Uruguay – Mujeres lesbianas: limitan sus expresiones de afecto por causa de la discriminación social. [Lucía Cuberos]

Mujeres lesbianas limitan expresiones de afecto ante situaciones “muy frecuentes” de discriminación y falta “de respaldo” de policías

La Intendencia de Montevideo (gobierno municipal del Frente Amplio: ndr) realizó un estudio junto a Naciones Unidas y la Udelar para conocer la experiencia de este colectivo en la ciudad y diseñar políticas que promuevan una mayor libertad.

Búsqueda, 18-11-2021

Correspondencia de Prensa, 19-11-2021

La “exclusión y la discriminación” todavía son “parte del paisaje” de Montevideo. Las mujeres lesbianas tienen una “percepción de riesgo” mayor y extreman los cuidados cuando circulan por la ciudad. Especialmente durante la noche. La situación se agrava en algunos barrios más familiares y de personas mayores, aunque también han sufrido ataques en espacios frecuentados principalmente por jóvenes. Para protegerse, restringen las expresiones de afecto en determinados lugares.

Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden de entrevistas realizadas a mujeres en el marco del estudio Derecho a la ciudad: una mirada a las experiencias de mujeres que se vinculan sexoafectivamente con otras mujeres en Montevideo, elaborado por la comuna capitalina, la Universidad de la República (Udelar) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU), que será presentado oficialmente el martes 23.

El documento, al que accedió Búsqueda, buscó analizar la experiencia de mujeres lesbianas o bisexuales en Montevideo para evaluar si se garantiza su derecho a “vivir la ciudad” de forma igualitaria. A través de entrevistas realizadas entre junio y setiembre de 2021 a mujeres de entre 18 y 39 años, el estudio analizó, entre otros aspectos, sus experiencias en el espacio público. Es que “pertenecer a una orientación por fuera de la heteronorma y circular por el espacio urbano supone potencialmente enfrentar situaciones de discriminación que impactan en la calidad de vida de las mujeres lesbianas, bisexuales y pansexuales”, explica el informe.

“La percepción de riesgo por parte de estas mujeres y el extremar cuidados en el tránsito diario es uno de los puntos nodales que transversaliza esta investigación”, sostiene. No todos los barrios de Montevideo son iguales para esta población: existe una clara preferencia por zonas determinadas en función de las prestaciones sociales, culturales y recreativas que ofrece cada barrio, el diseño urbano y el tipo de personas que transita por ellos.

Por ejemplo, las entrevistadas dijeron que evitan la circulación por “espacios de familia o donde se concentren adultos mayores” y la mayoría opinó que la zona céntrica (barrios Centro, Cordón, Palermo, Barrio Sur y Parque Rodó) es el espacio urbano con menor percepción de riesgo en la capital. Sin embargo, no hay un espacio totalmente libre de riesgo, ya que varias de las experiencias de discriminación en el espacio público tuvieron lugar en estas zonas, que concentran muchas personas jóvenes, revela el estudio.

El escenario más temido para las mujeres lesbianas es la noche. En ese sentido, el documento afirma que “hay grandes falencias en las planificaciones urbanas” y que deben generarse políticas que establezcan acciones de seguridad para que ellas puedan circular libremente por la ciudad.

El transporte público es otro espacio donde experimentan incomodidad y riesgo. La diversidad de público que lo utiliza y la situación de encierro y superpoblación “es proclive a que se generen situaciones de abuso y violencias físicas, verbales, psicológicas, simbólicas y sexuales”, detalla el estudio. Dos semanas atrás, a raíz de este informe, la Intendencia de Montevideo (IM) aprobó un protocolo de actuación ante situaciones de acoso sexual en el transporte público colectivo.

En cuanto a los espacios que se perciben como de menor riesgo, se identifican los bares gay-friendly. Las entrevistadas coinciden en que estos sitios “están dentro del circuito de lugares con más tránsito de las mujeres lesbianas, bisexuales y pansexuales” (Parque Rodó, Centro, Cordón, Palermo, Barrio Sur) y afirman que el ámbito de la murga joven y los festivales que se realizan para recaudar fondos para carnaval son también espacios con muy buena aceptación social.

Aunque la mayoría de las entrevistadas aseguró no tener problema en demostrar afecto públicamente, muchas reconocieron que lo importante “es conocer los espacios menos peligrosos para transitar”. Según el informe, en numerosos casos las mujeres se expresan de manera restringida ya que muchas han atravesado situaciones de lesbofobia o bifobia y agresiones en el espacio urbano, por lo que tienden a minimizar el nivel de exposición o a no circular por espacios heterosexualizados.

Además, muchas se ven afectadas por la sexualización de sus prácticas afectivas. El tipo de vivencias es sustancialmente distinto en el interior del país, donde los niveles de hostilidad hacia esta población “se incrementan notoriamente”, agrega el estudio.

Por último, el informe analiza las situaciones de discriminación experimentadas por las entrevistadas en el espacio público montevideano, donde prácticamente no se encuentran relatos en los que no hayan ocurrido. Estas situaciones, catalogadas como “muy frecuentes”, se viven no solo como “una frontera tangible” a la hora de expresarse con libertad en el espacio público, sino que también se las percibe como “potencialmente amenazantes”. Que ocurran por la noche o sean perpetradas por un grupo de varones acentúa la percepción de riesgo.

Además, muchas de las entrevistadas dijeron haberse sentido “sin respaldo por parte de otras personas” que presenciaron el hecho, ni tampoco por guardias o policías a los que acudieron en busca de ayuda.

Propuestas públicas

Las entrevistadas sugirieron la implementación de políticas públicas para mejorar su experiencia en la ciudad: desde revisar los canales de difusión de los mecanismos de denuncia ante situaciones de discriminación y sostener una agenda de trabajo que contemple acciones de visibilidad durante todo el año, hasta descentralizar este tipo de iniciativas urbanas al entender que en ocasiones no llegan a la periferia de la ciudad.

El coordinador de la Secretaría de la Diversidad, Sergio Miranda, dijo a Búsqueda que la idea de realizar el informe surgió a partir de reclamos acercados principalmente por mujeres, quienes consideraban que en la comunicación dirigida a la población LGBTI “muy pocas veces se visibilizaba a la mujer lesbiana”. Al mismo tiempo, entendían que en general las políticas públicas hasta ahora no “visibilizaban a la mujer en la diversidad”, al menos de forma explícita, agregó.

En esa línea, su propuesta de llevar adelante este diagnóstico fue de recibo tanto para la Udelar como para el FPNU, así como para los colectivos y la sociedad civil, y contó además con la colaboración de la División Asesoría de Género de la IM. El objetivo, según Miranda, fue analizar los ámbitos donde la IM “podía tener incidencia” ante el uso diferencial del espacio público por parte de la población estudiada.

“Para poder diseñar política pública necesitamos insumos, investigación, saber cuáles son las necesidades, las carencias y los reclamos”, explicó el coordinador. Afirmó que el informe constituye una primera fase y “confirma los puntos en los que hay que seguir trabajando”.