Ceremonia rusa en Melitopol, en la Ucrania ocupada. Foto: Alexander Polegenko/Tass/SIPA.
Clara Marchaud, Kyiv (Ucrania)
Traducción, Faustino Eguberri
Viento Sur, 8-9-2025
Correspondencia de Prensa, 10-9-2025
La población de las regiones administradas por Moscú tiene hasta el 10 de septiembre para partir o “regularizar” su situación, es decir, adoptar el pasaporte ruso. Muchas personas deciden convertirse en rusas, para salvaguardar sus bienes y sus derechos básicos como la salud.
Hasta el final, Ihor* ha resistido las presiones rusas. Después de tres meses de ocupación, los soldados de Moscú primero pidieron al adolescente, entonces de 15 años, que tomara un pasaporte ruso para reemplazar el salvoconducto necesario para llegar a Luhansk desde su pueblo, ocupado en 2022. Antes de él, su madre no tenía otra opción, ya que el pasaporte ruso era la única forma de seguir cobrando las prestaciones relacionadas con su discapacidad.
Y luego, la escuela se negó a entregar a Ihor su certificado de estudios, equivalente al diploma. Una negativa educada primero, seguida de amenazas: “Si no aceptas tener un pasaporte ruso, primero será una multa, y luego una privación de los derechos parentales para tu madre”.
Ante esta presión, Ihor finalmente aceptó los papeles del ocupante en el verano de 2023, en una oficina flanqueada por banderas rusas. “No es una simple formalidad administrativa: los funcionarios nos hacen jurar defender este pasaporte “con nuestra sangre””, dice Ihor, que huyó de la zona ocupada por miedo a ser movilizado en el ejército ruso. Refugiado en Kyiv desde mayo, Ihor tiene ahora 18 años.
Otros testigos han contado a Mediapart que se vieron obligados a cantar el himno ruso durante la entrega de pasaportes, a veces frente a las cámaras.
Después de las conversaciones de Alaska, el Kremlin espera legitimar su control sobre la región e incluso recuperar el 25% de la región de Donetsk que no controla, obteniendo de Ucrania el reconocimiento de estos territorios como rusos, a cambio de un alto el fuego. Si, por el momento, Kyiv y sus aliados siguen siendo reacios, el Kremlin ya está rusificando estos territorios intensificando la presión sobre los habitantes para que adopten el pasaporte ruso.
El 20 de marzo, Vladimir Putin promulgó un decreto que obligaba a los ciudadanos ucranianos residentes en Rusia y en las cuatro regiones parcialmente ocupadas a «regularizar su estatus legal» o «irse voluntariamente» antes del 10 de septiembre. De lo contrario, los ucranianos se convertirán en extranjeros en sus propias tierras y estarán sujetos a la normativa migratoria rusa: estancia limitada a 90 días, exámenes médicos obligatorios y restricciones de acceso al empleo.
Seis millones de personas amenazadas
Esta medida amenaza a casi seis millones de personas ucranianas (incluidos 1,5 millones de niñas y niños) que han permanecido en los territorios ocupados, expuestas a la deportación o al encarcelamiento, según Kyiv.
“Los rusos no se contentan con distribuir pasaportes. Si te niegas, crean condiciones tales que ya no puedes vivir sin él”, lamenta Yuri Belusov, jefe del departamento de crímenes de guerra de la oficina del fiscal general ucraniano.
“Es una violación del derecho internacional […] que allana el camino para la comisión de otros crímenes de guerra por parte de Rusia”, abunda Human Rights Watch. “El derecho internacional prohíbe a Rusia modificar la demografía de las zonas ocupadas, obligar a los residentes a declarar su lealtad a la potencia ocupante, alistarlos en sus fuerzas armadas o transferir poblaciones por la fuerza. Los dos últimos constituyen crímenes de guerra, y cualquier deportación o expulsión de personas ucranianas también podría constituir un crimen contra la humanidad”.
“No puedes vivir sin un pasaporte ruso: no puedes recibir una pensión o subsidios, no puedes trabajar legalmente.” Olena*, habitante de la región de Luhansk
La “pasaportización” no data de hoy: Moscú ya había repartido pasaportes masivamente a los habitantes de las regiones separatistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur, y luego los usó para justificar su intervención militar de 2008 en nombre de la protección de “sus” nacionales.
En Ucrania, el método ha sido aplicado desde la anexión de Crimea (en 2014), donde la ciudadanía rusa se asignó automáticamente a las y los residentes permanentes. Nueve meses después de la ocupación de la península, Rusia ya reivindicaba la emisión de 1,5 millones de pasaportes, aunque algunos habitantes todavía se las arreglaban para vivir sin ellos. Después de la invasión a gran escala de 2022, esta política se endureció y se aceleró.
A partir de mayo de 2022, Rusia aprobó una serie de leyes para facilitar la naturalización de las y los ucranianos en las regiones ocupadas. En abril de 2023, desarrolló sanciones contra las y los refractarios: quienes que se negaran a la ciudadanía rusa tendrían la consideración de apátridas. Inicialmente fijado en quince meses y pospuesto varias veces por Vladimir Putin, la fecha límite se fija ahora para el 10 de septiembre.
