificado de «chinches apestosos».
La enmienda constitucional – que proclama que solo hay dos géneros: hombres o mujeres – se hace eco de las medidas en esa materia del presidente estadounidense, Donald Trump, aliado de Orban.
También permite la retirada «temporal» de la ciudadanía a algunos ciudadanos con doble o múltiple nacionalidad, lo que podría afectar, por ejemplo, al multimillonario húngaro-estadounidense George Soros, un habitual blanco de las teorías conspirativas populistas.
Antes de la votación de la enmienda, aprobada por 140 votos a favor y 21 en contra, varias decenas de manifestantes bloquearon temporalmente la entrada al Parlamento antes de que la Policía los desalojara.
«Cuando nos encadenamos durante la primera revisión de la Constitución en 2011, nunca pensamos que 14 años después tendríamos que hacer lo mismo», dijo la diputada opositora Timea Szabo.
Políticos de la oposición del partido liberal Momentum desplegaron una pancarta para protestar por la votación en el Parlamento, mientras cientos de manifestantes coreaban en el exterior del edificio:
«No permitiremos que nos transformen en la Rusia de Putin«.
Ruby, una mujer transexual de 19 años, que no quiso dar su apellido, declaró a la AFP que se había unido a la manifestación para alzarse contra el Gobierno, que pretende «eliminar a las personas transexuales» y «ocultar lo que no les gusta, como en Rusia».
Cascada de cambios
Además de la disposición que proclama que las personas solo pueden ser hombres o mujeres, otra declara que los derechos de los niños para su «adecuado desarrollo físico, mental y moral prevalecen sobre todos los demás derechos fundamentales», excepto el derecho a la vida.
Esa disposición se considera una forma de reforzar los fundamentos jurídicos de la prohibición de la marcha del Orgullo.
Otra disposición importante faculta al Gobierno para retirar temporalmente la ciudadanía húngara a los ciudadanos con doble o múltiple nacionalidad, aunque la hayan adquirido por nacimiento.
El partido en el Gobierno de Hungría sugirió que la medida está dirigida a los «especuladores» que financian «ONG falsas, políticos comprados y los llamados medios de comunicación independientes» desde el extranjero.
Un texto legislativo relacionado – que se votará más adelante – especifica que la ciudadanía húngara puede suspenderse durante un máximo de 10 años y los afectados pueden ser expulsados del país.
Los nacionales de otros Estados miembros de la Unión Europea (UE) estarían exentos, junto con algunos otros países de Europa, según la propuesta.
La semana pasada, más de 30 destacados juristas húngaros fustigaron la medida como «una construcción sin precedentes en el Derecho Internacional» que podría ser contraria a los convenios vinculantes sobre Derechos Humanos.
«Putinismo blando»
Los críticos afirman que los cambios legales propuestos erosionan aún más los derechos democráticos en el país centroeuropeo, acercando al Estado miembro de la UE aún más al tipo de autoritarismo visto bajo el presidente ruso, Vladimir Putin.
«Se podría considerar un putinismo blando», declara Szabolcs Pek, analista jefe del grupo de pensamiento Iranytu Intezet.
«El Gobierno está limitando cada vez más el espacio para los políticos de la oposición, los periodistas y la sociedad civil», añadió.
Desde el punto de vista político, las medidas se consideran un esfuerzo por apuntalar el menguante apoyo a la coalición gobernante, dividir a la oposición en líneas ideológicas y cortejar a la extrema derecha de cara a las elecciones parlamentarias de la próxima primavera.
El «bullicio» legislativo de Orban es un intento de recuperar el control de la agenda pública, según Pek.
«En este sentido, ha tenido éxito, porque el discurso público ya no gira en torno a los deficientes servicios públicos o la debilidad de la economía», afirmó Pek.
Desde el año pasado, Orban se enfrenta a un desafío sin precedentes por parte de Peter Magyar, antiguo miembro del gobierno convertido en líder de la oposición, cuyo partido TISZA ha ido erosionando la sólida ventaja que Fidesz ha mantenido durante mucho tiempo, según los sondeos de opinión.
Pek subrayó que la prohibición del Orgullo es una «trampa» para Magyar: defender los derechos LGBTQ podría hacerle perder partidarios conservadores, pero su actual silencio podría llevar a los votantes de izquierdas y liberales a otros partidos de la oposición.
