Place de la République, Paris. © Olympia de Maismont, AFP
Ruben Navarro desde Lyon, Francia
Correspondencia de Prensa, 12-7-2024
El 18 de julio sesionará la nueva asamblea general electa el domingo 7 de julio. El presidente Macron y voceros del gobierno no se cansan de afirmar que la designación del Primer Ministro puede esperar y plantean la posibilidad de que el gobierno actual se mantenga hasta después de los juegos olímpicos, o sea para fines de agosto o principios de septiembre. El leitmotiv de todas las declaraciones oficiales es el rechazo a aceptar un gobierno en el que participe La France Insoumise (LFI), que forma parte del NFP (Nuevo Frente Popular), mayoritario en las elecciones, con la voluntad clara de dividir esta coalición de izquierda y conformar un gobierno más aceptable para la burguesía.
Después de la disolución de la Asamblea general (cámara de diputados) decidida por Macron ante el avance significativo del Rassemblement National (ex Front National, extrema derecha, Le Pen-Bardella 31,7%) en las elecciones para el parlamento europeo del 9 de junio, tuvieron lugar las elecciones legislativas en Francia. Esta disolución no se basa en ningún texto legal, fue una decisión tomada por el presidente Macron y su grupo íntimo de asesores.
El domingo 7 de julio tuvo lugar la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia. Estas elecciones son las que permiten la formación del gobierno: Primer Ministro y ministros. La tradición de la Va república (la Constitución del general de Gaulle) establece que el presidente debe nombrar un Primer Ministro a partir de la propuesta hecha por el partido o coalición mayoritario en las legislativas.
El sistema electoral francés de dos vueltas implica que sólo aquellos candidatos que hayan obtenido el 50% más uno de los votos son elegidos directamente, a condición que representen el 25% de los inscriptos. El voto no es obligatorio. Para la segunda vuelta, los candidatos pueden presentarse si consiguen el 12,5% de los inscriptos en el padrón electoral.
El Nuevo Frente Popular (NFP: PS, PC, LFI, Ecologistas y el grupo socialdemócrata Place Publique) obtuvo 182 escaños. Por otra parte, fueron electos 13 diputados más bajo el lema o etiqueta “izquierda”. En segundo lugar, Ensemble, la coalición presidencial, obtuvo 168 diputados. El Rassemblement National (RN) sumado a la escisión de Les Républicains (LR), una escisión encabezada por el propio presidente de este partido, consiguió 143 diputados y llegó en tercer lugar. Les Républicains, la derecha tradicional, cuenta con 46 diputados. Hay que agregar 14 diputados bajo el lema “derecha”, 6 bajo el lema “centro”, 4 “regionalistas” y 1 diputado “varios”. El total de diputados es de 577 e incluye a representantes de las colonias y de los franceses que viven en el extranjero.
Entre la primera y la segunda vuelta, en la casi totalidad de las circunscripciones electorales, hubo un llamado a formar un “frente republicano”. Esto quiere decir que en las circunscripciones en las que el RN estaba en primer o en segundo lugar, los otros candidatos se retiraron para favorecer al rival “demócrata”. El NFP fue el primero en anunciarlo por boca del propio Mélenchon, dirigente de La France Insoumise (que no era candidato), pocos minutos después de haberse conocido los resultados. Este “frente republicano” tenía como objetivo impedir la elección de diputados de extrema derecha. Tanto voceros del gobierno como de la derecha tradicional pusieron condiciones para retirarse o para llamar a votar por el NFP: que el candidato ubicado en primera o segunda posición no fuera de La France Insoumise, calificándolo de ¡¡¡”extrema izquierda”!!!
El campo orégano para la extrema derecha
La extrema derecha viene ganando terreno desde hace años. Las políticas liberales y antiobreras de los gobiernos sucesivos -Chirac, Sarkozy, Hollande (PS) y Macron (que fue ministro de Hollande) allanaron el camino a este avance al dejar de lado a sectores enteros de la masa de explotados y oprimidos. Ya bajo el gobierno de François Hollande, hubo una primera reforma jubilatoria, una “ley trabajo” (con más de un millón de manifestantes en París opuestos a esa ley), continuidad del congelamiento de salarios iniciado por Sarkozy y reforma educativa retrógrada, por citar sólo algunos ejemplos.
Macron siguió la misma línea, pero profundizándola más aún. El movimiento de los chalecos amarillos fue una respuesta espontánea en su inicio, reagrupando al subproletariado, a pequeños productores rurales, pequeños empresarios y trabajadores de servicios. La crisis sanitaria marcó el fin del movimiento de los chalecos amarillos, a los que se habían sumado muchos militantes sindicales. A fines de 2023, la reforma jubilatoria cristalizó la bronca. El movimiento obrero respondió unido. Pero el precio de esta unidad fue la realización de una multitud de paros perlados, ningún llamado ni preparación de huelga general con tal de preservar la unidad con centrales sindicales reformistas de diálogo y negociación, acudiendo a la mayoría de las concertaciones con el gobierno. El resultado fue la derrota y la aprobación definitiva de la ley.