Sin embargo, según las y los expertos, esta fecha límite sigue siendo en gran medida arbitraria y podría posponerse de nuevo. El jefe del Kremlin ya había anunciado en marzo que había «prácticamente completado» la emisión de pasaportes rusos a todas y todos los ucranianos de los territorios ocupados, con casi 3,5 millones de documentos.
Ni medicamentos ni acceso al hospital
“Desde 2022, sin pasaporte ya no tienes derechos, ni siquiera puedes salir del pueblo porque no pasas los puestos de control rusos”, dice Olena* por teléfono, desde su pueblo ocupado en la región de Luhansk. Esta ucraniana regresó en 2024 desde el extranjero para cuidar de su padre anciano y enfermo. “Cuando llegué, me dijeron que tenía sesenta días para regularizar mi situación o que me deportarían no sé a dónde, porque con nuestro pasaporte ucraniano, se nos considera extranjeros”, dice esta jubilada, algunas de cuyas personas conocidas fueron expulsadas.
Olena y su padre tardaron casi seis meses en conseguirlo, porque las oficinas administrativas están abrumadas por las solicitudes. “De todos modos, no puedes vivir sin pasaporte ruso: no puedes recibir una pensión o subsidios, no puedes trabajar legalmente, ni siquiera puedes recibir tratamiento”, continúa esta mujer que sobrevive de sus ahorros.
Para aumentar la presión sobre las y los habitantes, las autoridades de ocupación también han endurecido las condiciones de acceso a la atención médica. Yevgeny Balitsky, gobernador designado por Rusia en la parte ocupada de la región de Zaporijjia, había anunciado a finales de 2023 que, a partir del 1 de enero de 2024, las y los titulares de pasaportes ucranianos quedarían excluidos de la atención médica.
Un hospital en la región de Zaporijjia recibió la orden de cerrar porque el personal médico se negaba a aceptar la ciudadanía rusa.
“Sin un pasaporte ruso, ya no se pueden obtener medicamentos recetados en una farmacia u obtener una consulta en un hospital”, lamenta Maryna Slobodianiouk, de la ONG Truth Hounds, que documenta los crímenes de guerra. “Incluso recogimos el testimonio de una persona que vivía allí a la que se le negó una ambulancia porque no tenía pasaporte ruso”.
“No siempre dicen directamente que se necesita un pasaporte”, añade Ouliana Poltavets, coordinadora del programa Ucrania de la ONG Physicians for Human Rights (“Médicos por los Derechos Humanos”). Los servicios de salud solo requieren un seguro médico, obligatorio en el sistema ruso, pero es imposible obtenerlo sin pasaporte”. Entre febrero y agosto de 2023, antes de la entrada en vigor del seguro ruso obligatorio el 1 de enero de 2024, su ONG identificó casi quince casos de denegación de atención por falta de pasaporte.
Algunos hospitales incluso han creado una ventanilla dedicada a los pasaportes para acelerar el procedimiento para los pacientes desesperados. Un hospital en la región de Zaporijjia recibió la orden de cerrar porque el personal médico se negaba a aceptar la ciudadanía rusa.
Confiscación de bienes
Los ejemplos de restricción del acceso a los servicios esenciales se multiplican. Desde el 1 de abril, los conductores deben cambiar al permiso de conducir ruso antes de 2026. En la región de Kherson, las autoridades rusas exigen un pasaporte ruso para obtener o conservar su tarjeta SIM.
Desde 2024, las autoridades de ocupación también han confiscado en masa las viviendas de las personas que han abandonado los territorios ocupados. Según la ley rusa, los bienes declarados “sin propietario” se transfieren al municipio por decisión judicial. Para evitar la confiscación, hay que presentarse en el lugar, con un pasaporte ruso.
Esto fue finalmente lo que convenció a Olena: volver a registrar su casa y sus dos apartamentos bajo la ley rusa era la única manera de evitar su confiscación. “Aquí tenemos tierras, bienes. Hemos trabajado toda nuestra vida para que nuestros hijos, nietos y nosotros mismos tengamos un lugar donde vivir. Así que era natural que volviéramos, porque entendimos que íbamos a terminar sin nada ”, dice.
“La tendencia general es apretar las tuercas para empujar a la gente a irse o a “convertirse en rusas””, resume Maryna Slobodianiouk. Hoy en día, muchas personas aceptan el pasaporte ruso no para quedarse, sino para irse.
Porque sin este documento, se vuelve casi imposible cruzar los puestos fronterizos entre los territorios ocupados y Rusia, informa Myroslava Kharchenko, de la ONG Save Ukraine, que acompaña a las y los niños ucranianos que huyen de la ocupación
“Las y los ocupantes también explotan el hecho de que las y los ucranianos de los territorios ocupados viven en un verdadero agujero negro informativo. Les amenazan, asegurándoles que serán perseguidos en la Ucrania libre por aceptar un pasaporte ruso, que se arriesgan a la cárcel, a la pérdida de la custodia de sus hijos”, dice esta abogada. “Los rusos hacen todo lo posible para encerrar a estas personas, para evitar que se vayan. No es un secuestro físico, sino mental. Toman como rehenes sus espíritus para asegurarse de que estas familias nunca regresen a Ucrania, que pierdan toda esperanza y que se resignen a vivir allí, en su supuesta Rusia”.
* Los nombres han sido modificados por razones de seguridad.
-Artículo original en francés publicado en Mediapart, 4-9-2025