Incoherencias y falsedades del proyecto de HIF en Uruguay
Víctor L. Bacchetta
El Zumbido, 21-12-2025
Correspondencia de Prensa, 23-12-2025
Existen discordancias sustanciales entre las declaraciones públicas de los gobiernos y los representantes de la firma multinacional HIF Global, que hablan de mayor sustentabilidad, fuentes de trabajo, descarbonización del planeta y mitigación del cambio climático, y las características reales del proyecto presentado
La última semana, al anunciarse desde la Presidencia de la República la firma del Memorándum de Entendimiento entre el gobierno uruguayo y la firma HIF Global, se repitieron como un mantra los supuestos beneficios para el país y el planeta de la instalación de la controvertida planta industrial en la orilla del río Uruguay, en el departamento de Paysandú, con el fin de producir 880 mil toneladas de metanol y combustibles sintéticos con destino a la exportación. 1
Veamos las declaraciones contenidas en el memorándum oficial:
Uruguay se ha embarcado en la segunda transición energética, que apunta al siguiente paso en la reducción del consumo de fósiles, coadyuvando al objetivo nacional de alcanzar la neutralidad en emisiones de carbono para el 2050, de acuerdo a la Estrategia Climática de Largo Plazo presentada por el Uruguay en 2021.
HIF Global LLC (“HIF Global”), la empresa matriz de HIF, es una empresa especializada globalmente en la industria de eCombustibles cuya misión es acelerar la descarbonización del planeta mediante la producción de Combustibles sintéticos con baja huella de carbono, proporcionando una solución hoy para un mañana mejor.
En la Comunicación de Proyecto presentada por HIF Uruguay al Ministerio de Ambiente en agosto último se reiteran tales declaraciones de buenos propósitos:
El emprendimiento está alineado con la política uruguaya de diversificación de la matriz energética y con los compromisos asumidos internacionalmente, y plasmados en las políticas de mitigación del Cambio Climático a través de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y la sustitución de combustibles de origen fósil.
Asimismo, permitirá posicionar a Uruguay como líder regional en tecnologías limpias y sostenibles, siendo la primera planta industrial de este tipo en América Latina.
Por último, siendo el destino final del producto el mercado extranjero, otorgará al país la posibilidad de convertirse en exportador de combustible, produciendo ingresos para el país.
Bueno, como el destino final del producto de este proyecto es la exportación, vamos a empezar por ahí. Por lo pronto, queda claro que Uruguay no disfrutará de las supuestas bondades de esa producción con destino principal Europa y Asia. Lo denominan combustibles sintéticos, electro-combustibles o, en la jerga europea, combustibles renovables de origen no biológico (RFNBO, por sus siglas en inglés), pero para ser aceptados como tales deben cumplir determinados requisitos.
La Unión Europea posee la Directiva de Energías Renovables (RED III), que establece objetivos vinculantes para el uso de energías renovables en el transporte e incluye objetivos específicos para los combustibles sintéticos. Adicionalmente. el Reglamento de Aviación y el Reglamento Marítimo establecen las cuotas obligatorias de mezcla de los combustibles sostenibles de aviación y los límites máximos de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para los buques, respectivamente.
Esta normativa define los criterios estrictos de sostenibilidad para que los combustibles sintéticos sean considerados renovables a saber: origen de la electricidad, que generen nueva capacidad renovable en la red y no desvíen la capacidad existente, correspondencia temporal y geográfica y, por último, pero no menos importante, la reducción de los GEI. El requisito con los GEI es que deben lograr una reducción de emisiones de al menos el 70% en comparación con el combustible fósil de referencia.
El llamado original adjudicado a HIF era para utilizar el dióxido de carbono (CO2) emitido por la planta de Alur. Pero en la última versión del proyecto, Alur aportará solo 50 miltoneladas anuales, un 5.4%, mientras 920 miltoneladas adicionales provendrán de la quema de residuos forestales. Es evidente entonces que HIF Uruguay, en vez de reducir, aumenta significativamente las emisiones de CO2, el gas considerado principal responsable del efecto invernadero.
