Foto: Photothèque Rouge / Martin Noda / Hans Lucas
Comunicado del NPA (Nouveau Parti Anticapitaliste), 30-6-2024
Correspondencia de Prensa, 1-7-2024
[El resultado de la primera vuelta de las elecciones legislativas en Francia no ha hecho sino confirmar la enorme progresión de la extrema derecha que se expresó en las elecciones europeas del 9 de junio -si bien en ellas la suma de las extremas derechas alcanzo el 40% y en estas RN se sitúa al 34%, aunque, dadas las particularidades del sistema electoral francés, no despeja la duda de que pueda obtener mayoría absoluta el próximo día 7-. También ha confirmado el hundimiento del macronismo y la derecha tradicional, sin que la unión de la izquierda, el Nuevo Frente Popular, a pesar de su progresión, haya podido contrarrestar esa tendencia mayoritaria. A la espera de un análisis más detallado que nos ofrecerá mañana Léon Cremieux, y teniendo siempre presente que el resultado definitivo se conocerá el próximo día 7, publicamos a continuación el comunicado del NPA l’Anticapitaliste]. Redacción de Viento Sur.
***
Estas elecciones parlamentarias confirman el terrible peligro de la extrema derecha, que obtiene resultados históricamente altos. Este resultado es una combinación del desarrollo del nacionalismo y el racismo en ciertos sectores de la población, del creciente apoyo de las clases dirigentes a la extrema derecha, amplificado por algunos medios de comunicación, y el hundimiento de la derecha (tanto la macronista como Les Républicains) cuyas políticas han asqueado a la población.
Si RN y sus aliados llegan al poder, el peligro del neofascismo crece un poco más en Francia.
La buena noticia de estas elecciones es la recuperación de la izquierda. El incremento de sus votos se han logrado gracias a la unidad de las fuerzas políticas, asociativas y sindicales que han movilizado a cientos de miles de personas para manifestarse y hacer campaña. Esta unidad no pinta a nadie de rojo, no olvida las responsabilidades de las políticas liberales aplicadas por los gobiernos que se reclamaban de izquierdas (de Mitterrand a Hollande) en la desorientación y la cólera de las clases trabajadoras sometidas a ellas. Esta unidad se basa en la necesidad urgente de aplicar el programa del Nuevo Frente Popular.
Pero en este momento, esta unidad en torno al Nuevo Frente Popular no es lo suficientemente fuerte como para contrarrestar la peligrosa presión de la extrema derecha, las campañas de calumniosas acusaciones de antisemitismo y terrorismo o la falsa e insultante simetría entre los extremos establecida por los macronistas, del mismo modo que tampoco ha logrado disipar las dudas que surgen de las derrotas sociales acumuladas y las que existen sobre la solidez de la unidad de la izquierda, dañada por los conflictos internos de las últimas semanas [purgas en las candidaturas de LFI… (Grupo político de Mélenchon, ndr)].
En la situación de profunda crisis del capitalismo en la que nos encontramos, para hacer retroceder a la extrema derecha e impulsar una izquierda combativa necesitamos reforzar la unidad de acción de toda la izquierda. De abajo arriba, tenemos que permanecer unidos y luchar codo con codo: manifestándonos contra la extrema derecha y defendiéndonos de los ataques de los grupúsculos fascistas, resistiendo a las medidas antisociales, discriminatorias o autoritarias, a la violencia policial y racista, a la violencia sexista y sexual, defendiendo el aumento de los salarios y de las prestaciones sociales, la vuelta a la jubilación completa a los 60 años, dando vida a la solidaridad internacionalista y anticolonialista con Palestina, Ucrania Nueva Caledonia y, más en general, con todos los pueblos víctimas del imperialismo francés. Es movilizándonos juntos para cambiar la relación de fuerzas como podemos cambiar la vida.
El NPA-L’Anticapitaliste hace un llamamiento a todas las organizaciones políticas, sindicales y asociativas de izquierda -empezando por las fuerzas políticas que componen el Nuevo Frente Popular- para reunirse lo antes posible, a escala local y nacional, con el fin de poner en marcha acciones conjuntas siempre que sea posible. Antes y después de las elecciones, en las urnas y en las luchas, el fortalecimiento de la izquierda en la acción es la manera de devolver a las clases trabajadoras la confianza en sus propias fuerzas.
En los próximos días, necesitamos un estallido popular contra el peligroso ascenso de la extrema derecha y necesitamos construir las mayores movilizaciones y manifestaciones callejeras posibles.
En cuanto a la segunda vuelta de las elecciones legislativas del próximo domingo, sabemos que, pase lo que pase, necesitaremos un bloque sólido de izquierdas sociales y políticas para resistir. Allí donde se den las condiciones para que estos candidatos ganen, necesitamos confirmar y amplificar los votos emitidos en la primera vuelta a favor del Nuevo Frente Popular y sus aliados.
El principal reto de esta segunda vuelta sigue siendo impedir que la extrema derecha asuma el poder dentro de unos días, y este es un objetivo esencial para nuestro campo social. Sabemos que las políticas defendidas o puestas en marcha por la derecha, en particular el macronismo en el poder, adoptando algunas de sus medidas y contribuyendo a darle legitimidad, han contribuido en gran medida a allanar el camino a Rassemblement National, al tiempo que atacaban cada vez más a amplios sectores de la izquierda. Sin embargo, entre estos dos peligros, primero debemos hacer todo lo posible para eliminar el mayor y más inmediato.
El próximo domingo, para defender los intereses inmediatos de las personas inmigrantes, de todo el mundo del trabajo, los derechos y de las libertades públicas, es imperativo derrotar a la RN y a sus aliados y partidarios, preferentemente con una buena izquierda.
Más allá de la segunda vuelta, es necesario hacer perdurar lo que se ha construido en el corazón de esta campaña: una izquierda unida y militante; confirmar un programa de ruptura con el pasado, alimentar y nutrir las movilizaciones que son más necesarias que nunca, permitir que el mayor número posible de personas permanezcan organizadas más allá de estas elecciones, condición indispensable para reactivar una verdadera izquierda combatiente.
En este contexto, el Nuevo Frente Popular y todas las organizaciones implicadas en la lucha, sindicatos y asociaciones, tienen una enorme responsabilidad en el periodo que se avecina: construir colectivos y movilizaciones unitarias lo más amplias posibles frente a la extrema derecha y el macronismo (si sobrevive a estas elecciones), transmitir las aspiraciones de las clases trabajadoras e imponer las medidas del programa del Nuevo Frente Popular. En las urnas y en la calle, hay que derrotar a Rassemblement National y retomar la lucha por el progreso social, por el planeta y por una sociedad diferente.