Carolina Cosse no votará el plebiscito de la seguridad social: “No ha logrado, hasta ahora, concitar los consensos colectivos”
La Diaria, 9-8-2024
Correspondencia de Prensa, 11-8-2024
La candidata a la vicepresidencia del Frente Amplio llamó a “abrigar la esperanza de un gran acuerdo”, como expresa el programa de la fuerza política.
La candidata a la vicepresidencia del Frente Amplio (FA), Carolina Cosse, dio a conocer su postura respecto al plebiscito para la reforma de la seguridad social propuesto por el PIT-CNT. Si bien a fines de 2023 firmó para habilitar la consulta popular, este viernes expresó: “No voy a votar la papeleta propuesta”. A través de un comunicado difundido en sus redes sociales la exintendenta de Montevideo dijo que “la propuesta actual no ha logrado, hasta ahora, concitar los consensos colectivos que son, a mi modo de ver, el marco al que debemos aspirar en temas de tal relevancia”. [1]
“Remarco, especialmente, que adhiero totalmente y sin reservas a la declaración del Frente Amplio sobre seguridad social, la que expresa con claridad nuestros objetivos y el camino a recorrer para lograrlos”, planteó. Y, asimismo, llamó a “abrigar la esperanza de un gran acuerdo” bajo la “necesidad de un diálogo nacional”, como expresa el programa de la fuerza política. “Comprometo todos mis esfuerzos como frenteamplista, y si fuera el caso, como vicepresidenta, para contribuir al éxito de ese necesario diálogo social nacional”, concluyó en su mensaje.
El plebiscito y la “sintonía” con el programa del FA
Más allá de anunciar su posición contraria a votar el plebiscito, la candidata a la vicepresidencia subrayó que lo que propone el PIT-CNT tiene una “sintonía conceptual básica” con el programa del FA. En ese sentido, subrayó que la iniciativa es “una reacción más que comprensible en respuesta a la constante acción del gobierno, que, durante este período, usando su circunstancial mayoría, ha tomado decisiones contrarias a los intereses de la sociedad”.
“El empecinamiento del actual gobierno fue lo que impulsó la movilización de las organizaciones sociales, sindicales y políticas, hasta conseguir centenares de miles de firmas de ciudadanas y ciudadanos, muchos de ellos frenteamplistas comprometidos con sus ideas”, analizó. “En el Frente Amplio es unánime la posición crítica respecto a la injusta situación creada por esta mala ley, así como es unánime la convicción de que debe ser cambiada”, recordó.
Sobre el por qué de su manifestación contraria en este momento, aclaró que firmó a favor del plebiscito “para que el pueblo decida” y que ha “mantenido un respetuoso silencio sobre el tema de fondo”, en tanto el FA anunció una nueva discusión al finalizar las elecciones internas. Al haber resuelto la fuerza política dejar en “libertad de acción” a sus integrantes, subrayó que se abre lugar a que pueda expresarse “sobre el fondo del asunto”.
Más tarde, el primer día de la gira de la fórmula presidencial del FA por el interior del país, en el marco de la campaña electoral, Cosse dijo que la decisión la tomó “con mucho respeto por todas las personas muy comprometidas que lograron 400.000 firmas en muy poco tiempo” para habilitar el plebiscito. Durante una conferencia de prensa en Bella Unión, en Artigas, aclaró que en su momento firmó “para que el pueblo decidiera y estoy convencida de que hice bien”.
No obstante, señaló que tres conceptos que incluye la iniciativa de la central sindical están contemplados en el programa del FA: “la edad de 60 años [para jubilarse], que haya un pilar de ahorro no lucrativo y también el concepto de que se revisen los pisos básicos para las prestaciones”.
Cosse planteó que hay asuntos de “gran relevancia” sobre los que este gobierno ha resuelto, “aprovechando mayorías circunstanciales o aprovechando directamente sus competencias”, como por ejemplo la concesión de la terminal especializada en carga y descarga de contenedores del puerto de Montevideo hasta 2081 a la empresa Katoen Natie. Este tema, así como la reforma de la seguridad social requiere un “consenso mínimo entre ciudadanos en la sociedad que excede al gobierno”. “Los grandes temas en la sociedad requieren consensos mínimos”, remarcó.
