L’insurgé, 18-12-2024
Traducción de Correspondencia de Prensa, 21-12-2024
Jean Puyade falleció el 12 de diciembre de 2024. Para los militantes de L’insurgé que lo conocimos, era un militante con el que pudimos intercambiar impresiones durante años, un militante experimentado -a la vez militante de terreno y cuadro político muy culto- apasionado por la lucha de clases, tanto a nivel nacional como internacional: se sentía «como en casa» cuando analizaba la situación en América Latina, en España o en Cataluña.
Con una copa en la mano o por teléfono, comprobábamos que estábamos de acuerdo políticamente sobre muchas cuestiones, independientemente del marco organizativo en el que había elegido seguir militando. Conservaba una sólida formación trotskista desde su juventud, y seguía burlándose o indignándose -según el caso- de los excesos oportunistas o sectarios de unos u otros, pero siempre se mostraba extremadamente cortés.
Habrá mucho que hacer y muchos testimonios que recoger para recordar todas las batallas que disputó.
Sólo podemos dar aquí un vistazo a su vida como militante revolucionario.
Nacido en 1940, fue alumno de la École Normale d’instituteurs de Versalles y militó brevemente en las Juventudes Comunistas.
Pronto se unió al grupo trotskista La Vérité (La Verdad), dirigido por militantes que proclamaron la OCI en 1965.
Por entonces estudiaba español en la Sorbona y participaba activamente en el CLER (Comité de Liaison des Étudiants Révolutionnaires), fundado en 1961.
En aquella época, el CLER contaba con algo menos de cincuenta militantes, la mitad de los cuales eran miembros del grupo La Vérité. Estos militantes eran activos en la UNEF, la organización sindical estudiantil. En 1962, Jean Puyade asumió brevemente algunas responsabilidades en una estructura interna de la UNEF parisina: la FGEL (Fédération des groupes de Lettres).
Pasó a ser profesor de español y escribió una tesis sobre el surrealismo en Argentina.
En 1968, al igual que otras organizaciones, la OCI fue disuelta por el gobierno de De Gaulle. Pero esto no significó, por supuesto, el fin de las actividades de sus militantes. Para Jean Puyade, esta actividad se concretó en su contribución a la construcción de una organización en España, todavía bajo la dictadura franquista, y en la asunción de responsabilidades crecientes a escala internacional. De facto, una actividad de rentado.
Durante muchos años, su compromiso profesional y político lo llevó a América Latina, en particular a Brasil y Argentina. Fue director, por ejemplo, durante varios años, de la Alianza Francesa de Santa Fe, en Argentina. Y, en ocasiones, siguió mostrando su interés por el surrealismo, con un texto dedicado a Benjamin Péret («Benjamin Péret: um surrealista no Brasil 1929-1931«). Fueron años decisivos para él: incluso cuando regresó a Francia, política y culturalmente, una parte de él permaneció en América Latina. Así, de vuelta a Francia, presidió en París la asociación cultural La Casa de Santa Fe.
En cuanto a la OCI, que había pasado a ser el PCI, una organización cuya dirección estaba supeditada al PS y a la central sindical Force Ouvrière, se degeneró rápidamente durante los años 80, excluyendo brutalmente a todos los que resistían a esta evolución.
El hombre al que algunos siguen llamando «Johnny» rompió con el PCI y el movimiento lambertista en 1987.
De vuelta en Francia, Jean ocupó un puesto de profesor de español en la región de París.
A partir de entonces, sus actividades se inscribieron en las luchas que marcaron el paisaje político francés de aquellos años.
Su reflexión lo lleva a permanecer atento a cualquier proceso que pueda contribuir a la construcción (o reconstrucción) de un partido revolucionario, incluso a través de vías muy improbables.
Por ejemplo, estuvo atento a la construcción de una resistencia efímera en el seno del PS (Fuerzas militantes) en 2008.
El año 2009 vio el nacimiento casi simultáneo del NPA y del Partido de Izquierda (febrero de 2009). Probó suerte en ambos antes de decidirse por el NPA. (Luego NPA-A).
Sin fetichismo: porque siguió interesándose en participar en los debates de diversas redes militantes (como la Red Bastilla, o aplutsoc…). Y en la actividad de colectivos, en solidaridad con el pueblo catalán, por ejemplo, o -hasta hace poco- en apoyo a la resistencia ucraniana (con la RESU).
Se interesó por el mundo entero, y apoyó a la revolución siria contra la dictadura de Bashar al Assad.
Pero América Latina siguió siendo su pasión: del 22 al 24 de marzo de 2013, participó en los encuentros intersindicales que reunieron a 60 organizaciones sindicales y formalizaron la constitución de la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas, liderada por Solidaires (en Francia) y CSP-Conlutas (en Brasil).
También participó en varios encuentros internacionalistas organizados en Suiza bajo el título «El otro Davos» (por iniciativa de La Brèche y A l’Encontre), en Basilea en 2011, y después en Lausana y Ginebra.
Al mismo tiempo, escribió varios artículos sobre la evolución de la lucha de clases en América Latina y realizó varias traducciones. Su firma se encuentra en la revista Carré rouge (fundada en 1995), para la que coordinó 4 dossiers sobre Brasil en cooperación con el sitio web À L’Encontre, en los números 26 a 29, y luego en el número 34 (octubre de 2005), donde presenta el nacimiento del P-SOL. También escribe y traduce para L’Anticapitaliste y para Editions Syllepse.
Pero donde más escribe y traduce es para la página web À l’encontre. El conjunto de su obra constituye una contribución útil para nuestra comprensión de los procesos estudiados.
Jean, que siempre fue solidario con los pueblos que se levantan contra las dictaduras, y con la lucha del pueblo sirio contra la dictadura de Bashar al-Assad, murió justo cuando esta dictadura sanguinaria se derrumbaba. Sin duda, a Jean le habría encantado debatir, apasionadamente, sobre la nueva situación así creada.