A la derecha, miembros de un convoy solidario de la RSISL en Ucrania con sindicalistas ucranianos.
Solidaires, 19-4-2024
Traducción de Correspondencia de Prensa, 15-5-2024
La Union syndicale Solidaires (Francia) está implicada desde hace mucho tiempo en la solidaridad internacional. Hay muchas razones para este compromiso, pero sobre todo está la idea de que las trabajadoras y los trabajadores de aquí no pueden separar sus luchas y su futuro de las que tienen lugar en otras partes del mundo.
Porque los derechos sociales, la defensa de los salarios, de las condiciones de vida, de las libertades sindicales y del derecho de huelga, no existen ni pueden defenderse en un país independientemente de cómo se defiendan en otros lugares, porque los artífices de la mundialización neoliberal están empeñados en pisotear los derechos sociales y limitar los aumentos salariales a través de la deslocalización.
Pero también porque nuestro país y nuestros gobiernos venden armas y mantienen relaciones con gobiernos, a menudo en contra de la voluntad de sus pueblos.
Porque los conflictos de otros lugares tienen una resonancia aquí, porque este país tiene una historia, una historia occidental y también una historia colonial.
Aunque nuestro compromiso internacionalista sea materialmente limitado y se inscriba en movilizaciones más reducidas en Francia que en otros países (tanto por Palestina como por Ucrania), tiene una gran importancia política.
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Sobre Palestina y Gaza,
La movilización en Francia sigue siendo limitada, sobre todo en comparación con las enormes manifestaciones en otros países europeos y del otro lado del Atlántico… No obstante, es esencial y contribuye al aislamiento del Estado de Israel y de su política genocida. No podemos sino felicitarnos por las declaraciones de la intersindical.
Tras varios meses de masacres de la población de Gaza y de destrucción sistemática, las movilizaciones han forzado un cambio en la retórica gubernamental en Estados Unidos y en Francia… Por supuesto, es algo que todavía no ha tenido ningún efecto concreto sobre la agresión israelí y el apoyo material que recibe. Pero la movilización de la opinión pública es un arma que puede y debe contribuir a obtener un alto el fuego.
Anteriormente, al ser una fuerza motriz dentro de la intersindical en la denuncia de la agresión rusa en Ucrania, Solidaires contribuyó a una fuerte expresión pública para condenarla y a un apoyo material que son la mejor demostración concreta de la inanidad de todos los discursos «campistas» (que reducen su visión del mundo a la lucha de un bando contra otro…) y de su apoyo, voluntario o involuntario, al discurso de Putin…
Además, en nuestra pequeña medida, contribuimos a cambiar la situación y a recordar la necesidad de apoyar al pueblo ucraniano que resiste, un apoyo que debe ser material, financiero y a largo plazo…
La solidaridad internacional que practicamos se apoya en muy pocos militantes, la tarea es inmensa y nuestra acción puede parecer irrisoria, pero mientras tanto es una contribución esencial a las movilizaciones en las que participamos plenamente.
Palestina-Ucrania: ¿doble rasero y/o el mismo combate?
No dividimos el mundo en dos campos, uno de los cuales, dirigido por los Estados Unidos de América con el respaldo de la Unión Europea, y el otro, necesariamente menos peligroso, o incluso víctima del primero, que sería «nuestro campo».
Somos anticolonialistas y sabemos reconocer las prácticas y las guerras imperialistas y coloniales, independientemente de los Estados que las dirijan.
Esto no es una contradicción con nuestra vocación primordial de defender a los trabajadores. Es la firme convicción de que la defensa de los derechos sociales y democráticos también puede estar íntimamente ligada a la defensa de la tierra y la cultura propias. No tenemos contrapartes estatales, somos independientes, pero sí tenemos una opinión sobre las políticas estatales y sus consecuencias.
Hoy participamos en importantes campañas de solidaridad con Ucrania y Palestina. Por supuesto, nuestro gobierno, y la mayoría de los gobiernos, tratan estos dos conflictos de forma muy diferente: los más poderosos muestran su solidaridad con Ucrania, mientras siguen apoyando a Israel a pesar del genocidio en curso. Criticamos esta actitud y manifestamos nuestra voluntad de poner fin a la hipocresía de amenazar a Putin y dejar las manos libres a Netanyahu. Por ejemplo:
– Exigimos la ruptura del tratado de asociación entre la Unión Europea e Israel, que permite un acceso preferencial de los productos israelíes al mercado europeo y que, sin embargo, incluye una cláusula de respeto de los derechos humanos. También exigimos que se rompan todos los vínculos comerciales con Rusia y que las grandes empresas francesas abandonen ese territorio para imponer sanciones realmente fuertes.