Daniel Diverio sobre la decisión de Cosse: “Está claro que quizá incida en la opinión de alguna parte de la población”
En diálogo con la diaria, Daniel Diverio, secretario general del Sindicato Único de la Construcción y Anexos, dijo que en comparación al candidato a la presidencia, Yamandú Orsi, la decisión de Cosse es “diferente” porque firmó para habilitar el plebiscito y “está claro que firmó para que la gente pudiera decidir con su voto”. Sin embargo, valoró que “cuando hubo firma, leyó, se instruyó sobre lo que dice la papeleta y en consecuencia toma decisión”.
Aún así, afirmó que “tiene todo el derecho de decir que no va a ensobrar”, pero desde la central sindical “no se van a detener” por la opinión que pueda dar un candidato o candidata. “Nosotros estamos comprometidos como movimiento sindical en llevar adelante una campaña que va a ser puerta a puerta, casa por casa, hablando con los trabajadores y trabajadoras [sobre] cómo defendemos los intereses de los trabajadores”.
Diverio indicó que el anuncio de Cosse “no es una noticia” que los sorprenda porque la candidata a vicepresidenta “nunca se expresó claramente sobre el tema”.
Consultado sobre los efectos de la decisión de la candidata frenteamplista en el electorado, el dirigente sindical dijo que “está claro que quizá incida en la opinión de alguna parte de la población, porque es cierto que es una candidata y va a incidir”, pero en el PIT-CNT confían en los “argumentos que puedan revertir la opinión de aquellos que están en contra del plebiscito”. “Está claro que en este caso también podemos tener argumentos que puedan revertir la opinión de Carolina Cosse”.
Nota de Correspondencia de Prensa
1] El candidato a la presidencia por el Frente Amplio, Yamandú Orsi, dejó claro desde el 1° de mayo que no va a votar la reforma propuesta por la central sindical. Véase La Diaria, 1-5-2024.
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El plebiscito, el ensobrado y las dudas
Guillermo Draper*
Búsqueda, 10-8-2024
Sumergirse en el archivo de Búsqueda siempre es entretenido. Los biblioratos con páginas añejadas por el tiempo están cargados con un primer borrador de la historia. Hay episodios trascendentes contados con la premura del momento y notas que ayudan a entender a la sociedad de la época. También hay algunas que podrían publicarse hoy, como la contratapa de la edición del 1 de junio de 1989, cuyo título me exime de mayor comentario.

Los uruguayos según dos estudios: pocos, envejecidos, urbanizados y emigrantes.
Mi recorrida por el archivo no estuvo empujada por la nostalgia. Estaba buscando datos sobre el plebiscito aprobado ese año para incluir en la Constitución el reajuste automático de las pasividades de acuerdo con el Índice Medio de Salarios.
En las ediciones de los primeros seis meses de 1989 había poca información, lo que me resultó muy llamativo. A las cansadas, en la del 25 de mayo apareció una nota breve sobre el tema y a la semana siguiente una un poco más amplia. Y ahí entendí.
Los promotores del plebiscito recolectaron las firmas en un mes, todo un récord. Al filo del plazo legal para presentarlas —seis meses antes del acto eleccionario en el que se desarrollaría— entregaron a la Corte Electoral más de 350.000 firmas. Insisto: las juntaron en un mes.
El resultado de la consulta popular es conocido: 85% por el Sí. Paliza.
A 35 años de aquel plebiscito, los uruguayos deberán votar a favor o en contra de una reforma constitucional vinculada a la seguridad social y las dudas sobre el desenlace van en aumento. Soy Guillermo Draper y esta es la sexta edición de Derrotero Electoral.
Una sorpresa
La propuesta de reforma constitucional en discusión tuvo un nacimiento un poco sorpresivo. Fue en parte una reacción a la sanción en el Parlamento, con votos oficialistas, a la reforma de la seguridad social.
