Sergio Sommaruga, secretario de Comunicación y Propaganda del PIT-CNT.
PIT-CNT, 10-7-2025
Correspondencia de Prensa, 11-7-2025
El ministro de Economía, Gabriel Oddone, puso en duda la propuesta del PIT-CNT de aplicar un impuesto del 1% al 1% más rico del país para financiar un plan de erradicación de la pobreza infantil. Desde la central sindical, Sergio Sommaruga lamentó la negativa y advirtió que el país “pierde una oportunidad histórica” para enfrentar un drama que, pese al crecimiento económico, sigue agravándose, y remarcó que hay evidencia empírica y distintos referentes económicos nacionales e internacionales que respaldan la propuesta del movimiento sindical.
Días pasados, el ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone, se manifestó contrario a la creación de un impuesto del 1% al 1% más rico del país para combatir la pobreza infantil, tal como propone el PIT-CNT. Oddone reconoció que el PIT-CNT sostiene que hay “evidencia contundente” sobre la eficacia de este instrumento, pero remarcó que él no conoce tal evidencia. “Posiblemente tenga que conocerla y entenderla”, admitió el secretario de Estado.
Ante las expresiones del ministro, el secretario de Comunicación y Propaganda del PIT-CNT, Sergio Sommaruga, consideró que el gobierno pierde “una oportunidad muy potente de conciliarse o de fortalecer el lazo con su base social”.
“Esta medida de modernización impositiva que se está discutiendo en el mundo, y que ya tiene experiencias prácticas en países capitalistas, es un instrumento para la erradicación de la pobreza infantil, que lastima profundamente la conciencia nacional, que es una hipoteca en la reproducción social del Uruguay y la manifestación más terrible de la expropiación de derechos humanos en la infancia”, afirmó.
Sommaruga remarcó que el crecimiento económico por sí solo no resuelve este problema. Señaló que durante el gobierno de Luis Lacalle Pou “la economía nacional creció casi seis puntos, y la pobreza infantil no se resolvió, a pesar de que el país creció. Pero no solo no se resolvió, sino que se recrudeció. En 2019, bajo la metodología del INE de 2006, había un 17% de niños y niñas menores de 6 años por debajo de la línea de pobreza; a fines de 2024, cuando el gobierno dejó la administración, la pobreza infantil superaba el 20%. Entonces, el país creció, pero no se abatió la pobreza infantil, sino por el contrario, creció”.
El dirigente sindical explicó que se trata de aplicar un impuesto del 1% al 1% más rico, “que es el mismo 1% que concentra el 80% de la riqueza financiera del Uruguay, de toda la plata que hay en los bancos, que equivale prácticamente a un Producto Bruto Interno de 80.000 millones de dólares, entre la plata que está en el exterior y la que está en la plaza financiera nacional”. Con ese impuesto, estimó, “se recaudaría aproximadamente entre 700 y 900 millones de dólares”, que serían “la espalda financiera que necesitan el Estado y la sociedad para desarrollar un plan serio de erradicación de la pobreza infantil”.
Democracias virtuales
Por otro lado, Sommaruga advirtió que las democracias en el mundo están enfrentando su peor enemigo, lo que Noam Chomsky llama “democracias virtuales”, apuntó.
“Todo parece democrático, pero en el fondo la democracia empieza a sangrar, porque hay un poder fáctico que se empieza a devorar el carácter democrático del funcionamiento social. Eso se explica en la siguiente expresión: ‘no podemos hacer esto ni lo otro, porque si no los ricos se van; no podemos hacer esto porque afecta la inversión’. Entonces, quienes terminan tomando las decisiones de facto son los más ricos. El resultado es que los ricos se hacen cada vez más ricos a costa del crecimiento de la desigualdad”, alertó.
“En Uruguay, mientras la pobreza infantil creció 3 puntos entre 2019 y 2024, el país tuvo 363 nuevos millonarios, según datos de UBS, un banco suizo que elabora el índice de riqueza global, y no el PIT-CNT”.
Sommaruga planteó que “tenemos pobreza infantil creciente no porque Uruguay sea más pobre, sino porque se concentra cada vez más la riqueza en pocas manos. Ese es un problema democrático. La democracia no es solo ir a votar cada cuatro años -que por supuesto también es eso-, pero es mucho más que eso. Cuando las democracias son ineficientes para resolver problemas de derechos humanos, la gente empieza a descreer, la sociedad se precariza, se hace más violenta, se empobrece culturalmente, y cada vez es más difícil vivir en sociedad. Por eso los ricos se hacen barrios privados y se alejan del resto. Y ahí empiezan a crecer las alternativas autoritarias, como en El Salvador, para poner orden a una sociedad desquiciada y violenta”.
“El problema de fondo, a mi entender, es de carácter democrático y de la crisis profunda de las democracias en el mundo contemporáneo, producto de que los poderes fácticos del gran capital terminan marcando las reglas de juego y poniendo límites a la autodeterminación de los pueblos, inclusive contra la necesidad de su propio bienestar”, sostuvo.