¿Por qué el gobierno y la empresa hablan constantemente de reducción del consumo de combustibles fósiles y de descarbonización? De hecho, HIF no estará produciendo combustibles renovables y no serán admitidos como tales en Europa. ¿Quiénes comprarán la producción de HIF Uruguay? ¿Corredores de carreras de automóviles como Porsche, uno de los socios de HIF Global, y usuarios de autos de lujo? ¿De qué tecnologías limpias y sostenibles hablan?
Un constante juego de mosqueta
Con el tema clave del CO2 se reafirma una característica de las presentaciones públicas de HIF Uruguay, que ha sido la tergiversación constante de los datos. Comenzó con el cuento del Hidrógeno Verde, donde se destacaban sus bondades, hasta que se verificó que es solo un insumo y que el producto final es Metanol y sus derivados. Para ser combustibles renovables, deben utilizar emisiones preexistentes de CO2, pero resulta que casi la totalidad serán nuevas emisiones de CO2.
Asimismo, en la primera versión del proyecto, en enero de 2024, al considerar posibles impactos en poblaciones vecinas, HIF incluía el poblado de Constancia en territorio uruguayo, a 8,35 kilómetros de la planta. Curiosamente, no mencionaba a la ciudad de Colón, a unos 3,5 kilómetros, en la ribera de enfrente del río Uruguay, a pesar de reconocer que los vientos predominantes, en la dirección noreste-suroeste, llevarían las emisiones atmosféricas hacia el territorio argentino.
Al conocer la existencia del proyecto, la población de Colón mostró un lógico interés en sus posibles consecuencias. En la versión de julio de 2025, HIF agregó a Colón en el área de influencia del proyecto, pero pese a haberlo prometido, nunca lo presentó en territorio argentino. Se negó incluso a responder las preguntas de los vecinos de Colón que asistieron a reuniones organizadas por la empresa en Paysandú, alegando que estaban sujetos a las directivas del gobierno uruguayo.
El lugar elegido por HIF para la planta industrial tiene serios inconvenientes, sobre todo por ser limítrofe con el Área Natural Protegida Islas del Queguay y situarse enfrente de la ciudad de Colón, cuya actividad principal es el turismo sobre el río Uruguay. Tanto la empresa como el gobierno uruguayo han pretendido que esa ubicación es única. Técnicamente no es así, puede tener ventajas económicas para HIF, pero esto no es un argumento válido para justificarla ante los posibles daños.
Si HIF debe estar ahí para recibir el CO2 de Alur y contar con el agua del río Uruguay, es evidente que esas condiciones se pueden solucionar de otra manera. En el departamento de Tacuarembó, el proyecto Tambor propone llevar el CO2 desde 146 kilómetros en camiones cisterna y el agua por tuberías desde 3.5 hasta 12 kilómetros de distancia de la planta industrial. Es incomprensible que se insista en ese lugar ante los riesgos ambientales y políticos que significa.
No puede quedar fuera la cuestión del empleo que generaría este proyecto, principal caballito de batalla de empresas y gobiernos para defender los proyectos. El Memorándum de Entendimiento habla de 1.400 empleos en la obra y 300 a tiempo completo en la operación. El Documento de Proyecto presentado por HIF al Ministerio de Ambiente habla de 160 personas (135 puestos directos y 25 indirectos) durante la operación. ¿Cuál es la cifra oficial entonces?
Si se trata de inflar cifras de empleo, el Intendente de Paysandú, Nicolás Olivera, lleva la delantera. “Una inversión histórica, más desarrollo para el departamento, miles de puestos de trabajo y una apuesta clara a la innovación, las energías limpias y al futuro”, declaró Olivera cuando se anunció la firma del nuevo memorándum entre el gobierno y HIF. El intendente sanducero pretende eludir así una de las principales objeciones a su gestión.
Por último, casi no se habla del consumo de agua. Entre la primera y la última versión del proyecto, HIF multiplicó por nueve la extracción de agua del río Uruguay, pasó de 50 a 433litros por segundo, equivalente al consumo de una población de 250 mil habitantes. En el informe de Medio Ambiente y Responsabilidad Social 2023, UPM Fray Bentos declara que extrajo unos 980 litros por segundo de agua. O sea que la planta de HIF representa casi la mitad de aquella megaplanta de celulosa.
Nota
- Véase también “Pérez Esquivel reclama que se escuche a la población por el proyecto de HIF en el río Uruguay”, El Zumbido, 17-12-2025 ↩