Foto: Amnistía Internacional
Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas, 17-8-2025
Correspondencia de Prensa, 21-8-2025
Fuimos alertados por diferentes vías, entre ellas el Sindicato de Trabajadores de la Compañía de Autobuses de Teherán y Suburbios, miembro de la Red Sindical Internacional de Solidaridad y de Luchas, y difundimos la información sobre la condena a muerte de Sharifeh Mohammadi, militante social y presa política.
El tribunal islámico de Rasht la condenó a muerte por «hacer la guerra contra el Estado Islámico». La jueza afirmó que el hecho de haber pertenecido al comité para la formación de sindicatos independientes era la prueba de este supuesto delito.
Durante el interrogatorio, Sharifeh Mohammadi fue puesta en régimen de aislamiento, fue sometida a tortura y a graves presiones para forzarla a hacer confesiones falsas; se le negó una llamada telefónica con su hijo de 12 años, ver a su familia y ver a un abogado. Ex presos que la vieron testificaron que su cuerpo presentaba marcas de golpes y tortura.
A Sharifeh Mohammadi se le ha negado incluso el derecho a estar físicamente presente en el tribunal y a defenderse en persona.
El caso de Sharifeh pone de manifiesto la intersección entre el patriarcado, la opresión de clase y la violencia autoritaria. Una mujer, madre y trabajadora es objeto de persecución porque su vida encarna la resistencia contra la dominación.
El Sindicato de Trabajadores de la Compañía de Autobuses de Teherán y sus alrededores «expresa su firme solidaridad con Sharifeh Mohammadi y su familia, y subraya una vez más que las condenas a muerte no son más que instrumentos de represión y propagación del miedo en la sociedad». El sindicato exige «la abolición total de esta pena inhumana, bajo cualquier pretexto, y la suspensión inmediata de las condenas a muerte injustas dictadas contra Sharifeh Mohammadi, Verisheh Moradi, Pakhshan Azizi y otros militantes sociales».
¡No a la pena de muerte!
¡Libertad inmediata para Sharifeh Mohammadi!
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Campaña de firmas: Condenadas a muerte en Irán por ayudar a mujeres, niñas y niños refugiados.

Sharifeh Mohammadi, de 45 años y defensora de los derechos de las mujeres y trabajadores, también se enfrenta a la pena de muerte. Ignoraron sus denuncias de tortura y no tuvo oportunidad de defenderse en su juicio.
Pakhshan Azizi, una mujer kurda de 40 años, está a punto de ser ejecutada en Irán por brindar ayuda humanitaria a refugiados. La condenaron a muerte tras un juicio sin garantías, donde solo vio a sus abogados el mismo día del proceso. En prisión ha sufrido torturas, amenazas y aislamiento.
Verisheh Moradi, otra mujer kurda de 39 años, fue condenada a muerte tras un juicio injusto. Nunca investigaron sus denuncias de tortura y su recurso aún está pendiente.
Las autoridades iraníes usan la pena de muerte para sembrar miedo, incluyendo a mujeres que defienden los derechos humanos y a hombres que se manifestaron por los derechos de las mujeres en manifestaciones.
Tu firma puede hacer que las autoridades iraníes sepan que el mundo está mirando, que no aceptamos esta barbaridad. Firma y exige la liberación de Pakhshan, Sharifeh, Verisheh y todas las personas condenadas injustamente.
-Enviar firmas aquí
-Véase también: Sharifeh Mohammadi, militante de los derechos civiles y laborales, condenada a muerte.