– Apoyamos las reclamaciones de confiscación de los activos rusos en el extranjero, cuyas colosales sumas podrían utilizarse para reforzar la escasísima ayuda real a la resistencia ucraniana. Y llamamos a apoyar la campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones contra la política colonial y racista del Estado israelí.
– Exigimos que se lleven a cabo investigaciones internacionales y que se tomen medidas inmediatas para impedir los crímenes que se están cometiendo actualmente en Ucrania, al igual que en Palestina, ante los que la Corte Penal Internacional ha hablado de riesgo de genocidio.
– Exigimos que nuestros gobiernos hagan todo lo que esté a su alcance para lograr un alto el fuego inmediato en Gaza y la retirada inmediata de las tropas rusas de toda Ucrania: ¡eso no sería más que respetar el derecho internacional, en Palestina y en Ucrania!
La solidaridad internacional se expresa en todo el mundo, en las enormes manifestaciones de apoyo a Palestina y a la exigencia de un alto el fuego inmediato, en casi todo el mundo, y en los cientos de convoyes organizados hacia Ucrania por sindicatos, asociaciones y particulares. También se expresa en la voluntad de los sindicalistas ucranianos y palestinos de establecer contactos entre sí. Y nuestra Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas (RSISL) sirve a este objetivo, oponiéndose a una visión restringida o unilateral de nuestros combates.
La solidaridad con el pueblo y las trabajadoras y trabajadores de Ucrania
Nuestro sindicato se implicó desde el principio en la solidaridad contra la guerra que llevan a cabo Putin y Rusia. Los vínculos que hemos forjado con los sindicalistas de ucranianos confirman esta opción. No hay imperialismos menos peligrosos que otros, y decir esto no implica ningún apoyo al gobierno ucraniano, con el que nuestros compañeros sindicalistas son muy críticos, sobre todo en lo que se refiere a los ataques contra los derechos sociales y laborales; y también apoyamos sus acciones contra la patronal y el gobierno ucraniano. Pero un Estado que asesina a sus opositores, reprime a los sindicatos, partidos y asociaciones independientes e invade militarmente los países vecinos, no puede ofrecer a los trabajadores ucranianos ninguna perspectiva de futuro.
Estamos en contacto regular con sindicalistas independientes de los sectores sanitario, ferroviario y educativo, así como con sindicalistas estudiantiles y mineros de las regiones de Kiev, Lviv, Dnipró y Kryviy Rih.
También los apoyamos dando a conocer desde aquí sus luchas. Ya sea la lucha de los sindicatos contra las reformas de la legislación laboral, en defensa de la salud pública o de la cultura, por ejemplo contra el cierre de la Academia de Impresión de Lviv, por los derechos de las mujeres y la defensa de sus condiciones materiales en estos tiempos de guerra. Aunque la guerra dura ya más de dos años y la ley marcial prohíbe las manifestaciones, ha habido muchas. Todo ello demuestra cómo los trabajadores defienden sus derechos, incluso en tiempos de guerra.
Es el caso de los trabajadores de «Sé como Nina» y del sindicato de la salud, que defienden sus salarios y las condiciones en las que realizan su trabajo en un contexto de guerra, o de los sindicalistas independientes de Kryviy Rih, que defienden los derechos de los trabajadores que han ido al frente mientras construyen pozos de agua para la población, cuyas infraestructuras están son bombardeadas. Tenemos otros ejemplos concretos.
Tras más de dos años de guerra, las condiciones generales de vida y de trabajo son especialmente difíciles, y la solidaridad internacional directa es muy apreciada, ya que aporta aliento y apoyo en un contexto de gran incertidumbre: incertidumbre sobre las condiciones de la ayuda real de Occidente a Ucrania más allá de los anuncios que a menudo no son seguidos de hechos, aumento del reclutamiento obligatorio, aumento de la amenaza rusa incluso en forma de armamento (nuevos tipos de misiles, riesgo de utilización da armas nucleares…), ataques incesantes de los empresarios y capitalistas contra los trabajadores, una gran parte de los cuales están, voluntariamente, en el frente…
Nuestras acciones de solidaridad se organizaron a través de la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas, con la que ya organizamos tres convoyes que nos permitieron reunirnos y mostrar nuestra solidaridad material con los sindicalistas independientes de varias ciudades del país. También se han organizado acciones con la intersindical en Francia, estableciendo vínculos con los dos principales sindicatos, la FPU y la KVPU.
