Ilustración: CONFIDENCIAL, inspirada en Squid Game.
La “gran purga” política de Rosario Murillo en Nicaragua
Confidencial, 31-8-2025
Correspondencia de Prensa, 4-9-2025
Bajo la “guillotina” de Murillo, en su camino de sucesión dinástica, han rodado las cabezas de varios operadores y personas de confianza de Ortega
Desde el regreso al poder de Daniel Ortega, en 2007, Rosario Murillo ha dirigido una constante “decapitación política” de figuras cercanas y leales a Ortega, para consolidar su propia influencia en el círculo íntimo del poder. La purga política de Rosario Murillo incrementó desde su ascenso a la vicepresidencia, y en 2025, al adquirir el cargo de “copresidenta —lejos de detenerse— parece más recia que nunca, en un escenario en el que “a cualquiera le puede caer la guillotina de Murillo”.
En esta purga, no hay lealtad histórica que valga, y ni los más cercanos a Ortega (o su familia) se salvan. La consolidación del poder dinástico de Murillo, sumada al deterioro de la salud de Ortega, impulsa una radicalización autoritaria basada en la paranoia y la urgencia de colocar cuadros leales a ella, y no a Ortega.
En Confidencial seleccionamos los casos más destacados de quienes han caído bajo la “guillotina” de Murillo, que ha alcanzado a figuras de alto perfil en el partido, el Estado, la Policía y el Ejército.
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Los primeros en caer
Desde que Daniel Ortega regresó al poder en Nicaragua, en enero de 2007, Rosario Murillo inició la decapitación política de los cuadros más cercanos y leales a Ortega, para sustituirlos con el monopolio de su influencia política en el círculo íntimo del poder.
Dionisio “Nicho” Marenco
Una de las primeras “decapitaciones” fue Dionisio “Nicho” Marenco, negociador del pacto de Daniel Ortega con Arnoldo Alemán, sobre el cual dijo: “Si no ha sido por ese pacto, el Frente Sandinista ¡nunca! hubiera ganado las elecciones”, en una entrevista con el diario La Prensa, en agosto de 2008.
El exalcalde de Managua (2004-2008) también fue artífice de la apertura de las relaciones económicas con la Venezuela de Hugo Chávez y su millonaria cooperación, que fue manejada por Ortega y Murillo a través de canales privados, convirtiéndose, hasta 2014, en la principal fuente económica de la dictadura.
Marenco fue separado de un tajo de la cocina del nuevo régimen, en los primeros meses de 2007. En noviembre de ese año protagonizó una pelea pública con Murillo, quien lo acusó de “traidor” por criticar el manejo del FSLN. “Rosario Murillo me acusó de traidor, y las traiciones en el FSLN son como condenas a muerte”, declaró Marenco.
En algún momento fue considerado como un “presidenciable”, pero se alejó de la vida pública desde 2009, al concluir su período como alcalde de Managua. Falleció a los 73 años, el 19 de mayo de 2020, durante la pandemia de covid-19.
Lenin Cerna Juárez
En abril de 2011 le tocó el turno al poderoso coronel en retiro Lenin Cerna, exjefe de la Dirección General de Seguridad del Estado en los años ochenta y secretario de organización del FSLN desde 1999. Lenin Cerna fue compañero de celda de Daniel Ortega, en los setenta.
Cerna fue separado de su cargo y expulsado de la secretaría del FSLN por órdenes de Murillo. Cayó en desgracia por su vinculación con el llamado “Waltergate”, un escándalo de corrupción en la Dirección General de Ingresos, que también le costó el puesto a su titular, Walter Porras.
Cerna regresó al redil de Ortega después de la Rebelión de Abril de 2018 y en julio de 2019 se incorporó a un equipo de trabajo de inteligencia al servicio de Ortega, aunque apartado por ella del círculo de influencia y poder.
A finales de julio de 2025, se difundió en varios medios de comunicación la versión de que Cerna había escapado de un allanamiento policial en su casa. Sin embargo, fuentes vinculadas a la Policía descartaron a CONFIDENCIAL la versión de la “fuga” y el coronel en retiro fue visto circulando en Managua el 10 de agosto, en un vehículo Mercedes Benz azul, manejado por un policía y escoltado por un vehículo policial.
