Brasil – Abolición de la esclavitud y salud mental: reivindicando nuestro derecho al tiempo. [Caíque Belchior]

Foto: Movilización de repartidores en São Paulo. (Roberto Parizotti/Fotos Publicas)

  1. En Baracena, los pacientes eran separados por sexo, edad y características físicas. Como la Colonia no solo atendía a personas de la ciudad, muchos venían de fuera, llegando en tren. En 1933, el escritor Guimarães Rosa, que trabajó un tiempo allí como médico, los llamó «trenes de locos». Se estima que el 70 % de los internos no tenían antecedentes de enfermedad mental. Eran homosexuales, alcohólicos, militantes políticos, madres solteras, mendigos, negros, pobres, indígenas, personas sin documentos, etc. La situación comenzó a cambiar con una revolución en el sistema de salud mental propuesta por el psiquiatra italiano Franco Basaglia en la década de 1960 y con el Movimiento Antimanicomio, creado en Brasil en 1987… El hospital podía admitir hasta 200 personas, pero llegó a tener 5000. Se estima que unas 60 000 personas perdieron la vida en la Colonia hasta el fin de los métodos inhumanos en los años 80. En 1996, uno de los pabellones se transformó en museo para mantener vivo este lamentable recuerdo de la historia.