En términos de solidaridad material, hemos comprado y enviado generadores, equipos de telecomunicaciones, equipos para ayudar a la reconstrucción, alimentos y productos de higiene para los refugiados en el interior de Ucrania… y actualmente seguimos recaudando dinero para equipos de perforación.
La solidaridad con el pueblo y las trabajadoras y trabajadores palestin@s
Trabajar en Palestina significa estar sometido a la explotación y la colonización. Apartheid, reducción de derechos, condiciones de trabajo en Israel o en las colonias, ausencia de derechos sociales, pago aleatorio de salarios, desempleo masivo, sobre todo en Gaza, tal era la situación en vísperas del 7 de octubre.
Desde entonces, se han retirado todos los permisos de trabajo en Israel. Si bien éstos representaban una forma de explotación especialmente odiosa, que obligaba a los trabajadores a largas esperas en los puestos de control para entrar en territorio israelí durante jornadas laborales igualmente largas, la supresión de los mismos repercute en los recursos de muchos palestinos de Cisjordania y Gaza. En territorio israelí, la situación de los palestinos considerados cómplices de Hamás también se ha deteriorado.
Pero para los gazatíes de hoy, no hay ni siquiera palabras ni imaginación sobre lo que significa ser un trabajador cuando los edificios, las escuelas, los hospitales y los comercios están destruidos, el dinero apenas circula, muchas personas se han visto obligadas a huir y existe una amenaza permanente de bombardeos.
Más que nunca, la defensa de los derechos laborales está vinculada al fin de la guerra y de la colonización. ¿Cuáles son las perspectivas cuando los colonos israelíes acaban de ocupar otras 800 hectáreas en el valle del Jordán, la mayor confiscación de tierras en 30 años? ¿Y si mañana los habitantes que sobrevivan son expulsados de Gaza?
El sindicato Solidaires ha organizado varias delegaciones a Cisjordania en los últimos años. Ha establecido vínculos con sindicatos independientes y numerosas asociaciones de defensa de los derechos de los palestinos.
Evidentemente, gran parte de nuestra actividad se dirige a nuestro gobierno, a la Unión Europea y a las organizaciones internacionales que se niegan a presionar al Estado de Israel para un alto el fuego inmediato y para imponer una paz justa y duradera. Esta presión sólo puede ser eficaz mediante medidas de aislamiento, en particular el cese de la financiación y la ayuda militar, la ruptura de los vínculos comerciales y la desinversión por parte de las empresas europeas. Por tanto, nuestra participación en la campaña BDS (boicot, desinversión, sanciones) y en Stop arming Israel tiene pleno sentido.
Decidimos participar en la campaña de ayuda financiera a la asociación médica Al-Awda, que se encarga de varios hospitales y unidades médicas en Gaza. Es obvio que estas estructuras están sometidas a una gran presión, bajo bloqueo como el resto de la región y, especialmente, son blanco de los ataques israelíes, en flagrante contravención del derecho internacional. Por ejemplo, el hospital de Al-Awda, en el norte de la franja de Gaza, se vio obligado a cesar sus operaciones en febrero por falta de combustible, medicamentos y suministros médicos.
La situación actual es obviamente muy difícil y un primer giro está pendiente para cubrir las necesidades de extrema urgencia. También hay que señalar que las transferencias de dinero son particularmente difíciles.
Ucrania/Palestina: sin comparaciones, ¡pero la misma acción sindical internacionalista!
No se trata de comparar el genocidio perpetrado en Gaza por el Estado israelí y la ocupación militar de Ucrania por el Estado ruso, ni de oponerse al apoyo a los pueblos oprimidos, aquí y allá. Como sindicalistas, actuamos basándonos en los hechos, sin dogmatismos. Apoyamos la resistencia del pueblo palestino contra el Estado colonial israelí, apoyamos la resistencia popular ucraniana contra el Estado imperialista ruso. Apoyamos a los sindicatos independientes y a los trabajadores que están en primera línea de la resistencia y del sufrimiento, y que también defienden sus derechos.
Presentamos aquí estas dos campañas de solidaridad con Ucrania y Palestina, pero también participamos activamente en acciones solidarias y conjuntas en muchas otras partes del mundo: tanto en Kurdistán como en Argentina; tanto en Kanaky como en Burkina Faso; tanto en Polonia como en México…
-Ucrania: Donaciones: https://solidaires.org/sinformer-et-agir/actualites-et-mobilisations/internationales/appel-a-dons-des-convois-syndicaux/
-Palestina: Donaciones: /sinformer-et-agir/actualites-et-mobilisations/internationales/campagne-de-solidarite-avec-la-palestine-soutenir-les-actions-en-faveur-de-la-sante-a-gaza/