Cambiar la forma de pensar
Sommaruga advirtió que en Uruguay, “si no cambiamos el chip, si no cambiamos la forma de pensar sobre el papel del bien público y de la necesidad de resolver el déficit habitacional, de generar trabajo como principal política de inclusión, de garantizar la alimentación y de erradicar la pobreza infantil; si no resolvemos el problema de la alta prisionalización -somos de los países con más presos del mundo-, no vamos a resolver el problema del tráfico de drogas, ni que cada año haya más niños con heridas de bala en el Hospital Pereira Rossell, producto de las disputas entre bandas en los barrios y del problema de seguridad que esto trae para la gente”.
Reiteró que “hay que cambiar el chip, porque hasta ahora el chip es inversión extranjera, proteger a los ricos, más policías, más cárceles. Ese menú, que parece el de los que saben, ¿a dónde nos está llevando?”.
Audacia
“La derecha no duda; en cambio la izquierda, para mover un pie, le pide permiso al otro. Pero además está viviendo otros problemas”, agregó. “Voy a citar una referencia doctrinaria que, a mi entender, tiene mucho poder explicativo: no hay política transformadora o revolucionaria sin teoría revolucionaria. Se necesita doctrina. La política no es solo táctica, sentido de oportunidad o coyuntura; la política es proyecto social. Para discutir un proyecto social tenés que usar categorías teóricas, marcos de pensamiento. Porque después pasa que la libertad, como la levanta la extrema derecha argentina, termina siendo ‘sálvese quien pueda’, la apología del individualismo egoísta. Y vos, ¿cómo discutís eso? ¿Cuál es tu proyecto de libertad? ¿Cuál es tu proyecto de democracia, de sociedad, de bien común? Eso no lo resuelve la táctica ni la coyuntura, lo resuelve el pensamiento profundo y estratégico”.
A juicio de Sommaruga, “a la izquierda le ha pasado que ha ido abandonando progresivamente la confianza en los marcos teóricos para transformar la realidad. Y entonces parece imposible pensar en una transición fiscal, una modernización fiscal, una transformación de la matriz productiva, un nuevo rol del Estado, o cambiar el paradigma del mercado centrismo hacia una economía de planificación estratégica. Hoy, el país más exitoso del mundo en términos económicos es China, que crecerá entre 4 y 5 puntos, mientras Estados Unidos crecerá apenas 1%, en un contexto mundial de enlentecimiento. Quizás el modelo chino no sea el paradigma a seguir, pero tiene una economía planificada y eso le permite tener una dirección social del proceso al que quiere ir”, señaló.
“Entonces nosotros decimos que hay que animarse a salir de la caja. Creo que eso es lo que le pasa al gobierno. Oddone, que es una persona muy formada, dijo -en alusión a la propuesta del PIT-CNT de crear un tributo del 1% al 1% más rico para erradicar la pobreza infantil- que no tenía evidencia teórica ni política de lo que proponíamos. Pero este es un debate que está instalado en el mundo académico: uno de los referentes es el economista francés Thomas Piketty, pero hay muchos más. Incluso en Uruguay, desde el Instituto de Economía se está produciendo material, masa crítica, argumentos y fundamentos en relación a esto”, sostuvo.
“¿Cómo Oddone va a decir que lo desconoce? Es un problema, otra vez, de qué marco teórico usamos para pensar la realidad y para transformarla. Nosotros lo dijimos el 1° de mayo, el problema central del Uruguay no es el crecimiento -que también es un problema-, sino el desarrollo. Y el crecimiento es subsidiario al desarrollo, porque no hay desarrollo sin crecimiento, pero puede haber crecimiento sin desarrollo”, insistió.
“Como decía Séneca: ‘ningún barco sabe qué viento le beneficia si no sabe a qué puerto se dirige’. Entonces necesitamos insistir para que el gobierno vea el viento que lo lleve al puerto que tiene que ir, y ese viento es el pueblo que sopla. Más que convencer al gobierno -con el que tenemos que dialogar mucho-, debemos generar convencimiento social”, concluyó Sommaruga.
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Oddone y el «impuesto a los ricos»: no es algo «que esté en la agenda de este gobierno o este ministerio»
El País, 10-7-2025

Según el ministro, «no forma parte la política económica» de este gobierno «ingresar en un debate» como el planteado por la propuesta del Pit-Cnt; «no vamos a avanzar en este tipo de formato», afirmó.
El ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone, descartó la posibilidad de que el Poder Ejecutivodiscuta la implementación de un «impuesto los ricos», tal como lo planteó el Pit-Cnt y como lo vienen promoviendo algunos sectores del Frente Amplio (FA).
El ministro realizó estas precisiones al ser consultado este martes durante su exposición sobre el proyecto de Rendición de Cuentasante la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado. «Quiero decir que no forma parte del objetivo de la política económica de este gobierno ingresar en debates tributarios del tipo que se han puesto sobre la mesa esta semana» dijo el jerarca, en relación a la propuesta.
