Venezuela – El difícil camino a Miraflores. Ahora, la oposición vuelve al redil electoral. [Ociel Alí López]

María Corina Machado, el 2 de febrero, en Caracas. Foto: Redes Sociales de Machado

La oposición vuelve al redil electoral

El difícil camino a Miraflores

Después de un lustro de extravío en el laberinto insurreccional contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, la oposición venezolana vuelve a la vía electoral y busca un candidato único para vencer en las presidenciales de 2024.

Ociel Alí López, desde Caracas

Brecha, 24-2-2023

Correspondencia de Prensa, 24-2-2023

La Comisión Nacional de Primarias (CNP) fijó el 22 de octubre como la fecha de las internas opositoras, así que durante ocho meses se verá a casi una veintena de aspirantes a la candidatura presidencial pugnar para convertirse en el abanderado opositor.Sin embargo, los problemas internos de la oposición no tienen que ver solo con la explosión de precandidaturas. El dilema de las inhabilitaciones es su principal dolor de cabeza. Si la CNP impide la postulación de inhabilitados por el gobierno para ocupar cargos públicos, pone en riesgo la unidad opositora, porque estos podrían buscar expresarse fuera de la coalición o convocar a la abstención.

Pero si lo permite y algún inhabilitado llegara a ganar las primarias, la candidatura de la oposición quedaría anulada de antemano, lo que podría desembocar en un nuevo episodio de ruptura con la institucionalidad electoral y con ello quedar nuevamente fuera de la carrera presidencial.

Por otra parte, si la oposición no participa unida, le será muy difícil sobrepasar el voto duro del chavismo.Dentro de la oposición hay una vieja rivalidad entre los que provienen de los partidos históricos o pertenecen a ellos y los que emergieron de las oligarquías económicas, que habían estado ausentes de la política pública hasta la caída de los partidos históricos y el ascenso del chavismo. María Corina Machado y Leopoldo López son ejemplos de estos últimos

Fracasado el interinato de Juan Guaidó (quien también es precandidato), esos sectores, liderados por Leopoldo López, han venido perdiendo terreno frente al ala más moderada de los partidos, pero Machado intenta aglutinar todo este sector de mucha importancia financiera y mediática. Su problema es que ella, como Guaidó, es una de las inhabilitadas.

Por su parte, los partidos históricos tienen varios aspirantes. Partidos como Primero Justicia suma tres precandidatos: Henrique Capriles, Carlos Ocariz y Juan Pablo Guanipa. Acción Democrática tendría dos: Carlos Prósperi y Bernabé Gutiérrez. Uno de los favoritos es Manuel Rosales, de Un Nuevo Tiempo, pues viene de ganarle cómodamente al chavismo en Zulia, el principal estado del país, y además está habilitado políticamente.

A esta fragmentación se añade, por primera vez, una tercera vía opositora materializada por un outsider, Benjamín Rausseo, un humorista (popularmente conocido como el Conde del Guácharo). Sus chances se basan en la deslegitimación de los políticos que vienen de ser derrotados en su afán rupturista.

Al contrario de la oposición, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) luce cohesionado y con una candidatura, encarnada por el actual presidente, Nicolás Maduro, que no presenta competidores internos.

El dolor de cabeza del PSUV se ubica en sus propias bases: en la caída de su caudal electoral. En 2012 el expresidente Hugo Chávez obtuvo 8 millones de votos. En las presidenciales de 2018 el chavismo consiguió 6 millones y en las regionales de 2021 perdió casi 2.300.000 votos (más de un tercio de su electorado) en relación con las regionales de 2017.