Manifestación en Daraya, periferia de Damasco, en 2011
A l’encontre, 15-6-2021
Traducción de Ruben Navarro – Correspondencia de Prensa, 17-6-2021
Llamamiento a la comunidad internacional con motivo de la reunión en Ginebra de los presidentes de Estados Unidos y de Rusia
Hace diez años, en marzo de 2011, el pueblo sirio se sumó al movimiento revolucionario pacífico de la Primavera Árabe para exigir libertad, dignidad, democracia y justicia social. Desde las primeras manifestaciones, el régimen de Assad emprendió una sangrienta represión de las protestas pacíficas y de cualquier otra forma de resistencia. Esa represión, vigente después de diez años, apunta especialmente a la población civil, transformó la revolución en una guerra y condujo a la destrucción masiva de ciudades y pueblos y a la ocupación militar del país.
El número de víctimas es extremadamente elevado: más de 500.000 muertos, más de 148.000 detenidos o desaparecidos forzosamente, varias decenas de miles de muertos bajo la tortura. Más de la mitad de la población siria se encuentra hoy desarraigada (de los 23 millones de habitantes, 7 millones se vieron obligados a refugiarse en el mundo entero) y más de 7 millones tuvieron que desplazarse internamente. La economía está en quiebra y pesa sobre el país una grave amenaza de hambruna. ¡Los juicios contra el régimen de Assad se multiplican en Europa por los crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en los últimos diez años!
Con motivo de la reunión en Ginebra de los jefes de Estado de Estados Unidos y Rusia [este 16 de junio], queremos recordar la justa causa del pueblo sirio y el difícil camino recorrido en los últimos diez años.
Reivindicamos:
– Una posición firme de la comunidad internacional para boicotear al autoproclamado régimen sirio ante cualquier presencia en los foros internacionales, con efecto inmediato.
– La reapertura de los corredores humanitarios, bajo el control de la ONU, en el norte, el sur y el este de Siria con el objetivo de hacer llegar la ayuda humanitaria a los campos de desplazados internos para evitar una hambruna inminente.- El fin de todas las ocupaciones militares de Siria y la salida de todas las fuerzas y milicias extranjeras.- Una transición política, sin el régimen de Assad, que desemboque en elecciones libres, bajo la supervisión de la ONU, para que Siria avance hacia un Estado democrático basado en la ciudadanía de todos los sirios.- La implementación de una justicia transicional para juzgar a todos los responsables de crímenes de guerra y de crímenes contra la humanidad en Siria. Sólo la justicia permitirá a la población siria superar todo el sufrimiento padecido.
– La liberación de todos los presos de conciencia y la posibilidad del regreso seguro (lo que implica la deposición previa del régimen de Assad) de todos los desplazados internos y refugiados sirios a su país, sus ciudades y pueblos.
Co-organizado por: Femmes Syriennes pour la Démocratie [Mujeres Sirias por la Democracia] y la diáspora siria en Suiza.