Erika Arteaga Cruz, Maritza Idrobo, Adriana Rodríguez C.
Revista Ñawpa, 18-8-2024
Correspondencia de Prensa, 21-8-2024
“¡Milagro! Se han dado cuenta que ahora somos de izquierda, Ya no somos las tres plumas, ni cuatro ponchos. ¡Profecía! Nos utilizarán, llegarán al poder, 6 meses después romperán el pacto y comenzarán a perseguirnos, se repetirá la historia” (Vicente Chato, Tungurahua)
Hay una pregunta que nos rodea en estos días. ¿Qué significa ser de izquierda? Crecimos pensando que era una fuerza política que estaba destinada a cambiar las estructuras de desigualdad de la sociedad capitalista. Una fuerza ética y política capaz de entender las contradicciones que emergen del capital y optar por estar de lado de las clases explotadas. Crecimos admirando a las organizaciones de clases populares, el valor de sus mujeres y hombres, su historia, sus figuras importantes fraguadas al calor de las luchas de décadas, de movilizaciones, de resistencia. Escribimos con la certeza de que, en este contexto, a la izquierda en la que crecimos y creemos le hace mucho más daño quedarse calladas. Vamos a hablar de coyuntura, pero vamos a hablar de coyuntura en imágenes y con contexto porque la historia no debería repetirse.
La unidad con las izquierdas
En 2014 Javier Ramírez -campesino de Intag, provincia de Imbabura- 1 fue detenido durante un año con cargos que inventó la Empresa Nacional Minera. La detención se realizó en forma arbitraria mientras tres dirigentes de Intag retornaban de Quito después de haber acudido a una reunión poco transparente convocada por el Ministro del Interior: José Serrano. A Ramírez se lo detuvo en forma ilegal, por actos de sabotaje y terrorismo. Javier, campesino y luchador antiminero fue procesado penalmente y su familia sufrió la persecución injusta y arbitraria de un gobierno que estaba del lado del desarrollismo/progresismo minero en contra de la resistencia campesina.
¿Puede decirse que el progresismo es de izquierda? Esto nos recuerda a la lectura de (Walter) Benjamin sobre la historia “el progresismo puede convertirse en la puerta maldita de los intereses del capital”. Si algo nos enseñó el marxismo (y Benjamin) es que la historia es una dialéctica constante, a veces una espiral que nos confunde el punto de partida y de llegada.
“No nos mostraron ningún documento, incluso nos quitaron celulares, documentos, y no nos dieron el derecho que cualquier ecuatoriano tiene, por más criminal que se le considere; a nosotros, que lo único que somos es campesinos”.
Pregunta: ¿Podemos confiar en una alianza con José Serrano para cualquier unidad de izquierda?
Una reunión en Bolivia ya anunciaba el intento del progresismo desarrollista internacional de forzar a la CONAIE a apoyar al candidato de la RC5 (correísmo). El mismo Correa escribía en sus redes “Andrés logró lo que yo no pude”.
La reacción del movimiento indígena y de la izquierda en el país fue de rechazo. Algunas voces sintetizaban ese momento:
«Tan corta es la memoria Jaime Vargas que ya se te olvidaron los asesinatos de Fredy Taish, Bosco Wisuma, José Tendetza y la persecución y ataques constantes a mujeres, defensores y líderes indígenas». Nina Gualinga.
Correa no lo pudo hacer porque su interés no era el diálogo con las organizaciones populares, menos con un movimiento que no entendía ni conocía, así hable un par de palabras en kichwa, Para entender una cultura se necesita de empatía, la más radical posible. La pretensión de quitarle la casa a la CONAIE movilizó a la izquierda internacional. Chomsky firmó una carta junto a 500 intelectuales del mundo en contra de descabellada acción. Ahora el candidato a vicepresidente de la RC5 dice que siempre estuvo en contra, pero no recordamos que dentro de la Alianza País haya existido ningún pronunciamiento, ni siquiera se adhirieron a la carta. Ahora, después de haber corrido tanta agua bajo el puente, vuelven a pedir nuestros votos sin la más mínima muestra de arrepentimiento. Curiosamente tampoco se le exige, nadie le pide cuentas a un gobierno que persiguió a líderes sociales.