Uno de los principales lugartenientes de Cerna, el coronel en retiro Rodolfo Castillo “Payín” fue capturado por la Policía el 1 de agosto, durante las fiestas hípicas de Managua, y desde el lunes 25 de agosto está casa por cárcel, bajo vigilancia policial y sometido a una investigación oficial de la rebautizada Procuraduría General de Justicia.
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La purga se profundiza
En 2016, Murillo se convirtió en vicepresidente de Ortega, y se colocó en la línea de sucesión constitucional. Cinco años después, en 2021 ambos se declararon reelectos, tras anular la competencia política y electoral, y Murillo continuó la sucesión dinástica por las vías de hecho.
Adolfo Marenco Corea
El comisionado general Adolfo Marenco Corea fue destituido por Ortega como director de investigación e inteligencia de la Policía Nacional, en noviembre de 2022. Dos días antes, Ortega había nombrado como nuevo subdirector de la Policía Nacional, a cargo del espionaje, a Zhukov Serrano Pérez, de quien destacó públicamente sus estudios en Rusia. En enero de 2023, se confirmó que Marenco fue encarcelado en El Chipote, y después trasladado a “casa por cárcel”.
Marenco era subdirector de la Policía y como jefe de investigación e inteligencia policial ejecutaba las labores de espionaje al servicio de la dictadura, considerado “los ojos y oídos del Estado policial”, según un perfil de Confidencial publicado en marzo de 2020.
El exmiembro del círculo íntimo de Murillo y del asesor de seguridad Néstor Moncada Lau, fue el primer jefe de alto nivel que cayó de su puesto y fue apresado, casi 50 días después del anuncio de su salida.
Marenco estaba casa por cárcel, tras caer en desgracia supuestamente por denuncias de corrupción, y manejo de negocios privados no autorizados, de una facción de la cúpula del régimen. En círculos policiales, circularon dos versiones sobre su encarcelamiento. Una, que fue para callarlo por quererse fugar del país. Otra, que se negó a seguir trabajando para los Ortega-Murillo, irritándolos aún más.
Omar Halleslevens Acevedo
El general de Ejército en retiro Omar Halleslevens Acevedo, también vicepresidente de Ortega entre 2012 y 2016, fue defenestrado de sus antiguas oficinas por órdenes de Murillo, en mayo de 2023. En enero de 2017, cuando Murillo asumió la vicepresidencia —tras unas elecciones sin competencia política y bajo fraude electoral del año anterior—, el exjefe del Ejército aceptó el nombramiento de “ministro delegado para asuntos específicos”, atendiendo directamente el Consejo Nicaragüense de Ciencia y Tecnología (Conicyt).
A pesar de ser relevado como vicepresidente, Halleslevens se mantuvo entre 2017 y 2022 a cargo de las oficinas de la Vicepresidencia y Conicyt, en las que originalmente tuvo un personal de más de 50 funcionarios.
En agosto de 2022 Halleslevens fue nombrado de manera paralela a cargo de la Comisión Nicaragüense de Energía Atómica con Fines Pacíficos, mientras el régimen se acercó a Rusia e Irán, proyectando la imagen del hijo del gobernante, Laureano Ortega Murillo, quien apareció como la figura principal de los acuerdos. El exjefe militar simplemente “desapareció”. Al final, el Conicyt fue eliminado tras 25 años de existencia, en noviembre de 2022.
La relación de Halleslevens con la vicepresidenta se deterioró al grado que Murillo ordenó que en diciembre de 2022 no se entregara la canasta navideña a los trabajadores de su despacho ni el bono a quienes tenían los salarios más bajos. En febrero de 2023, Murillo ordenó desalojar las oficinas de la Vicepresidencia, donde estaba Halleslevens, y que ella nunca visitó.
Una de las versiones sobre el detonante final para su salida asocia el acercamiento del exvicepresidente con el general en retiro Humberto Ortega Saavedra, hermano del dictador, después de que este se reunió con Daniel Ortega en diciembre de 2022.
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La barrida en la Corte
Lo ocurrido en el Poder Judicial en 2023 fue una barrida. La Corte Suprema de Justicia prácticamente fue desmantelada. Más de 1000 funcionarios y empleados públicos —incluidos jueces y magistrados que sirvieron a la dictadura— fueron despedidos, incluso vía WhatsApp, SMS o correo electrónico, sin prestaciones y violando sus derechos civiles y laborales. Direcciones y dependencias quedaron paralizadas o fueron traspasadas a la hoy rebautizada Procuraduría General de Justicia, y los despidos aún no cesan.
