Claudia Sheinbaum (Morena, PT, PVEM, 59.4%), Xóchitl Gálvez (PAN, PRI, PRD, 27.9%) y Jorge Máynez (MC, 10, 41)
Michael Roberts
The Next Recession, 1-6-2024
Traducción de Correspondencia de Prensa, 5-6-2024
Artículo escrito el día previo a las elecciones, pero que proporciona una serie de datos muy valiosos sobre la economía, la violencia y la corrupción en México, situando el período de AMLO y el actual gobierno en una perspectiva histórica. (Redacción CdP)
México celebra sus elecciones generales este domingo (el pasado 2 de junio, ndr). Con una población de más de 130 millones de habitantes, México se encuentra entre las 15 mayores economías del mundo y es la segunda economía de América Latina.
Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, ocupa la presidencia desde 2018, por lo que no puede volver a presentarse. Su partido, Morena, que formó en 2012, presenta a la ex alcaldesa de la capital, Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Sheinbaum se enfrenta a la oposición de Xóchitl Gálvez, que representa a una coalición de partidos «favorables a las empresas». La campaña ya ha terminado y Sheinbaum mantiene una ventaja de 21 puntos en las encuestas de opinión sobre Gálvez.
La victoria de AMLO en 2018 fue vista como un giro a la izquierda en beneficio del pueblo trabajador de México frente al largo dominio de los partidos corruptos y procapitalistas, el PRD y el PAN. En 2018, AMLO hizo campaña en torno a tres cuestiones clave: el aumento de la violencia generalizada y cotidiana en todo el país; la corrupción endémica entre políticos y funcionarios; y la elevada y creciente desigualdad entre ricos y pobres.
¿Cuáles fueron los resultados de AMLO en esos temas? Bueno, parece que ha habido pocas mejoras en la violencia y la delincuencia. Los «homicidios intencionales» disminuyeron un poco desde 2018, pero siguen siendo mucho más altos que en 2010. En 2020, México ocupaba el peor lugar entre los principales países latinoamericanos en este indicador. Pero recordemos que esta larga ola de delincuencia es principalmente producto de las guerras de los cárteles de la droga – y la enorme industria de exportación de drogas es en realidad una consecuencia de la adicción de los consumidores en EE.UU. y de los elementos criminales en ese país.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex2.jpg?resize=468%2C316&ssl=1)
¿Y con respecto a la corrupción? AMLO se destacó por ser el presidente más incorrupto que ha tenido México desde la década de 1930. El índice de corrupción de Transparencia Internacional muestra que la corrupción entre funcionarios y profesiones es, en efecto, un poco mejor que en 2018 (a menor puntuación, mayor corrupción), pero sigue siendo mucho más grave que en la década de 2000.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex3.jpg?resize=427%2C292&ssl=1)
¿Qué ha pasado con la desigualdad de ingresos y riqueza? Pues bien, según la Base de Datos Mundial sobre la Desigualdad, en 2012, el 1% de los mexicanos con mayores ingresos se llevó el 27,4% de todos los ingresos personales y el 10% con mayores ingresos se llevó el 64,1%, mientras que el 50% con menores ingresos se llevó sólo el 5,4%. Las cifras más recientes corresponden a 2022 y muestran que el 1% superior acaparaba el 26,8% y el 10% superior el 64,6%, mientras que el 50% inferior sólo el 6,0%. Así que no ha habido ninguna mejora visible en la desigualdad de ingresos bajo los años de AMLO.
