Ilustración de Kateryna Gritseva
Grupo de Solidaridad Ucrania/Palestina
A l´encontre, 5-11-2023
Viento Sur, 7-11-2023
Correspondencia de Prensa, 7-11-2023
Nosotros, investigadores ucranianos, artistas, activistas políticos y sindicales y miembros de la sociedad civil, nos solidarizamos con el pueblo de Palestina que, durante 75 años, ha soportado y resistido la ocupación militar israelí, la separación, la violencia colonial, la limpieza étnica, la desposesión de tierras y el apartheid. Escribimos esta carta de pueblo a pueblo. El discurso dominante a nivel gubernamental e incluso entre los grupos de solidaridad que apoyan las luchas de ucranianos y palestinos suele crear separaciones. Con esta carta, rechazamos estas divisiones y afirmamos nuestra solidaridad con todos las personas oprimidas y que luchan por la libertad.
Como activistas comprometidos con la libertad, los derechos humanos, la democracia y la justicia social, y reconociendo plenamente las diferencias de poder, condenamos enérgicamente los ataques contra la población civil, ya sean israelíes atacados por Hamás o palestinos atacados por las fuerzas de ocupación israelíes y las bandas armadas de colonos. Atacar deliberadamente a civiles es un crimen de guerra. Sin embargo, esto no justifica el castigo colectivo del pueblo palestino, la identificación de todos los residentes de Gaza con Hamás y el uso indiscriminado del término terrorismo aplicado a toda la resistencia palestina. Tampoco justifica la continuación de la ocupación. Haciéndonos eco de numerosas resoluciones de las Naciones Unidas, sabemos que no habrá paz duradera sin justicia para el pueblo palestino.
El 7 de octubre fuimos testigos de la violencia de Hamás contra civiles en Israel, un acontecimiento que muchos utilizan ahora para demonizar y deshumanizar a la resistencia palestina en su conjunto. Hamás, una organización islamista reaccionaria, debe verse en un contexto histórico más amplio y en la usurpación de tierras palestinas por parte de Israel durante décadas, mucho antes de que la organización surgiera a finales de la década de 1980. Durante la Nakba (catástrofe) de 1948, más de 700.000 palestinos fueron brutalmente expulsados de sus hogares y pueblos enteros fueron masacrados y destruidos. Desde su creación, Israel nunca ha dejado de perseguir su expansión colonial. Las y los palestinos se han visto obligados a exiliarse, fragmentados y administrados bajo diferentes regímenes. Algunos de ellos y ellas son ciudadanas israelíes víctimas de la discriminación estructural y el racismo. Quienes viven en la Cisjordania ocupada están sometidos al apartheid bajo décadas de control militar israelí. Quienes habitan en la Franja de Gaza sufren el bloqueo impuesto por Israel desde 2006, que restringe la circulación de personas y mercancías, lo que provoca un aumento de la pobreza y las privaciones.
Desde el 7 de octubre y en el momento de redactar este informe, más de 8.500 personas han muerto en la Franja de Gaza. Las mujeres y los niños representan más del 62% de las víctimas, mientras que más de 21.048 personas han resultado heridas. En los últimos días, Israel ha bombardeado escuelas, zonas residenciales, la iglesia ortodoxa griega y varios hospitales. Israel también ha cortado el suministro de agua, electricidad y combustible en la Franja de Gaza. Hay una grave escasez de alimentos y medicinas, lo que ha provocado el colapso total del sistema sanitario.
La mayoría de los medios de comunicación occidentales e israelíes justifican estas muertes como meros daños colaterales en la lucha contra Hamás, pero guardan silencio cuando se trata de las personas civiles palestinas atacadas y asesinadas en la Cisjordania ocupada. Sólo desde principios de 2023, y antes del 7 de octubre, el número de muertos en el lado palestino ascendía ya a 227. Desde el 7 de octubre, 121 personas civiles palestinas han sido asesinados en la Cisjordania ocupada. Más de 10.000 presas y presos políticos palestinos se encuentran actualmente en cárceles israelíes. La paz y la justicia duraderas sólo son posibles con el fin de la ocupación actual. El pueblo palestino tiene derecho a la autodeterminación y a la resistencia contra la ocupación israelí, al igual que las y los ucranianos tienen derecho a resistir la invasión rusa.