Coyuntura:
En entrevistas y en varios medios, dirigentes de la CONAIE y de provinciales de PK (Pachakutik) han insistido en “dejar atrás el correísmo y el anticorreísmo”; sin embargo, las acciones, los posicionamientos y las prácticas de la dirigencia actual de la CONAIE, demuestran la incapacidad o falta de voluntad para superar dicha polarización, alineándose públicamente en uno de los bandos
Pregunta: ¿Se puede construir una alternativa por fuera de la derecha y el populismo en la política ecuatoriana sin resquebrajar aún más a las organizaciones sociales que han confrontado a los gobiernos sin importar su tendencia?
La búsqueda de unidad de la izquierda con el progresismo ante la coyuntura electoral, no hace más que fomentar el oportunismo de gente que salió de redes sociales y ahora pretende la presidencia con la arrogancia propia de los aprendices de Maquiavelo.
Se habla de unidad de las izquierdas, pero la palabra se convierte en una especie de abstracción vaciada de contenido y de realidad, porque al mismo tiempo se descalifica las opciones autónomas de cada organización. Voces reclaman que pedir autonomía de la izquierda es estar con la oligarquía, pero esto no es más que la falacia, típica demagogia populista. Sin mantener ni siquiera las formas (no se diga el fondo), se critica frontalmente a la Unidad Popular pero, “con todo respeto”, se evita dar comentarios sobre la elección de Vicepresidente para la RC5 pues “cada organización hace lo suyo propio”.
Parece que es bienvenida la unidad con los que amedrentaron a los estudiantes del Central Técnico hasta convertirlos en parias del sistema educativo, cuyos padres pidieron al entonces presidente que se “apiade” de ellos 2; indeseable, en cambio, les parece la unidad con los que se movilizan contra el gobierno de Noboa porque “solo lo hacen una hora o dos”.
En 2019 la dirigencia de la CONAIE pudo fácilmente desmarcarse de la “foto” con Evo, Arauz y los progresismos/desarrollistas que tanto anhelaba, porque -tal como ahora- la reacción de las comunas y de la izquierda en general que ha militado junta (aunque en disputa) durante más de una década, fue de profunda cólera.
Solo queda preguntarse: ¿A quién beneficia esta separación de Pachakutik con las izquierdas que enfrentaron al correísmo más de una década? ¿Quién se fortalece con esto?
Las organizaciones sociales, la CONAIE y Pk, han sufrido fuertes ataques externos que intentan debilitarlos constantemente, sin embargo, debemos mirar hacia adentro y reflexionar si las acciones internas contribuyen a su fortalecimiento o precarizan sus posibilidades de convertirse en la alternativa que busca superar la dicotomía derecha – populismo correísta.
Es urgente plantear la unidad de acción de la izquierda, sin lugar a dudas, pero por fuera de la coyuntura electoral. Esto no quiere decir que se deje de participar en las elecciones, pero no puede ser la fuente primaria de la unidad.
Hay que desterrar a los oportunistas “maquiavélicos” de una vez y por todasy construir el camino de esa alternativa que está buscando la gran mayoría de ecuatorianos (evidente en los resultados de las elecciones del 2021) frente a los que ya gobernaron y que nos intentan convencer de que dejar el “odio” es perder la memoria.
Nota
- Íntag ha sido uno de los epicentros de las luchas antimineras en el Ecuador durante estas últimas décadas. Pertenece a la provincia de Imabura, en la sierra ecuatoriana, pero se ubica en los Andes subtropicales, en las estribaciones occidentales de la cordillera. Fue zona de colonización durante los procesos de reforma agraria de los años 1960 y 1970, pero a partir de la década de 1990 se convirtió en una zona apetecida por traficantes de tierras y por las transnacionales mineras. Desde entonces la población ha enfrentado la coalición de los gobiernos y las transnacionales mineras sufriendo persecuciones, criminalización y división de sus organizaciones. El conflicto e volvió particularmente agudo bajo el gobierno de Rafael Correa (2007-2017). ↩
- https://www.larepublica.ec/blog/2013/02/27/padres-del-central-tecnico-piden-a-correa-que-se-apiade/ ↩