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Manifestantes bloquean tránsito en Hungría en protesta contra ley que prohíbe eventos del Orgullo
Justin Spike, desde Budapest*
Associated Press News, 25-3-2025

Varios miles de manifestantes bloquearon una importante arteria en el centro de la capital de Hungría el martes en oposición a una reciente ley que prohíbe los eventos del Orgullo LGBTQ+ y restringe el derecho de los húngaros a reunirse.
La manifestación fue la segunda en una semana desde que el partido político Fidesz de Hungría utilizó su mayoría parlamentaria de dos tercios el martes pasado para acelerar la aprobación de la ley, la cual es considerada por los críticos como el ataque más reciente del gobierno a los derechos de la comunidad LGBTQ+ del país.
Con gritos de “democracia” y “la asamblea es un derecho fundamental”, muchos de los varios miles de manifestantes rápidamente arribaron a la calle Kossuth Lajos de Budapest, una de las más concurridas de la ciudad, encendieron bombas de humo de colores y obstruyeron el tránsito.
Una de las manifestantes, Paula Antalfy, de 26 años, dijo que creía que las recientes acciones del gobierno para prohibir ciertos eventos públicos eran “otro paso más en la dirección de desmantelar la democracia”.
“Siento que el amor debería ser libre, y a quién amas no es una decisión de ninguna manera”, expresó. “Que no podamos reunirnos así, como lo hacemos ahora, y estar en nuestras propias calles, en nuestra propia ciudad, es algo con lo que simplemente no puedo estar de acuerdo”.
La nueva ley de Hungría, que recuerda a restricciones similares contra las minorías sexuales en Rusia, enmienda las reglas sobre la asamblea para convertir en delito realizar o asistir a eventos que violen la controvertida legislación de protección infantil de Hungría, que prohíbe la representación o promoción de la homosexualidad a menores de 18 años.
Las autoridades ahora pueden usar herramientas de reconocimiento facial para identificar a las personas que asistan a eventos prohibidos, como el popular desfile del Orgullo LGBTQ+ de Budapest que atrae a decenas de miles de personas cada año, y pueden emitir multas para los infractores de hasta 200.000 forintos húngaros (546 dólares).
El primer ministro populista de derecha de Hungría, Viktor Orbán, ha apuntado en los últimos años a la comunidad LGBTQ+ del país y ha prohibido la adopción por parte de parejas del mismo sexo y, en una ley de protección infantil de 2021, prohibió que se transmitiera cualquier contenido LGBTQ+ incluyendo en televisión, películas, anuncios y literatura disponible para menores.
El Fidesz, partido al que pertenece Orbán, planea adoptar una enmienda constitucional en abril que codificará la prohibición de eventos públicos LGBTQ+. El gobierno húngaro argumenta que sus políticas están diseñadas para proteger a los niños de la “propaganda sexual”, pero los críticos las ven como parte de un esfuerzo más amplio para convertir a las minorías sexuales en chivos expiatorios y movilizar a su base conservadora.
La semana pasada, un portavoz del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas dijo que la reciente ley “resulta en restricciones arbitrarias y discriminatorias sobre los derechos de los individuos LGBTIQ+ a la libertad de expresión, reunión pacífica y privacidad”.
La declaración llamó la atención sobre una parte de la ley que autoriza al gobierno a usar medidas de vigilancia, incluyendo tecnología de reconocimiento facial, para identificar y multar a las personas que participen en eventos prohibidos, y señaló que ese tipo de herramientas “nunca deberían ser desplegadas de manera discriminatoria a través de la vigilancia dirigida de asambleas pacíficas de personas LGBTIQ+ u otros grupos marginados”.
Los organizadores del desfile del Orgullo LGBTQ+ de Budapest, así como el alcalde de la ciudad, han prometido seguir adelante con los eventos del Orgullo de la ciudad, que están programados para celebrar su 30° aniversario este verano. En respuesta a la reciente ley, los organizadores del Orgullo escribieron: “Esto no es protección infantil, esto es fascismo”.
Benedek Lakos, un miembro de 27 años de la comunidad LGBTQ+ de Budapest que asistió a la manifestación del martes, dijo que anteriormente no había sido activo en expresar su opinión sobre las medidas tomadas por el gobierno de Hungría.
Pero la ley más reciente, comentó, había sido “la gota que derramó el vaso”.
“Siento ahora por varias razones que hemos alcanzado un nivel donde, si no hay consecuencias visibles para esta (ley) por parte de la gente, podemos simplemente empezar a cavar nuestras propias tumbas”, señaló.
*Justin Spike, reportero de Associated Press basado en Budapest, Hungría.