Un año atrás, el 10 de agosto de 2023, la Mesa Representativa del PIT-CNT aprobó con 16 votos a favor, en 44, una moción de la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social (ATSS) que planteaba una enmienda constitucional con tres premisas: eliminar las administradoras de fondos de ahorro previsional (AFAP), establecer que no se pueda aumentar la edad mínima jubilatoria “más allá de los 60 años” y equiparar la jubilación mínima con el salario mínimo nacional.
Digo que fue una decisión inesperada, en aquel momento, porque la amplia mayoría del PIT-CNT, como marcan los números, no estaban de acuerdo en seguir ese camino. Y, sin embargo, discrepancias y desinteligencias entre Articulación (el ala moderada) y los comunistas, le entregó un triunfo fácil a los sectores más “radicales”.
Una vez aprobada esa moción, los comunistas, y con ellos buena parte de la central sindical, se cuadraron detrás de la propuesta y fueron desde entonces uno de los principales promotores de la recolección de firmas, primero, y ahora de la campaña.
Los impulsores de la consulta, que incluye a varias organizaciones sociales y a sectores del Frente Amplio, como el Partido Socialista, juntaron la cantidad de firmas suficientes para forzar un plebiscito a desarrollarse el mismo día de las elecciones nacionales. Aquí estamos ahora.
Ensobrar o no ensobrar, esa es la cuestión
El tema es un dolor de cabeza para el Frente Amplio en este año electoral. Además de darle mucho margen al presidente Luis Lacalle Pou para que se meta en la campaña con la coartada de defender la reforma de la seguridad social, el contenido del plebiscito divide a los frenteamplistas. La mayoría de los dirigentes, en particular aquellos que respaldaron a Yamandú Orsi, hubiese preferido que el tema no existiera.
Al igual que en la instancia de recolección de firmas, el lunes 4 el Frente Amplio decidió dar “libertad de acción” a sus integrantes. En otras palabras, el que quiera que milite por la reforma y el que no, no.
Contar con el apoyo de al menos un partido parece clave para que un plebiscito tenga posibilidades de triunfar. En abril, Fernando Esponda escribió sobre el tema plebiscitos —porque, además de la seguridad social, habrá que decidir en octubre sobre la propuesta de habilitar los allanamientos nocturnos— para la diaria. El economista incluyó un cuadro que resume la dificultad de aprobar ese tipo de reformas sin respaldos partidarios y que reproduzco.

Este cuadro parece laudar la discusión. Sin que los sectores del Frente Amplio en su conjunto “ensobren” la papeleta del Sí con sus listas, el plebiscito estaría condenado al fracaso.
¿Caso cerrado? A juzgar por los movimientos de estos días y alguna conversación que mantuve con analistas, la respuesta es no.
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Firmá para no trabajar hasta morir.
Eso decía una pintada en los accesos a Montevideo mientras se desarrollaba la recolección de firmas para forzar el plebiscito sobre la seguridad social. Pienses lo que pienses de la propuesta a votación, y dejando de lado la exageración de su contenido, el mensaje prende. Y lo digo yo, que me encanta mi trabajo.
Los detractores del plebiscito enfrentan el problema de que hay premisas de la reforma que recogen “simpatía” en la población, dijo a Búsqueda el director de Factum, Eduardo Bottinelli. A modo de ejemplo, mencionó la equiparación de la jubilación mínima al salario mínimo nacional o establecer en 60 años de edad el acceso a la jubilación. El director de Opinión Pública de Equipos Consultores, Ignacio Zuasnabar, coincidió con el análisis de su colega.
En mayo, la consultora Cifra dio a conocer los resultados de una encuesta en la que preguntó si estaban a favor o en contra de derogar la reforma de la seguridad social. El estudio mostró un 41% a favor de derogarla (es decir, a favor del plebiscito), un 37% en contra y un 22% sin posición definida.