Alba Luz Ramos
En octubre de 2023 “tembló” la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Un grupo de policías encabezados por el “ministro asesor” Horacio Rocha desalojó de su oficina y envió a su casa a la presidenta de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), magistrada Alba Luz Ramos, quien se retiró de su oficina visiblemente afectada y se quejó de estar siendo “ultrajada”, según testigos de la expulsión.
La “suspensión de facto de la doctora Alba Luz Ramos evidencia la toma del control, del Poder Judicial, por parte de Rosario Murillo”, dijo en octubre de 2023 a Confidencial una fuente vinculada a la Corte Suprema.
En los días posteriores ocurrió lo mismo con otros magistrados y funcionarios del todavía llamado Poder Judicial, donde la barrida superó a más de mil empleados públicos.
También varios de sus feudos —como los registros públicos, o las instancias de mediación y arbitraje— fueron traspasados a Procuraduría. La barrida en el Poder Judicial fue tan extendida que en enero de 2025 también fueron destituidos jueces y magistrados que actuaron como verdugos de la dictadura, condenando a presos políticos en juicios espurios o leyendo sentencias de desnacionalización y confiscación de ciudadanos y opositores.
Y las ruinas no parecen importarle a nadie en la cúpula. Casi dos años después, el magistrado orteguista Marvin Aguilar permanece únicamente como “magistrado presidente en funciones” de una barrida CSJ.
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La purga alcanza a la familia
Humberto Ortega Saavedra
Humberto Ortega Saavedra, general de Ejército en retiro y hermano del dictador, falleció la madrugada del 30 de septiembre de 2024, tras permanecer bajo arresto domiciliario desde el 19 de mayo, y en aislamiento total desde el 11 de junio, por órdenes de Ortega y Murillo.
El 9 de junio, tres semanas después de estar “casa por cárcel”, el general en retiro grabó un mensaje de audio en una llamada a Confidencial desde un teléfono celular que guardaba a escondidas en su casa, después que la Policía incautó todos sus medios de comunicación durante el allanamiento de mayo. En el mensaje íntegro, que quedó en resguardo de este medio según su voluntad, se declaró “prisionero político”, denunció su estado de aislamiento, el agravamiento de su salud, y su demanda de libertad.
Ni el Ejército de Nicaragua ni la dictadura de Daniel Ortega, admitieron el traslado del general en retiro al Hospital Militar, ni brindaron alguna información sobre la condición de salud del preso político en ese centro hospitalario, hasta que, tres meses y medio después, el 29 de septiembre, emitieron un comunicado 10 horas antes de que falleciera bajo custodia de la Policía y el Ejército.
Durante su vida pública, Humberto Ortega siempre alardeó de su astucia. Y la tuvo en su actividad política guerrillera, durante su carrera militar y en su faceta de empresario millonario, aunque de la última nunca le gustó hablar. Fue el primer jefe del Ejército Popular Sandinista en 1979 y del nuevo Ejército de Nicaragua en 1994. También, uno de los nueve comandantes de la Dirección Nacional del Frente Sandinista, y una figura respetada y controvertida, por igual.
Asumió el papel de factor político y negociador en momentos de crisis. Desde esa posición promovió el primer pacto político con Arnoldo Alemán en 1997, tras la segunda derrota electoral de su hermano Daniel, y luego intentó —sin éxito— resolver el estallido social de 2018.
En el ocaso de su vida, Humberto Ortega cuestionó la dictadura de su hermano, con quien mantuvo una relación de altos y bajos hasta sus últimos días. En una entrevista con el medio argentino Infobae, en mayo de 2024, cuestionó el plan dinástico de su hermano y su cuñada, con una declaración que lo convirtió en preso político y lo condujo a su muerte.
Aunque no ocupó ningún cargo tras el regreso al poder de su hermano, su encarcelamiento y muerte como prisionero político marca —hasta hoy— lo más alto que ha llegado la guillotina de la dictadura, alcanzando la escala familiar.
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Las purgas de 2024
En 2024, la purga de Rosario Murillo sorprendió con sus decapitaciones. Tocó la alta gerencia económica del Estado, “renunciando” a un titular de su confianza, a familiares unidas a la historia del FSLN y al eterno escolta de Ortega.
Iván Acosta Montalván
En junio de 2024, la dictadura confirmó la salida de Iván Acosta Montalván como ministro de Hacienda y Crédito Público. La noticia sobre su salida se conoció más de 24 horas antes, cuando tres fuentes vinculadas al ahora exfuncionario confirmaron a Confidencial su destitución, aunque la dictadura asegura que fue “renuncia”.