«Nuestro objetivo no es ese», precisó. «Sabemos que la presión fiscal es elevada, y no podemos tocar esa presión fiscal». Por lo tanto, agregó, lo que se está planteando hoy a nivel del debate público «no es algo que esté en la agenda del gobierno o de este ministerio». De esa forma, el ministro afirmó: «No vamos a avanzar sobre este tipo de formato».
Según Oddone, esta postura no quita «que no tengamos en algún momento debates tributarios». Y, apuntó, «dada la restricción fiscal» que hay «por delante», a priori el gobierno no resigna «ningún instrumento». En ese sentido, confirmó que habrá eventuales «innovaciones tributarias» en la próxima ley de Presupuesto, referidas principalmente al impuesto a la renta mínima global.
La idea de un «impuesto a los ricos» fue planteada por el Pit-Cnt al presidente Yamandú Orsien una reunión que se celebró el pasado 23 de junio. Además de proponer una Estrategia Nacional de Desarrollo y de poner sobre la mesa la reducción de la jornada laboral a 40 horas sin reducción salarial, la central sindical habló allí de la implementación de un tributo del 1% sobre los sectores más acaudalados de la sociedad, que estaría destinado fundamentalmente a eliminar la pobreza infantil.
Si bien tras ese encuentro hubo un compromiso de estudiar la propuesta, la respuesta de Orsi fue clara. «Nosotros planteamos que no vamos a crear más impuestos», dijo el presidente.
La propuesta había estado presente en el discurso del Pit-Cnt durante el Día Internacional de los Trabajadores, el pasado 1º de mayo. Allí el dirigente Sergio Sommaruga había hablado de una «emergencia nacional» ante la pobreza que afecta al 20% de los niños y adolescentes en Uruguay. Frente a eso, dijo que el 1% más rico concentra el 80% de los recursos financieros depositados en la banca. «¿Uruguay puede o no erradicar la pobreza en las infancias y adolescencias?», se preguntó.
A nivel político, la propuesta es respaldada hasta el momento por el Partido Socialista (PS) y el Partido Comunista (PCU), que están dispuestos a dar el debate interno en el FA. «Es momento de que los malla oro pongan algo para el pelotón de rezagados», dijo en diálogo con Telemundo el senador Gustavo González (PS), poco después de adelantar su planteo en diálogo con El País.
La iniciativa toma como base una investigación realizada el año pasado por el Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la República (Udelar), que estimó que un impuesto de este tipo podría recaudar unos US$ 600 millones anuales, dando por sentado de que no hubiera evasión.
Las Bases Programáticas que el FA presentó en la pasada campaña electoral mencionaba una «mejora en la distribución del ingreso y la riqueza» en base a «criterios de equidad y justicia social». En ese sentido, se prometía la realización de una «significativa redistribución de los ingresos» a través de «una diversidad de instrumentos y políticas articuladas de manera sistémica, vinculando las políticas de desarrollo económico con las de protección, reparación y bienestar social». Así, se afirma que se hará un «ajuste importante en la distribución del ingreso», sin que este factor «esté necesariamente condicionado por el desarrollo de la productividad», en particular en los grupos en situación de pobreza estructural.
Mientras él esté, no habrá default
«Yo tengo un conjunto de convicciones, que están escritas y por las cuales voy a pelear a cómo de lugar, pero yo no hago lo que quiero», adelantó Oddone a los senadores. En primer lugar, porque dijo que no tiene «ningún voto». Pero, fundamentalmente, «porque tengo suficiente capacidad como para darme cuenta de qué puedo hacer y qué no puedo hacer».
El ministro de Economía defendió el proyecto de Rendición de Cuentasque presentó el gobierno y que el Senado ratificará la próxima semana. Sobre todo, en lo referido al artículo que incrementa el tope de endeudamiento. «Si no consiguiéramos el dinero, tengan por seguro que vamos a encontrar la manera de honrar los compromisos», aseguró. «Uruguay no va a entrar en default mientras algunas de las personas que están en esta sala estén en funciones», garantizó, en referencia a él y su equipo.
El pedido es cuestionado por la oposición, que no lo votará. «Simplemente, es preciso reforzar partidas por un conjunto de situaciones que se produjeron en el período anterior y que nosotros no catalogamos ni le atribuimos intencionalidad», precisó el ministro.
Consultado, explicó por qué pide aumentar el tope en lugar de recurrir a un incremento automático del 30%, previsto en la ley de Urgente Consideración (LUC). 1 «Las tres condiciones que establece la LUC no se configuran», dijo. «No hay regresión, no hay un cambio de precios relativos extraordinario y no hay un evento catastrófico», dijo. «Si yo hiciera otra cosa, estaría violando la ley», concluyó.
Nota de Correspondencia de Prensa
- Ley que fuera sin embargo criticada por el Frente Amplio. Véase Pese a críticas sostenidas a la LUC, el Frente Amplio incluyó pocas propuestas de cambio entre sus prioridades. ↩