El profesor Aberlardo Marina, economista de la Universidad Autónoma Metropolitana México, muestra que el programa de AMLO de elevar los niveles del salario mínimo y otras prestaciones sociales favoreció los ingresos de los más desfavorecidos. En los últimos seis años, el salario mínimo aumentó un 82% y los salarios del sector manufacturero subieron un 27%.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex4.jpg?resize=383%2C261&ssl=1)
Como consecuencia, la parte del PIB destinada al trabajo aumentó desde un mínimo bajo la presidencia procapitalista de Peña del 24,6% en 2012 al 27,6% en 2022, mientras que la parte de los beneficios se ha reducido. Pero la parte destinada a la mano de obra sigue siendo muy inferior a la de la década de 1970, antes del inicio de las políticas neoliberales adoptadas por los gobiernos procapitalistas en México (y en todo el mundo). Entonces, la participación de los salarios cayó y la de los beneficios aumentó.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex5.jpg?resize=488%2C328&ssl=1)
En lo que respecta a la desigualdad de la riqueza, la situación para la mayoría es aún peor. En 2012, el 1% superior de los poseedores de riqueza detentaba el 27,4% de toda la riqueza personal en México; el 10% superior poseía un asombroso 80%, mientras que el 50% inferior tenía riqueza negativa (más deudas que activos). En 2022, el 1% superior tenía el 26,8% de toda la riqueza personal; el 10% superior tenía el 79,1% y el 50% inferior seguía teniendo riqueza negativa. Así que, nuevamente, ninguna mejora visible.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex6.jpg?resize=656%2C426&ssl=1)
Y si observamos los índices de pobreza, aunque la tasa de «pobreza extrema» (con ingresos inferiores a 2,15 dólares al día) disminuyó con AMLO, sacando a 8,8 millones de mexicanos de la pobreza -una gran ganancia-, México sigue teniendo una mayor proporción de personas que viven con menos de 3,65 dólares al día que la media latinoamericana.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex7.jpg?resize=346%2C257&ssl=1)
México tiene la relación impuestos/PIB más baja de la OCDE. Los ricos no pagan muchos impuestos…
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex8.jpg?resize=602%2C397&ssl=1)
…lo que obliga al gobierno a generar grandes déficits presupuestarios y a pedir más préstamos para financiar el bienestar social y los servicios públicos.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex9.jpg?resize=602%2C411&ssl=1)
Además de estas cuestiones, ¿cuál es el estado de la economía mexicana? Durante las tres últimas décadas, México registró unos resultados insuficientes en términos de crecimiento. Su crecimiento económico fue, en promedio, apenas superior al 2% anual entre 1980 y 2022, limitando cualquier avance en la convergencia con respecto a las economías de altos ingresos. De hecho, desde la pandemia, la tasa media de crecimiento real del PIB ha sido de tan sólo el 0,7%, aunque en 2020 y 2023, tras el repunte posterior a la pandemia, la economía se expandió más de un 3% cada año. Excluyendo los aumentos de población, encontramos que el PIB per cápita de México sigue siendo inferior al de 2018.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex10.jpg?resize=656%2C448&ssl=1)
A lo largo de las décadas, el sector capitalista mexicano ha fracasado en la inversión productiva y, por tanto, en el crecimiento de la productividad. El profesor Marina muestra que la inversión productiva (es decir, excluyendo la construcción de viviendas e inmuebles) nunca ha sido superior al 17% del PIB y que cayó bajo la presidencia de AMLO. Y hubo un estancamiento durante la Larga Depresión de la década de 2010.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex11.jpg?resize=439%2C319&ssl=1)
Los niveles de productividad son inferiores a los de hace diez años, aunque se observa cierta recuperación desde la pandemia.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex12.jpg?resize=376%2C221&ssl=1)
La razón por la que los capitalistas mexicanos no invierten productivamente, a pesar de una participación elevada en los beneficios y los bajos impuestos, es que la rentabilidad del capital mexicano ha estado en un declive secular, por lo que la inversión productiva ha sido desechada en favor de la especulación inmobiliaria y financiera. Y gran parte de la rentabilidad ha ido a parar a empresas estadounidenses.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex13.jpg?resize=656%2C428&ssl=1)
