México – El gobierno de Trump humilla al de AMLO. [Unidad Socialista – Editorial]

Conferencia de Prensa de Amlo, 19 de octubre.

Ciudad de México, 19-10-2020

Correspondencia de Prensa, 20-10-2020

La detención del jefe del ejército mexicano durante la presidencia de Enrique Peña Nieto en Los Ángeles, California, el pasado jueves 15 de octubre ha cimbrado hasta sus cimientos al gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). El general Salvador Cienfuegos Zepeda fue acusado por la DEA (la agencia del estadounidense contra las drogas) de colaborar con los cárteles del narcotráfico a quienes proporcionaba información sobre operaciones militares e investigaciones de inteligencia. La noticia que cundió como reguero de pólvora de Baja California a Yucatán dejo enmudecidos a los voceros oficiales y en la mañanera del día siguiente un compungido AMLO, muy diferente al de otras ocasiones lo primero que dijo era que se expulsaría a todos los elementos militares que hubieran colaborado con el general durante 2012-2018 cuando se desempeñó como el secretario de la Defensa Nacional del gobierno de Peña Nieto.

La humillación que el gobierno de Trump propinó al del AMLO se ha convertido en otro terremoto político en menos de un mes cuando el gobierno de AMLO logró poner en pie su consulta popular para procesar penalmente a los cinco ex presidentes de la República que lo precedieron. El acontecimiento es de tales dimensiones que ha desatado otra crisis que deberá sobrellevar AMLO en plena navegación entre las tumultuosas aguas en que navega su Cuarta Transformación (4T), fuertes oleadas que no sólo son nacionales sino internacionales. Esta detención de una altísima figura militar mexicana menos de veinte días antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de América (EUA) no puede haberse realizado sin que el residente de la Casa Blanca, en furiosa carrera por no ser derrotado, seguramente con este golpe mediático quiso echarle un hueso a sus partidarios a costa de México como lo ha hecho en otras ocasiones, pero con ello humilló a un personaje que le ha sido completamente servicial.

No es la primera vez que se arresta a un general del ejército mexicano acusado de colaborar con los cárteles de las drogas. Desde hace más de veinte años ha habido varias detenciones de este tipo, pero siempre en México. La detención en California de un altísimo y prominente miembro de la jerarquía militar se realizó sin avisarle al gobierno de AMLO el cual quedó ante la opinión pública en una situación vergonzosa, que se reflejó de inmediato en las propias declaraciones contradictorias e incoherentes de AMLO.

La crisis que este suceso está produciendo en el ejército es de pronósticos reservados. Para AMLO se trata de un fuerte golpe a una pieza fundamental en su gobierno cada vez más militarizado. Precisamente en estos días con motivo de las manifestaciones anuales que se dan exigiendo justicia ante la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa acaecida en 2014 cuando el general Cienfuegos era el jefe del ejército, AMLO había declarado que  de las investigaciones realizadas sobre el caso el ejército mexicano estaba saliendo “muy fortalecido” y que ya no había “nada que investigar”. Fue así que a AMLO y sus funcionarios les cayó como una cachetada la noticia que Washington con sus agencias tenía diez (10) años investigando al susodicho general.

Ante tal situación lamentable AMLO ha respondido zigzagueando. Contradiciendo su primera declaración dijo un día después que no se tocará a ningún militar hasta que se conozca exactamente quienes son los militares que “están infiltrados” en el ejército como colaboradores de la delincuencia del narcotráfico. Esto es así pues evidentemente el jefe del ejército en su gobierno, el general Luis Cresencio Sandoval está también en una situación muy delicada ya que por ley Cienfuegos era uno de sus asesores externos principales. Para AMLO es fundamental evitar que la ruptura que esta situación ha provocado en el ejército se ensanche hasta convertirse en un abismo.

Sin llegar a reprocharle directamente a Trump la arrogancia de su decisión, AMLO no pudo dejar de impugnar las actividades de las agencias estadounidenses en México, en especial de la DEA la cual según él “debía hacer una autocrítica, una reflexión de toda la intrusión de esas agencias en México, porque […] operaban, entraban con absoluta libertad al país […] como Juan por su casa […] No sólo había labores de inteligencia [sino que] se llevaban a cabo operaciones por decisiones de estas agencias.” Y añadía que, por supuesto, los gobiernos anteriores se lo permitían. Y cortante concluía “eso ya no sucede” en la actualidad. (La Jornada, 18.10.2020)

México2010 II
General Salvador Cienfuegos.

Son gravísimas las consecuencias que se desprenderán de este acontecimiento. Tratando de neutralizar lo máximo las dimensiones de dichas consecuencias AMLO naturalmente ha salido en defensa del ejército como “institución”. Dijo él: “Creo que para muchos elementos castrenses fue una sorpresa. Sin embargo, no es justo culpar a una institución tan importante como el Ejército o las fuerzas armadas por la actitud, en el caso de que resulte culpable, aunque era el secretario de la Defensa Nacional.” (Ibidem).

El ejército en efecto es una institución clave en el régimen político mexicano desde sus orígenes hace cien años. Fueron las huestes de los ejércitos jefaturados de Venustiano Carranza y Álvaro Obregón las que derrotaron a los ejércitos campesinos de Villa y Zapata. Fue Obregón quien instauró en 1920 un régimen que demostró una estabilidad centenaria garantizada permanente y firmemente por esa pieza intocable que ha sido desde entonces la “institución militar llamada ejército”. La intervención represiva de los militares en momentos críticos cruciales ha sido clave para la supervivencia del régimen político en tales situaciones desde los años veinte, en la crisis electoral de 1952, en la represión de las huelgas ferrocarrileras de 1959, en Tlatelolco en 1968 y más recientemente en numerosos conflictos como el de Tlataya, para no hablar de lo que todavía no se conoce exactamente sucedió en la noche de Iguala de 2014 pero que todas las señales indican de un papel siniestro de los militares en la desaparición de los 43 de Ayotzinapa.

La lucha por un país libre y democrático pasa por el desmantelamiento del ejército como organismo clave de la represión en la historia de México. Así como es evidente que la lucha contra el imperialismo no podrá ser dirigida, ni protagonizada por un gobierno de los capitalistas, socios o subordinados del capitalismo imperialista, así mismo una verdadera lucha por la democratización de México requiere del surgimiento de milicias vinculadas a los sectores populares como sus servidoras y no como sus represoras. La lección que debemos sacar de la evolución como un organismo violento, corrupto y profundamente antidemocrático y antipopular del ejército es que la forja de la independencia y la liberación nacionales y la emancipación social del pueblo de  México sólo se logrará con la movilización y organización independiente y democrática de los trabajadores de la ciudad y el campo, de las mujeres y de los pueblos indígenas.