El gobierno de Macron introdujo otra serie de reformas, todas ellas contrarias a los intereses de los explotados y oprimidos. Cierre de hospitales y maternidades, reforma educativa con la introducción de grupos de nivel que generan más discriminación social, reforma de la formación profesional, reforma regresiva del seguro de paro que limita aún más los derechos de los desocupados, intento de introducción de la “ley de suelo” en Mayotte, “ley inmigración” del ministro del Interior Gérald Darmanin, intento brutal de reforma del sistema electoral en Kanaky-Nueva Caledonia para perpetuar el dominio colonial, medidas antiecológicas como las reservas de agua extraída de los acuíferos que sólo beneficiarán a algunos grandes productores rurales, preparación del desmantelamiento del estatuto de los funcionarios públicos, atribución de primas en lugar de aumento de salarios, ayudas multimillonarias a las grandes empresas sin ninguna contrapartida ecológica o social y un larguísimo etcétera. Cuando no contaba con apoyo parlamentario, el gobierno no dudó en aplicar el artículo 49 inciso 3, que lo exime del voto del parlamento. Incluso la tan saludada inscripción del aborto en la Constitución, no es para nada una garantía, ya que el texto constitucional habla de “libertad” y no de “derecho” a abortar y deja en manos de la ley la aplicación de esta “libertad”. Esta lista no exhaustiva de medidas regresivas ha sido acompañada desde el principio del primer mandato de Macron por una feroz represión policial y judicial contra las manifestaciones populares.
La serie de derrotas sucesivas y las condiciones de vida cada vez más difíciles para el conjunto de los trabajadores y oprimidos fueron terreno fértil para el avance del discurso demagógico de la extrema derecha, basado en dos puntos esenciales: el “poder de compra” -y no el aumento de salarios- y el rechazo de los inmigrantes que vendrían a sacarle el trabajo a los franceses. Discurso xenófobo y violento, con agresiones violentas por parte de los grupos de ultraderecha.
La disolución y la reacción de la izquierda
Pocas horas después del anuncio de disolución del parlamento, los principales partidos de izquierda (LFI, PC, PS, Ecologistas y Place Publique) conformaron el Nuevo Frente Popular, referencia clara al Frente Popular de 1936. El NPA se unió a la iniciativa. La repartición de candidatos fue resuelta rápidamente, así como el programa. Éste tomó muchas de las propuestas de la anterior -y fracasada- NUPES. Si bien se trata de un programa keynesiano, toma en cuenta las principales reivindicaciones del movimiento obrero y popular: reconstruir el desmantelado servicio público de salud y educación, aumento del salario mínimo, derogación de la reforma jubilatoria, entre otras medidas importantes y, a nivel internacional, apoyo a la resistencia ucraniana contra la invasión imperialista rusa, pese a la posición mélenchonista y del PC, contraria a todo apoyo a Ucrania.
Elecciones legislativas y movimiento obrero
La mayoría de las centrales sindicales apoyaron el programa del NFP. Salvo las centrales abiertamente de derecha, todas apoyaron la iniciativa y llamaron a votar por el NFP o a votar contra la extrema derecha. Este miércoles 10 de julio, la CGT ferroviarios llama a manifestar el jueves 18 (primera sesión de la nueva asamblea electa) delante de la asamblea nacional en París y delante de todas las prefecturas (que representan el Estado a nivel departamental) para “exigir la instalación de un gobierno surgido del NFP”. Probablemente, otras centrales sindicales se unan a esta iniciativa. 1

Crisis de dirección en la derecha y en la izquierda
La crisis de dirección afecta tanto a los partidos de la burguesía como a los de izquierda. Las reuniones, las cenas comunes entre representantes del gobierno, incluyendo al ministro de defensa, de la derecha tradicional y de la extrema derecha, se han multiplicado estos últimos días.
El punto central es lograr un acuerdo entre partidos y personalidades del “centro” y de la derecha. Un acuerdo que deje de lado a LFI con cantos de sirena destinados a la izquierda socialdemócrata.
La izquierda, por su parte, sigue reuniéndose en lugares no comunicados a la prensa para definir la o el candidato a Primer Ministro y para evaluar la evolución de la situación.