Nuestra solidaridad nace de un sentimiento de rabia ante la injusticia y de profundo dolor por los efectos devastadores de la ocupación, el bombardeo de infraestructuras civiles y el bloqueo humanitario que hemos sufrido en nuestro país. Partes de Ucrania llevan ocupadas desde 2014 y la comunidad internacional no ha logrado detener la agresión rusa, ignorando la naturaleza imperial y colonial de la violencia armada que, por ello, se intensificó el 24 de febrero de 2022. S población civil ucraniana es bombardeada a diario, en sus casas, en los hospitales, en las paradas de autobús, en las colas del pan. Como consecuencia de la ocupación rusa, miles de personas en Ucrania viven sin acceso al agua, la electricidad o la calefacción, y son los grupos más vulnerables los más afectados por la destrucción de las infraestructuras esenciales. Durante los meses de asedio y bombardeo intensivo de Marioupol, no hubo ningún corredor humanitario. Cuando vemos al ejército los israelí atacar infraestructuras civiles en Gaza, el bloqueo humanitario israelí y la ocupación del territorio resuenan dolorosamente en nosotros. Desde este lugar de dolor, experiencia y solidaridad, hacemos un llamamiento a nuestros compatriotas ucranianos de todo el mundo y a todos los pueblos para que alcen sus voces en apoyo del pueblo palestino y condenen la actual limpieza étnica masiva israelí.
Rechazamos las declaraciones del gobierno ucraniano en las que expresa su apoyo incondicional a las acciones militares de Israel y consideramos que los llamamientos del Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano para evitar víctimas civiles son tardíos e insuficientes. Esta postura supone un retroceso en el apoyo a los derechos palestinos y la condena de la ocupación israelí, que Ucrania ha seguido durante décadas, incluso votando en la ONU. Conscientes del razonamiento geopolítico pragmático que subyace a la decisión de Ucrania de hacerse eco de los aliados occidentales de los que dependemos para nuestra supervivencia, consideramos que el actual apoyo a Israel y el rechazo del derecho del pueblo palestino a la autodeterminación están reñidos con el propio compromiso de Ucrania con los derechos humanos y la lucha por nuestra tierra y nuestra libertad. Como personas ucranianas, no debemos ser solidarios con los opresores, sino con quienes sufren y resisten la opresión.
Nos oponemos firmemente a la equiparación que hacen algunos políticos de la ayuda militar occidental con Ucrania e Israel. Ucrania no está ocupando los territorios de otros pueblos, sino luchando contra la ocupación rusa, por lo que la ayuda internacional sirve a una causa justa y a la protección del derecho internacional. Israel ha ocupado y anexionado territorios palestinos y sirios, y la ayuda occidental a este país confirma un orden injusto y demuestra un doble rasero cuando se trata del derecho internacional.
Nos oponemos a la nueva oleada de islamofobia, como el brutal asesinato de un niño palestino estadounidense de 6 años y el ataque a su familia en Illinois (EE UU), y a la equiparación de cualquier crítica a Israel con el antisemitismo. Al mismo tiempo, nos oponemos a que se responsabilice a todas las personas judías del mundo de las políticas del Estado de Israel y condenamos la violencia antisemita, como el ataque de la turba contra el avión en Daguestán, Rusia. También rechazamos el resurgimiento de la retórica de la “guerra contra el terrorismo” utilizada por Estados Unidos y la Unión Europea para justificar crímenes de guerra y violaciones del derecho internacional que han socavado el sistema de seguridad internacional, han causado innumerables muertes y han sido tomadas prestadas por otros Estados, en particular Rusia por la guerra de Chechenia y China por el genocidio de los uigures. Hoy, Israel la utiliza para llevar a cabo una limpieza étnica.
Llamamiento a la acción
Instamos a que se aplique el llamamiento al alto el fuego de la resolución de la Asamblea General de la ONU.
Pedimos al gobierno israelí que cese inmediatamente los ataques contra civiles y que proporcione ayuda humanitaria; insistimos en el levantamiento inmediato e indefinido del asedio a Gaza y en una operación de ayuda urgente para restaurar la infraestructura civil. También pedimos al gobierno israelí que ponga fin a la ocupación y reconozca el derecho de las y los palestinos desplazados a regresar a sus tierras.