La Usina de Percepción Ciudadana difundió los datos de una encuesta que realizó entre el 19 y el 22 de julio, según los cuales el 29% del electorado tiene una posición favorable a la iniciativa, el 33% no va a votarla y otro 33% no tomó todavía una decisión. Pero, claro, al preguntar sobre cada uno de los puntos incluidos en la papeleta del Sí, los datos son más alentadores para los promotores del plebiscito.

Hay un dato más que, creo, puede alimentar las expectativas del Sí. Un estudio sobre desigualdad y pobreza de los investigadores del Instituto de Economía de la Universidad de la República Verónica Amarante, Federico Scalece y Maira Colacce comparó la distribución “objetiva” de la pobreza con la “subjetiva”. Esto reflejaría que hay una preocupación alta por la situación económica de los mayores de 65, que no es tan consistente con los datos “objetivos”.

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La “coalición gris”
Los opositores a la reforma tienen que dar explicaciones más complejas.
“Es un tema que fácilmente se lo puede catalogar como impopular (le estás pidiendo a la gente que trabaje más), la solución es complicada y el beneficio, poco tangible (a largo plazo y es superabstracto porque es la solvencia del Estado a futuro)”, me dijo, a modo de resumen, la socióloga Delmira Louis esta semana.
Basta ver que algunos detractores del proyecto advierten que este puede ser el Brexit uruguayo —una comparación dificilísima— para darle la razón a Louis. Otros fueron por el camino de hablar de un modelo “kirchnerista”, de ataque a la propiedad privada (al tomar los ahorros de las AFAP), mensajes que parecen más llanos, pero ni tanto.
Zuasnabar, que está en la etapa de pulido de su informe, dijo a Búsqueda que los opositores a la reforma deberían estar preocupados por la “desinformación” que hay respecto al plebiscito.
El oficialismo está en contra y su campaña sobre el tema está bastante centrada en cuestionar a la oposición. El foco parece ser desalentar el voto al Frente Amplio.
La “libertad de acción”, me decía un politólogo, hace que no esté claro para la población quién apoya qué en el Frente Amplio. La coalición de izquierda, además, prometió que, si gana el gobierno, llamará a un “diálogo social” para cambiar la reforma aprobada en la actual legislatura. Entonces está en contra de la ley, pero no está a favor del plebiscito, lo que dificulta posicionar un mensaje.
La candidata a vicepresidenta Carolina Cosse anunció el viernes que, al igual que Orsi, no votará a favor del plebiscito sobre la seguridad social. Aclarar qué piensan no es lo mismo que desplegar una campaña en contra.
El miércoles por la tarde fui a una charla en la Universidad Católica sobre la campaña electoral, organizada en conjunto con la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República y la Asociación Uruguaya de Ciencia Política. El número de analistas por metro cuadrado era altísimo.
En una ronda informal, algunos de ellos me dijeron que todavía es un final abierto. La estructura del PIT-CNT puesta a toda marcha y sectores frenteamplistas que apoyan pueden mover la aguja, coincidieron dos. La papeleta del SÍ aparecería en todos lados y habría un ensobrado de hecho. Sería una campaña muy cuesta arriba.
El politólogo David Altman, especialista en temas de democracia directa, cree que ni siquiera un plebiscito sobre las jubilaciones puede ser exitoso sin apoyos partidarios sólidos, me dijo esta semana. La historia lo marca. Reconoce, no obstante, que la “coalición gris” —por las canas— tiene fuerza para instalar esos temas y empujar a los políticos a que los apoyen. En su libro Direct Democracy Worldwide, Altman incluyó una foto tomada en 1994, cuando organizaciones de pensionistas buscaban presionar al Parlamento.
*Guillermo Draper es editor general de Búsqueda, donde trabaja desde 2005. Es miembro del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, con el que colaboró en la investigación denominada Panamá Papers, ganadora de un Pulitzer. Obtuvo mención honrosa en el Congreso Latinoamericano de Periodismo de Investigación. Fue Premio Nacional de Prensa en 2017 y recibió menciones especiales en ese certamen en 2021 y 2022. Es autor y docente de Periodismo en la Universidad Católica.