María Moreno Molina
Viento Sur, 15-2-2021
Correspondencia de Prensa, 15-2-2021
Angustiosos y descarnados, los poemas de María Moreno Molina (Albacete, 1980) recogidos en su primer libro, Antropología del asco, nos enfrentan sin titubeos a la violencia de género, a la connivencia de una sociedad patriarcal y a la desdramatización de la agresión como parte de la estrategia de normalización de la desigualdad. Los despliega con versos secos y fríos y ritmo marcado (que contrasta con la cadencia fluida y la cálida evocación de su producción lírica posterior), que bien podrían ser golpes que nos apabullan formal y discursivamente. La escritora desdobla perspectivas y manifiesta la complejidad de la sumisión y de los mandatos de género, cómo son interiorizados y cómo la frustración y el dolor terminan por estallar. Sus piezas, con una orientación narrativa y una gradación muy cuidada, caminan hacia cierres rotundos, que evidencian la crueldad. De hecho, aunque están construidos alrededor de episodios o sucesos concretos, permiten fácilmente encontrar la áspera cotidianeidad de los hechos. Su forma de apelación, además, nos sumerge en cada escena y nos hace tomar partido. Pero también amplía el foco y se aproxima a los mecanismos represivos (policía, justicia, cárcel) y a su impacto sobre la subjetividad. Sus textos nos hablan de las múltiples aristas y representaciones del patriarcado. De hecho, más allá de una primera lectura directa, Moreno Molina coloca agujeros y ambigüedades en sus poemas que nos invitan a cuestionar y a indagar para sacar a la luz los distintos resortes de la dominación. La violencia y la humillación explícitas son solamente, entonces, una puerta que nos invita a repensar, tras el sobrecogimiento, nuestro entorno.
Alberto García-Teresa
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No me caló el vestido tu asquerosa mirada
sí los insultos
me llamas perra zorra
aprendí a no quejarme
no paso miedo de tus religiones
sí de tus celos
quise cuidarte como a un hijo
te lamí las heridas
y me tragué la tierra para darte alimento
creció tu cuerpo y con él la amargura
y con ella el temor a no partir cristales con los dientes
no me importó
no he respirado nunca por la supervivencia
mi vivir es sumiso y en cobijo
no me dolió el vacío
sí la ignorancia
con la que me obligabas a callar
cómo te gusta oírte con tu cantar más burdo
una palabra sucia basta para sanarte
qué ingenuo por pensar que me dolía
pintarme de payaso o taparme la cara
nunca me molestó guardarte la comida
sólo grité y lloré una vez para siempre
me bordaste en las nalgas:
esto es
ser mujer.
Tampoco dije nada.
***
Porque existe el dicho
ratificado por el presidente de mi nación
de que se cura el sida en el cuerpo impoluto de una virgen
han tomado mis ropas y
han entrado en mi estómago
eran tres
y se han curado
dicen y me han agradecido
duramente
y me han dejado en el estómago un relámpago y un niño
creo
y a mi familia no le ha sentado bien
cuánta maldad han dicho
sobre mí
y me han agradecido
a golpes el favor
y he enfermado
y he muerto.
***
Quítate la ropa
el vestido primero
sabes hacerlo
enseña un poco el hombro sí
naciste sabiendo
un leve movimiento de caderas y cae voilà
ahora más despacio
al final sabéis todas
continúa por las medias
zorra pero mantén el ritmo
hay algunas que ni eso
acaríciate el pelo así
suéltate la coleta
te gusta ¿no?
habla más fuerte
el frío dices
el frío claro otra igual
siempre la misma historia
puedes largarte a casa.
No me sirves.
***
El humillado cuenta
se atranca habla deprisa
el humillante miente
y dice que el humillado miente
habla sobrio y seguro
el humillante
sonríe de medio lado
el humillado huele
(y eso juega en su contra)
a lluvia a sudor frío a restos de comida
el jurado lo humilla cada vez que lo mira
sin saberlo
el exceso de suciedad (también juega en su contra)
las barbas tantas capas de unas ropas roídas
podredumbre que apesta
y que no gusta
el jurado es consciente ¿o no?
de lo que pasa.
***
Dicen
es bella la palidez del hambriento
y me encierran
no al mendrugo de pan
bilis y saliva son suficiente alimento para mí
porque me gusta lo rastrero
suficientes dos meses me devuelven y grito
devolvedme a los ojos vendados y los golpes
y sin la humillación no sé quién soy
pero ellos dicen que te hemos liberado
responde a esta sed
espabila
ahora eres respetada y puedes ir al baño incluso si deseas
dime qué es lo que quieres y te diré quién eres
lo digo poco
subo la intensidad y cada vez mi voz
se hace más clara
lo digo
lo he dicho.
Eres una puta
es su respuesta.
***
El fusil no siempre mata
quiero decir
el fusil no sirve sólo para matar
no dispara y ya está no amenaza y ya está
a veces el fusil traspasa los límites del mal
porque el asesinato está sólo en el mal
pero cuando el fusil viola y desgarra desgarra y viola
parte en dos parte en tres a una dama con velo
cuando es prolongación de catorce soldados
de catorce militantes de catorce años
de una guerra sangrienta de catorce mentiras
entonces no es el mal
entonces no es matar lo que hace el fusil
entonces aniquila a la especie
mientras catorce papas miran hacia otro lado.