Pedimos al gobierno ucraniano que condene el uso del terror sancionado por el Estado y el bloqueo humanitario contra la población civil de Gaza y que reafirme el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación. También pedimos al gobierno ucraniano que condene los ataques deliberados contra la población palestina en la Cisjordania ocupada.
Pedimos a los medios de comunicación internacionales que dejen de enfrentar a palestinos y ucranianos, donde las jerarquías del sufrimiento perpetúan la retórica racista y deshumanizan a los agredidos.
Hemos visto al mundo unirse en solidaridad con el pueblo ucraniano y pedimos a todos que hagan lo mismo por el pueblo palestino.
2 de noviembre de 2023
El texto en inglés y, ucraniano y las firmas están disponibles aquí: https://commons.com.ua/en/ukrayinskij-list-solidarnosti/
Firmantes:
Volodymyr Artiukh, investigador
Levon Azizian, abogado de derechos humanos
Diana Azzuz, artista, músico
Taras Bilous, editor
Oksana Briukhovetska, artista, investigadora, Universidad de Michigan
Artem Chapeye, escritor
Valentyn Dolhochub, investigador, soldado
John-Paul Himka, profesor emérito, Universidad de Alberta
Karina Al Khmuz, ingeniera biomédica programadora
Yuliia Kishchuk, investigadora
Amina Ktefan, influencer de moda, creadora digital
Svitlana Matviyenko, estudiosa de los medios de comunicación, SFU; directora asociada del Instituto de Democracias Digitales
Maria Mayerchyk, académica
Vitalii Pavliuk, escritor, traductor
Sashko Protyah, cineasta, voluntario
Oleksiy Radynski, cineasta
Mykola Ridnyi, artista y cineasta
Daria Saburova, investigadora, activista
Alexander Skyba, activista laboral
Darya Tsymbalyuk, investigadora
Nelia Vakhovska, traductora
Yuliya Yurchenko, investigadora, traductora, activista
Iryna Zamuruieva, investigadora ecofeminista, artista, gestora de proyectos de política climática y de la tierra
Alisha Andani, estudiante de historia del arte
Daša Anosova, comisaria, investigadora, UCL SSEES
Lilya Badekha, activista, culturóloga, responsable de medios sociales de la revista Spilne
Anastasia Bobrova, investigadora
Anastasiia Bobrovska, dj, activista, consultora de estrategia digital
Mariana Bodnaruk, investigadora
Yuriy Boyko, investigador, asistente científico
Vladislava Chepurko
Daria Demia, artista
Olena Dmytryk, investigadora
Olha Dobrovolska, profesora, investigadora cultural
Svitlana Dolbysheva, artista, cineasta
Hanna Dosenko, antropóloga
Vitalii Dudin, activista de la ONG “Sotsialnyi Rukh
Oksana Dutchak, socióloga
Nastya Dzyuban, coreógrafa e intérprete
Kateryna Farbar, periodista
Taras Gembik, trabajador cultural, coorganizador de SDK Slonecznik en el Museo de Arte Moderno de Varsovia
Anna Greszta investigadora, cofundadora de Collect4Ukraine
Nataliya Gumenyuk, periodista
Olenka Gu, socióloga
Tetiana Hanzha, directora de documentales
Andrii Hulianytskyi, investigador
Serhii Ishchenko, periodista
Hanna Karpishena
Milena Khomchenko, comisaria y escritora, redactora jefe del compendio SONIAKH
Daria Khrystych, investigadora, activista
Amira Khussein, gestora de negocios de moda
Kyrylo Klymenko, historiador
Lyuba Knorozok, productora, directora de documentales
Oleksandra Kokhan, investigadora
Vladyslav Kononok, director de proyectos
Mariia Kosenko, traductora
Olga Kostyrko, investigadora independiente activista, editora
Iaroslav Kovalchuk, doctorando, historiador
Anna Kovtoniuk, desarrolladora de software
Dmytro Kozak, doctorando, antropólogo
Ruslana Koziienko, doctoranda, antropóloga social
Yustyna Kravchuk, trabajadora cultural, traductora
Yulia Krivich, artista, coorganizadora de SDK Slonecznik e el Museo de Arte Moderno de Varsovia, becaria de doctorado en la Academia de las Artes de Cracovia, Polonia
Amir Ktefan, traductor personal y locutor
Olexii Kuchanskyi, investigador, programador de cine
Veronika Kulak, estudiante de economía de empresa
Yuliia Kulish, investigadora
Kateryna Lysovenko, artista
Kostiantyn Maleoniuk, activista
Daryna Mamaisur, cineasta, artista visual, investigadora
Daniil Marchenko, mensajero en bicicleta, cocinero
Anastasia Marusii, historiadora del arte
Mykyta Mikhalkov, estudiante, voluntario
Andrii Myroshnychenko, gestor cultural y traductor
Pavlo Molochko, señalizador en las AFoU
Andriy Movchan, publicista
Serhii Movchan, activista de izquierdas, voluntario
Zarina Netovkina
Zhanna Ohanesian, investigadora, trabajadora humanitaria
Kateryna Olieshko, artista, activista, productora creativa
Olga Papash, investigadora, productora, voluntaria
Anton Parambul, soldado
Mariia Pastukh, activista, jefa del colectivo de solidaridad con Ucrania “Vsesvit”.