Como ministro de Hacienda, desde principios de febrero de 2012, Acosta era uno de los principales operadores económicos del régimen, y una ficha leal a Murillo.
Sin embargo, el 18 de junio de 2024, agentes de la Policía Nacional, al servicio de la Dirección de Auxilio Judicial, allanaron su oficina y su vivienda, aunque entonces no fue detenido por la Policía, y luego se le vio en un restaurante.
Un mes más tarde, Ortega lo nombró “ministro asesor del presidente de la república ante organismos internacionales”, un cargo que no existía hasta el 28 de junio, que apareció publicado en el Diario Oficial La Gaceta.
Luego, en octubre, Acosta fue detenido nuevamente por la Policía, sin que se hayan hecho públicas las razones para su destitución en junio.
Su caída se ha vinculado al extesorero de Hacienda, Juan José Montoya, detenido desde mediados de abril de 2024, por presunto lavado de dinero y “corrupción no autorizada”. Aunque se desconoce una acusación formal en contra de Montoya, seis lujosas propiedades que se le atribuyen fueron confiscadas y repartidas por la dictadura desde su “caída en desgracia” y encarcelamiento.
Carlos Fonseca Terán

Carlos Fonseca Terán, hijo del fundador del FSLN Carlos Fonseca Amador, militante sandinista y firme defensor del régimen de Ortega y Murillo, fue detenido en su residencia, en Managua, el 26 de julio de 2024. Ni la Policía ni la Fiscalía han detallado los motivos, pero diversas fuentes ligadas al FSLN aseguran que la razón principal fue su papel como coordinador de un grupo de WhatsApp llamado “La Comuna”. En ese chat, Fonseca mantenía conversaciones críticas sobre el Gobierno con otra decena de sandinistas, aunque sin renegar del liderazgo de Ortega.
Fonseca fue puesto en aislamiento total: sus teléfonos y computadoras fueron confiscados a él y a su esposa, Arlen Cuadra, quien era magistrada del Tribunal Laboral, y meses antes fue despedida en una de las barridas de la Corte Suprema de Justicia. También su hijo, Carlos Manuel Fonseca López, fue despedido de un puesto en la agencia de inversiones ProNicaragua, donde trabajó por ocho años.
El alcance de esta purga va más allá de Fonseca Terán e incluye a al menos una decena de sandinistas que participaban en el grupo de WhatsApp “La Comuna”. Entre ellos: los profesores universitarios Rigoberto Ramos, Ernesto Paredes, Frank Matus y Christian Eduardo Bermúdez, el abogado Alejandro Taleno, el administrador Gustavo Zapata, y el artista José Antonio Bermúdez.
Terán no ocupaba un cargo oficial ni era un operador directo de la dictadura, pero su detención es significativa por el peso de su apellido en la historia del FSLN.
Aunque públicamente se mantuvo como un partidario incondicional del régimen, sus críticas, presuntamente moderadas y en un ámbito privado, fueron suficientes para activar la maquinaria represiva de un régimen que no tolera ninguna forma de crítica, incluso de aquellos que fueron sus más fervientes defensores.
Alberto Acuña Avilés
La destitución y baja deshonrosa del jefe de escolta presidencial de Ortega, comisionado general Marcos Alberto Acuña Avilés, fue confirmada por la Policía Nacional en agosto de 2024, horas después que Confidencial informó que la medida fue ordenada por Murillo desde el 24 de julio.
Acuña era parte del equipo policial de seguridad de Ortega desde los años 90, y desde el 10 enero de 2007 se convirtió en el jefe de la escolta presidencial. En 2014, Ortega lo ascendió al grado de comisionado general.
Después de estar al servicio de la seguridad personal de Ortega durante más de 25 años, Acuña fue señalado de desobedecer “flagrantemente órdenes superiores, poniendo en riesgo la seguridad ciudadana”, según la nota de prensa policial.
Fuentes vinculadas a la Policía Nacional revelaron que, en los últimos meses, eran visibles las “relaciones de tensión” entre Murillo y Acuña, y detallaron que la orden de su salida se produjo después “que tuvo una discusión” ella, en torno a una situación y un tema que no pudieron identificar.