El capital mexicano está dominado por el estadounidense. Desde que pasó a formar parte del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte: EE.UU., Canadá y México), luego rebautizado como acuerdo comercial EE.UU.-México-Canadá (USMCA) impuesto por Trump, la economía mexicana depende cada vez más de las exportaciones a EE.UU. y de la inversión de las empresas estadounidenses para aprovechar la mano de obra barata mexicana. Las exportaciones aumentaron más de un 11% este año. En el otro lado de la ecuación, las remesas de los mexicanos que trabajan en el extranjero (principalmente en EE.UU.), se han disparado hasta alcanzar el 4% del PIB.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex15.jpeg?resize=656%2C448&ssl=1)
Más recientemente, con la aplicación por parte de EE.UU. de sanciones comerciales contra los productos chinos, México se ha convertido cada vez más en una «tercera parte» que canaliza las importaciones chinas hacia EE.UU.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex16.jpeg?resize=389%2C214&ssl=1)
Todo esto ha favorecido las cuentas exteriores de México. En 2023, el comercio de bienes estaba prácticamente equilibrado y el déficit global por cuenta corriente era de sólo el 1,4% del PIB.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex17.jpg?resize=349%2C238&ssl=1)
Esto mantuvo al peso mexicano relativamente fuerte frente al dólar, pasando de 19,2 MXN/USD en 2018 a 17,8 MXN/USD en 2023 – aunque el peso sigue estando un 30% por debajo de su valor desde 2012.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex18.jpg?resize=332%2C287&ssl=1)
El mayor crecimiento de los dos últimos años permitió que la tasa oficial de desempleo alcanzara nuevos mínimos, aunque la elevada tasa de empleos «informales» (ocasionales) oculta la realidad del empleo en México.
![](https://i0.wp.com/correspondenciadeprensa.com/wp-content/uploads/2024/06/mex19.jpg?resize=656%2C448&ssl=1)
Pero la economía no se presenta muy bien a partir de ahora. Sheinbaum deberá enfrentarse a grandes desafíos. La economía estadounidense se está desacelerando desde el estallido de la «fiebre del azúcar» después del final de la pandemia y el fin de los estímulos fiscales de Biden. Si Trump vuelve a la presidencia en 2025 e impone su plan de aranceles generalizados y restricciones contra todas las importaciones, México puede verse muy afectado.
Mientras tanto, la economía doméstica se debilita. La producción industrial bajó un 3% en marzo, el primer descenso desde 2021. Las encuestas sobre la actividad manufacturera revelan que el sector se está contrayendo. Y el gasto minorista de los hogares mexicanos también está disminuyendo. El crecimiento del PIB real debería reducirse por debajo del 2% en 2024.
La presidencia de AMLO mejoró las condiciones de vida del 50% más pobre de los mexicanos. Sin embargo, los problemas fundamentales de una economía débil, con escasa inversión de capital, de desigualdades extremas de renta y riqueza, de altos niveles de corrupción y delincuencia (con los cárteles de la droga campando a sus anchas), no se han resuelto.
El problema es que el programa de AMLO era fundamentalmente keynesiano, y su objetivo era utilizar la inversión pública para «activar la bomba» de la inversión privada. Siguió confiando en que el sector capitalista cumpliría en lugar de poner al sector público y la planificación al mando, tomando el control de los bancos (principalmente extranjeros), la petrolera estatal PEMEX y las principales operaciones multinacionales dentro de México. Una transformación tan radical habría provocado una respuesta despiadada del capital nacional y del imperialismo estadounidense (como la que se ha aplicado a Venezuela). Así que AMLO y Sheinbaum no están dispuestos a seguir ese camino.
Si en lo que queda de esta década, la economía mundial se desacelera o entra en recesión y México no puede exportar para salir de dicha crisis, la presión recaerá sobre Sheinbaum para que aplique la «austeridad fiscal» con el fin de revertir los logros conseguidos por los trabajadores bajo el mandato de AMLO. Cuando, después de Lula en Brasil, llegó a la presidencia Dilma Rousseff, una situación similar a la de México ahora, la recesión de la economía mundial en la década de 2010 obligó a Rousseff a adoptar medidas favorables a los capitalistas, lo que finalmente condujo a su caída mediante un juicio político por parte del Congreso. Sheinbaum tendrá que evitar un destino similar como primera mujer presidenta de México.