Valerii Petrov, creador de juego
Julie Poly, artista
Mariia Ponomarova, directora de cine, productora creativa
Zakhar Popovych, activista
Nina Potarska, investigadora
Dariia Puhach, lingüista informática
Olha Pylypenko, directora artística
Anna Rebrii, periodista, estudiante de doctorado, activista
Maksym Romanenko, médico
Marta Romankiv, artista, investigadora, doctoranda en la Academia de Bellas Artes de Gdansk
Betya Roytburd, artista, organizadora, comisaria
Kseniia Rybak, investigadora
Bohdana Rybenchuk
Mariia Salan, artista
Abdula Sarkhan, artista digital
Yulia Serdyukova, productora cinematográfica
Mariia Shynkarenko, investigadora
Maria Sonevytsky, profesora, investigadora
Veronika Stancheva, psicóloga
Vladyslav Starodubtsev, historiador
Oleksandr Svitych, investigador
Olena Syrbu, investigadora, trabajadora cultural
Nast’ey Teor, artista gráfico y diseñador
Natasha Tseliuba, feminista, activista, artista, comisaria
Dra. Nataliya Tchermalykh, Universidad de Ginebra
Marharyta Tokarieva investigadora, cineasta
Leo Trotsenko, artista
Viacheslav Tsyba, filósofo, traductor, editor
Elen Udud
Tetiana Usova, traductora, cineasta
Kateryna Volochniuk, investigadora
Valeriia Voronova, influencer de moda, creadora digital, diseñadora de interiores
Bogdana Yakovenko, fotógrafa, activista, voluntaria
Mariana Yaremchyshyna, trabajadora cultural, activista
Aisha Yusupova, psicóloga, creadora
Fattukh Zhalal, estudiante de relaciones económicas internacionales
Roma Zimenko, trabajadora humanitaria
Yevheniia Stepko, editora
Oksana Karpovych, cineasta
Rita Adel, analista de investigación
Olena Martynchuk, antropóloga cultural
Kris Maslyuk, estudiante
Oleksandra Hryhorenko, traductora
Arsenii Kniazkov, investigador cinematográfico
Olena Mykhaylova, investigadora
Islam Dabank, poeta y director de empresa
Diana Khalilova. Artista, gestora cultural
Sylvestr Kozurak, artista
Vitalii Zalozetskyi, filósofo
Denys Gorbach, investigador social
Mykhaylo Maliarenko, militar
Alexandra Paul Zotov, museo
Tasha Gnatenko
Ira Tantsiura, activista, investigadora
Oleksandra Chernomashyntseva, voluntaria, escenógrafa
Ostap Bohoslavets, investigador
Anton Karyuk, artista
Tania Banakh, historiadora
babych kateryna, activista
Stepan Bilousov, estudiante
Iryna Tsiuk, correctora de pruebas
Mila Teshaieva, fotógrafa, directora de cine,
Oleksiy Godz, arquitecto
Mariia Goubernik, psicoterapeuta, activista
xenia mil’ushkina, activista, influencer en línea
Anna Zakharchenko, estudiante
Alyssa Naryzhny
Marta Iwanek, fotógrafa, cineasta
Anna Lykhohliad, investigadora