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Los verdugos también caen
Un comisionado general en retiro fue “resucitado” con una tarea clara: ejecutar las “purgas” de la dictadura. Cumplió con tanto éxito que algunos comenzaron a llamarlo el “ángel de la muerte”, porque si él aparecía en la oficina de algún funcionario no era para otra cosa que hacer rodar su cabeza. Igual de “eficiente” fue la rectora que encabezó la cacería contra los universitarios por las protestas de 2018, cooperó con el cierre y confiscaciones de casi 40 universidades y permitió el adoctrinamiento en las aulas, ganándose el título de “verdugo de la autonomía universitaria”. Pero —llegado su turno— ninguno de los dos escapó de la purga de Rosario Murillo.
Horacio Rocha López
El comisionado general en retiro Horacio Rocha López, resucitado como “ministro asesor de la Presidencia en temas de seguridad” y principal ejecutor de las “purgas” en el Estado, la Policía y el partido de Gobierno entre diciembre de 2022 y septiembre de 2024, fue separado de su cargo en la tercera semana de enero de 2025, también por órdenes de Murillo.
“Rocha está separado de todas sus funciones, sin explicar las razones”, indicó a Confidencial una fuente vinculada al Ministerio del Interior y la Policía Nacional. Otra fuente, vinculada al FSLN, aseguró que la caída de Rocha se debe a que se “le pasó la mano y se extralimitó en sus funciones”.
El otrora poderoso ministro asesor presidencial “se arrogó facultades para realizar investigaciones sobre altos personajes e instituciones” de la cúpula del poder, “sin autorización”, explicó la fuente. Desde enero de 2025, Rocha, está en su casa de habitación, sin funciones.
Ramona Rodríguez Pérez
Ramona Rodríguez, ahora expresidenta del Consejo Nacional de Universidades (CNU), fue el principal verdugo de las universidades nicaragüenses. Se coordinó con la Dirección General de Control de Organizaciones sin Fines de Lucro para cancelar las personalidades jurídicas de 37 universidades privadas y confiscar sus propiedades, y fue la principal responsable de la cacería y “muerte académica” de más de un centenar de estudiantes expulsados de la Universidad Nacional Autónoma de de Nicaragua (UNAN – Managua) que tenía a cargo.
Permitió el ingreso de grupos paramilitares y policías para que atacaran a balazos a los estudiantes atrincherados en el recinto universitario, en 2018. También fue responsable de desmantelar la autonomía universitaria, fomentar el proselitismo político dentro de las universidades y violar los derechos laborales de los trabajadores despedidos por manifestarse en contra del régimen.
Fue destituida como presidenta del CNU y rectora de la UNAN – Managua, en mayo de 2025. Días después de su destitución, reapareció públicamente para asumir un cargo sin poder real: hacerse cargo del Centro Nacional de Capacitación de Emprendedores “La Sandino”, instalado en las oficinas del Centro para la Promoción, Investigación y Desarrollo Rural y Social (Cipres), confiscadas al “ideólogo” del FSLN, Orlando Núñez, en marzo de 2025.
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Las purgas más recientes
Los arrestos contra operadores políticos y económicos de larga historia en el FSLN y amplia cercanía a Ortega, son vistos como acciones más allá de la purga de Rosario Murillo. En palabras de la comandante guerrillera, disidente, historiadora y exrea política desterrada, Dora María Téllez, la evidencia de estas es que “ser incondicional de Daniel Ortega, incluso de Rosario Murillo, ya no paga, no tienen ninguna retribución”.
Álvaro Baltodano Cantarero
El general de brigada en retiro Álvaro Baltodano Cantarero fue detenido en mayo de 2025 y sentenciado a 20 años de cárcel por el supuesto delito de “traición a la patria”, y se ordenó “la confiscación de todos sus bienes”, el 9 de junio, en un juicio sumario por videoconferencia en la cárcel La Modelo, en Managua.
El 14 de agosto, la rebautizada Procuraduría General de Justicia también anunció la cancelación “de manera definitiva” del contrato de concesión de la Planta Geotérmica Momotombo, alegando vínculos con “20 sociedades de papel” de la empresa “Momotombo Power Company”, a cargo de Baltodano Cantarero, su hijo el empresario Álvaro Baltodano Monroy (detenido en julio) y tres inversionistas extranjeros.
Baltodano fue comandante guerrillero del FSLN y participó en la insurrección de Matagalpa, en 1979, como uno de los jefes del Frente Norte. Se incorporó al Ejército Popular Sandinista en julio de 1979, desempeñando altos cargos militares durante la guerra entre la contrarrevolución y el EPS en la década de los ochenta. Se retiró del Ejército en abril del 2000, pasando a general de brigada en retiro.
