Más allá del respaldo de la prensa tradicional y de los grandes grupos empresariales y de la buena imagen que le concede una encuestadora alineada con sus propuestas, el gobierno de Guillermo Lasso inicia con una cierta debilidad política.
Más allá del respaldo de la prensa tradicional y de los grandes grupos empresariales y de la buena imagen que le concede una encuestadora alineada con sus propuestas, el gobierno de Guillermo Lasso inicia con una cierta debilidad política.