En el campo de la izquierda radical, el NPA trata de salir de la enorme crisis y fractura del 5° congreso. En L’Anticapitaliste, Gilbert Achcar considera que no se puede “calcar la situación de 1936”, que “la izquierda no debe aspirar a gobernar sin una mayoría clara” que, en esta situación, “sería rehén del sistema”. 2 Es algo que contradice la posición del NPA, el que llama a “imponer el programa del NFP y construir redes militantes”, “los militantes deben luchar contra la extrema derecha y el racismo, a oponerse a las políticas de regresión social, de desinversión masiva en los servicios públicos y de presión sobre los salarios. En todas partes, deben unirse, seguir debatiendo, movilizándose y luchando”.
En un comunicado del 20 de junio, antes de la primera vuelta de las legislativas, L’Insurgé llamaba a “la unidad necesaria ante la amenaza del RN y también contra la política de Macron y otros defensores del capitalismo”. Llamaba también a crear “comités de acción unitarios que no se reduzcan a pegar afiches”. (véase el comunicado aquí)
Lutte ouvrière, que no se incorporó al NFP y presentó candidatos propios, declara que no debe acordársele ninguna confianza a un gobierno del NFP, pero su única propuesta es un llamado a construir su propio partido y a “derrocar el poder de la burguesía para dirigir nosotros mismos la sociedad”.
Carta de Macron
El presidente no se había expresado hasta este miércoles 10 de junio cuando, desde la cumbre de la OTAN, envió una carta a la prensa regional en la que afirma que “Finalmente, nadie ganó. Ninguna fuerza política obtuvo una mayoría suficiente y los bloques o coaliciones que surgieron de estas elecciones son todos minoritarios. (…) Esta unión debe construirse en torno a algunos grandes principios para el país, valores republicanos claros y compartidos, un proyecto pragmático y comprensible y tener en cuenta las preocupaciones que ustedes expresaron en el momento de las elecciones. Debe garantizar la mayor estabilidad institucional posible. (…) A la luz de estos principios decidiré sobre el nombramiento del Primer Ministro».
Es un desconocimiento claro del resultado de las elecciones, ignora la mayoría obtenida por el NFP. Una mayoría relativa pero que, siguiendo la “tradición” de la Va república, debe gobernar. Un paso más en el sentido del “golpe de Estado permanente”.
¿Cómo organizarse?
Desde la noche misma del domingo 7 de julio, desde que se conocieron los resultados, han surgido múltiples propuestas de organización. El contenido y la forma difieren. Para algunos, se trata de mantener la forma territorial de las circunscripciones electorales y seguir haciendo campaña, esta vez para las elecciones presidenciales de 2027. Para otros, la forma debe adaptarse a las realidades locales y deben incorporarse las organizaciones sociales y sindicales para enfrentar al gobierno de Macron y sus maniobras desde ahora.
La voluntad es de enfrentar el “golpe de Estado permanente” (como se le llama a la Va república) e imponer el gobierno del NFP, movilizarse según las condiciones en cada lugar de trabajo, a nivel barrial o territorial y apoyando las iniciativas del movimiento obrero, todas las iniciativas unitarias que apunten a defender la instalación de un gobierno que, aún con un programa keynesiano, lleve adelante las reformas necesarias para reconstruir los servicios públicos (salud, educación, lucha contra la violencia de género, acogida e inserción social de los inmigrantes, etc.).
La intersindical seguirá reuniéndose y las centrales sindicales de lucha siguen llamando a la movilización y a crear sistemas de alerta durante este período de vacaciones estivales. Convocan a reuniones sindicales unitarias en los lugares de trabajo. Los sindicatos de la enseñanza llaman a organizar reuniones de información sindical desde el día previo al comienzo de las clases.
La situación cambia cada hora, las maniobras y conciliábulos de los representantes de la burguesía continúan. El momento actual podría parecer poco favorable para que los sectores populares puedan organizarse, pero las iniciativas se multiplican para evitar la imposición de un gobierno que fuera la continuidad del actual y para imponer el programa del NFP, de “todo el programa”, como dijo el dirigente de LFI.
-Ver también:
– Francia – Y ahora, todo queda por hacer. [Comunicados Solidaires y CGT]
Notas
- El comunicado de la intersindical (CFDT, CGT, FO, CFE-CGC, FSU, UNAS y Solidaires) del 11-7-2024 dice “El mensaje de los electores debe ser escuchado. Tras estas elecciones parlamentarias, las expectativas de los trabajadores que nuestras organizaciones defienden cada día siguen vigentes. Es urgente que la voz de los trabajadores sea más y mejor tenida en cuenta.” Afirma que el conjunto de las centrales sindicales se mantendrán alertas y en contacto. https://solidaires.org/sinformer-et-agir/actualites-et-mobilisations/communiques/communique-intersyndical-les-exigences-sociales-doivent-etre-entendues/ ↩
- En 1936, la SFIO y el PCF sólo habían obtenido el 35% de los votos (3,4 millones de 9,8 millones) y se aliaron con los radicales. Su programa era muy limitado; no incluía las vacaciones pagadas, obtenidas mediante huelgas generales. ↩