Junto con Lenin Cerna y Dioniso Marenco, Baltodano se convirtió en uno de los actores de mayor confianza política de Ortega, siendo uno de sus principales operadores políticos en la oposición, entre 2000 y 2006. En 2006 también fue el representante del FSLN en la Alianza Unida Nicaragua Triunfa, con la cual Ortega regresó al poder.
Después del triunfo electoral, fue nombrado presidente de la Comisión Nacional de Zonas Francas y, entre 2009 y 2017, se convirtió —junto con el asesor presidencial para asuntos económicos, Bayardo Arce— en uno de los enlaces de Ortega en la alianza con los grandes empresarios del sector privado. También, consolidó su influencia como presidente de la Agencia de Promoción de Inversiones y Exportaciones (ProNicaragua).
En 2017 fue nombrado “ministro delegado presidencial para la Promoción de Inversiones y Facilitación del Comercio Exterior”, cargo del cual fue destituido en octubre de 2022, retirándose de las actividades políticas públicas en el FSLN.
Bayardo Arce Castaño

El asesor económico de la Presidencia, Bayardo Arce Castaño, exmiembro de la Dirección Nacional del FSLN, fue el principal operador del poder en la estrategia de alianzas económicas con los grandes capitales del sector privado. Actuó como contraparte oficial ante el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) en la interacción del Gobierno con las cámaras empresariales, en el “modelo de diálogo y consenso”, roto en abril de 2018, cuando el Cosep condenó la represión y masacre a las protestas ciudadanas.
El excomandante de la revolución, siempre había tenido su propio peso político en el FSLN, particularmente entre los empresarios sandinistas y en el Poder Judicial. Leal al partido y empresario privado, administró su capital político con cautela y pragmatismo, evitando entrar en contradicciones con Ortega y poniendo siempre de relieve su utilidad al servicio del régimen, en la economía y los negocios.
Sin embargo, a la medianoche del 30 de julio de 2025, Arce fue capturado con un gran despliegue policial durante un allanamiento a su casa de habitación, al sur de Villa Fontana. La detención ocurrió cinco horas después que la Procuraduría emitió un comunicado señalando que Arce no había respondido a dos solicitudes de entrevista en una investigación por “transacciones al margen del Estado”.
A la fecha, sigue preso en un lugar no identificado, y no ha sido acusado por la Fiscalía o por la recién rebautizada Procuraduría General de Justicia. Tampoco Ortega se ha referido públicamente a su detención.
Néstor Moncada Lau
El asesor en “seguridad nacional” de los codictadores, Néstor Moncada Lau, uno de los principales operadores políticos de la represión y del Estado policial en Nicaragua, desde 2018, fue encarcelado en el Sistema Penitenciario Nacional La Modelo, desde la mañana del sábado 16 de agosto de 2025, por órdenes de Murillo, confirmaron a Confidencial fuentes vinculadas a la Policía Nacional.
Moncada Lau es un exoficial de la Seguridad del Estado en los años 80 y asumió el control total de la seguridad en la Secretaría del Frente Sandinista, tras la destitución de Lenin Cerna y su equipo, también ordenada por Murillo en 2011. Es descrito como “el custodio de los secretos de El Carmen”.
El operador fue capturado por la Policía en su casa, en el reparto El Rodeo, el jueves 14 de agosto, por la noche, y trasladado a la Dirección de Auxilio Judicial, El Chipote, donde fue interrogado. Después, fue trasladado de regreso a su casa, el viernes en la tarde, y quedó bajo vigilancia policial. Pero, en la mañana del sábado 16 de agosto, nuevamente fue capturado por la Policía y trasladado a La Modelo, aunque oficialmente no ha sido objeto de una acusación de la Fiscalía o la Procuraduría.
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¿Hasta dónde llegará la purga de Rosario Murillo?
La purga de estos “últimos leales a Daniel Ortega” también provoca “zozobra e incertidumbre” en el llamado “sandinismo histórico”. La frase “a cualquiera le puede caer la guillotina de Rosario Murillo” se ha convertido en un temor real entre sandinistas y funcionarios públicos. Pero, aunque Murillo se posiciona para heredar el poder, el malestar interno por su purga genera serias dudas sobre la viabilidad política de la sucesión dinástica en Nicaragua.