Venezuela. Movimiento estudiantil: el factor rebelde de la oposición

Venezuela

Movimiento estudiantil: el factor rebelde de la oposición

Yorman Guerrero

PRODAVINCI, 4-11-2016  http://prodavinci.com/

A la veintena de jóvenes encargados de desplegar el afiche les costó media hora lograr que los capitanes del ala radical de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que acudieron a la movilización desocuparan el encuadre de la foto inaugural y abrieran paso al movimiento estudiantil, que decidió presentar ante la Iglesia, sin intermediarios, sus exigencias frente el diálogo que facilita entre el gobierno y la disidencia.

“¡Todos los dirigentes políticos detrás de la pancarta!”, repetía el altavoz que dirigía a los manifestantes hacia la Nunciatura Apostólica en Caracas el jueves. Liderados por un rótulo de unos cinco metros de largo pintado en letras blancas sobre fondo azul, los organizadores aclaraban su identidad: ESTUDIANTES.

“¡No soy la MUD! ¡No soy Maduro! ¡Soy estudiante que defiende su futuro!”, gritaron al arrancar una protesta que avanzó sin permisos de la Alcaldía de Libertador bajo un pacto de no agresión con la policía municipal: mantenerse en la ruta acordada y evitar violencia. De lo contrario, serían reprimidos. Hasta ese momento la dirigencia estudiantil contabilizaba 60 estudiantes detenidos, algunos desde 2014. Horas antes, la MUD suspendió una manifestación hacia el Palacio de Miraflores y la Asamblea Nacional difirió un juicio de responsabilidad política al presidente Nicolás Maduro.

Al margen del compás de espera que la oposición ofreció al gobierno a cambio de avances en un cronograma electoral, el movimiento estudiantil se proclama independiente de las partes y reivindica la transparencia de las palabras para evitar que proliferen falsas expectativas en las bases. Por eso insisten en que no marcharán a Miraflores.

Con apenas una cuadra recorrida, y cuando parecía que los coordinadores habían alcanzado su cometido, apareció Lilian Tintori a un costado del cartelón. Una decena de reporteros gráficos la rodearon y, una vez más, la marcha se detuvo. “¿Dónde están los estudiantes?”, interrogó la dirigente de Voluntad Popular (VP) para proclamar su llegada a la convocatoria. Pero el tumulto quedó en silencio y se reorganizó para que la pancarta recuperara el liderazgo.

Otras caras conocidas, como la fundadora de Vente Venezuela, María Corina Machado, o los diputados de VP Manuela Bolívar, Juan Andrés Mejía y Freddy Guevara, y el alcalde David Smolansky, se colaron entre los manifestantes sin bienvenidas efusivas y desintonizados en las consignas: “¿Quiénes somos? Estudian…”. Se rieron. Recularon. Recordaron que ya no forman parte de aquel movimiento estudiantil de 2007. Ya no son universitarios.

Así como el diálogo ha despertado diferencias entre los partidos de la MUD y sus simpatizantes, también ha impuesto nuevos debates a los líderes estudiantiles, quienes acordaron recurrir a la Nunciatura Apostólica porque consideran que el Vaticano carga sobre sus hombros la responsabilidad de presentar resultados, explicó a Prodavinci Hasler Iglesias, presidente de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central de Venezuela (FCU-UCV). Entre los matices de la negociación, la desconfianza en el gobierno es quizás el principal factor que amalgama a la dirigencia universitaria.

“Lo que no queremos es que sea simplemente una foto o, como se ha hecho en otras oportunidades, una reunión que no genera nada”, opinó Hilda González, secretaria de la FCU-UCV, quien aclaró que respalda el diálogo.

Minutos después, Sairam Rivas, Secretaria de Asuntos Internacionales de la FCU-UCV, fue más tajante en su posición: “No hay condiciones para ir a un diálogo que frena la presión popular que ya se había ganado en la calle”. La joven condenó a la MUD por cancelar la marcha hacia Miraflores programada para el 3 de noviembre, un reproche viral en las redes sociales.

Aunque Iglesias, González y Rivas se enfrentaron en las elecciones por la FCU-UCV en enero de 2015, este jueves apartaron sus diferencias ante la multitud, entrelazaron sus brazos y formaron una cadena humana que marcó el paso de la manifestación.

Bajo el sol del mediodía, recorrieron poco más de diez cuadras durante una hora, acompañados por espontáneos, periodistas, y hasta un grupo de cinco motorizados en busca de clientes agotados por el calor para resolver el día. “Chavista, hermano, por ti también luchamos”, se oía mientras los manifestantes pasaban por cada uno de los cincos complejos de Misión Vivienda distribuidos a lo largo del trayecto. Los habitantes de estos grandes urbanismos, bastiones del chavismo, observaron la manifestación con indiferencia. A través de las ventanas, sólo algunos niños parecían sorprendidos con el alboroto.

Una concentración de trabajadores de Petróleos de Venezuela “en defensa de la paz nacional”, animada por un Hugo Chávez inflable instalado cerca de una tarima, bordeó la ruta de la marcha y tentó a algunos a romper la promesa de no violencia. “Allí están, ellos son, los que roban la nación”; “¿Cuál revolución? Si este gobierno es hambre y seria corrupción”, coreó un grupo frente a la sede principal de la compañía estatal. Apenas separados por barandas, unos cuantos policías y un cordón entrecortado de la Guardia Nacional Bolivariana, los simpatizantes del chavismo ignoraron el paso de los estudiantes, que evadieron la confrontación.

“¿Cómo es que se llama? ¿Aldo qué?”, se preguntaron algunos de los marchistas, en referencia al nombre del Nuncio Aldo Giordano. Dilucidado el asunto incorporaron al máximo representante del Vaticano en Venezuela a las consignas. “Nuncio, escucha, el pueblo es el que lucha”, resonó en la angosta calle contigua a la sede de la Nunciatura.

A las puertas de la Nunciatura, entre empujones de reporteros gráficos y periodistas, Giordano salió escoltado por tres policías y conversó con un grupo de dirigentes estudiantiles durante siete minutos, tiempo más que suficiente para comentarle sus tres demandas principales: primero, la liberación de los estudiantes detenidos así como el cese de la represión a las manifestaciones de carácter estudiantil; segundo, la apertura de un canal humanitario para sopesar la escasez de medicamentos y medicinas por la que atraviesa Venezuela; y tercero, la convocatoria a elecciones generales por parte de un Consejo Nacional Electoral renovado.

Vestido con una sotana blanca y sonrojado por el calor, Giordano aseguró que el Papa Francisco está preocupado por la situación de Venezuela, se comprometió a leer con detenimiento el documento entregado por los muchachos y confesó que la Iglesia teme un derramamiento de sangre. Durante la retirada del representante de la iglesia católica los espectadores lanzaron una advertencia a los cronistas gráficos que se aglomeraban para capturar la mejor imagen: cuidado con el Nuncio, si se muere asfixiado no habrá diálogo.