A l’encontre, 5-2-2024
Traducción de Correspondencia de Prensa, 6-2-2024
Desde mediados de enero se vienen organizando en Alemania un gran número de manifestaciones contra el partido AfD (Alternative für Deutschland, Alternativa para Alemania), con una enorme participación. Las manifestaciones fueron desencadenadas por un informe del sitio web de investigación CORRECTIV [una ONG, organización de investigación, medio de comunicación y editorial]. Miembros y representantes electos de la AfD, neonazis y empresarios con importantes recursos financieros se reunieron en noviembre de 2023 en un hotel cerca de Potsdam [Land de Brandeburgo]. Discutieron la posibilidad de deportar («remigrar») a millones de personas de Alemania. CORRECTIV estaba también presente en ese hotel y documentó la reunión. El informe completo puede consultarse aquí.
Ese reportaje escandalizó y conmovió a mucha gente. Pero sólo fue la gota que colmó el vaso. El aumento constante del porcentaje del AfD en las encuestas de opinión, la elección de candidatos de la AfD en ayuntamientos y consejos regionales y sus éxitos electorales en Baviera 1 y Hesse 2 eran ya motivo de temor para mucha gente. También los empresarios estaban preocupados desde hace tiempo. Rainer Dulger (Tagesspiegel, 26.7.2023), presidente de la organización patronal Bundesvereinigung der Deutschen Arbeitgeberverbände desde noviembre de 2020 y anteriormente presidente de Gesamtmetall, la organización que agrupa a las industrias del metal, la maquinaria y otras, declaró : «La fuerte posición de la AfD en las encuestas me ha sacudido como persona y también como empresario». Rainer Dulger teme sobre todo las críticas de la AfD a la UE y el rechazo estricto de la inmigración, con las consiguientes repercusiones sobre la situación económica.
En un principio, eran pequeños grupos los que convocaban a manifestaciones contra la AfD. Como en general no tenían nada que objetar al contenido de estas convocatorias, el SPD y los Verdes también llamaron a participar en las mismas. En muchos otros lugares, las manifestaciones fueron organizadas posteriormente por el SPD, los Verdes o sus círculos internos. Por lo general, también participaron la Cámara de Industria y Comercio (IHK-Industrie- und Handelskammer) y la Confederación de Sindicatos (DGB-Deutscher Gewerkschaftsbund). La participación fue siempre masiva, independientemente de quién convocara la manifestación. En varias ciudades, hubo que cerrar el acceso al lugar de la manifestación debido a la enorme afluencia de gente. En ciudades importantes como Berlín [el 3 de febrero, 150.000 personas estuvieron presentes frente al Reichstag, según la policía], Hamburgo y Colonia, más de 100.000 personas participaron en las manifestaciones. Si bien el gobierno federal y la CDU/CSU (Unión Demócrata Cristiana y Unión Social Cristiana de Baviera) están elaborando sus propios programas para facilitar la deportación de los solicitantes de asilo, también han participado en las manifestaciones.
Luego, la CDU y la CSU se sumaron a las protestas. Markus Söder [ministro-presidente de la CSU de Baviera], que unas semanas antes había señalado a los Verdes como su principal enemigo, saludó las manifestaciones como «una buena señal», mientras que Friedrich Merz [presidente de la CDU desde enero de 2022] también las consideró una «señal alentadora». Sólo Hubert Aiwanger, presidente del Freie Wähler y ministro de Economía de Baviera, no está dispuesto a abandonar tan fácilmente los estereotipos sobre el enemigo de probada eficacia. Escribió en X: «Las manifestaciones contra la derecha están a menudo infiltradas por extremistas de izquierda. […] Espero que todos los demócratas y el gobierno federal tomen distancia de los extremistas de izquierda». (Süddeutsche Zeitung-online, 19.1.2024)
En gran parte, la izquierda sin posición propia
Efectivamente, en las manifestaciones se puede ver a muchas personas que se consideran de izquierdas. Sin embargo, por lo general no defienden políticas de izquierdas. Más bien les gusta nadar en la corriente de la «democracia capaz de defenderse a sí misma» [es decir, la democracia tal y como la define el Tribunal Constitucional Federal].
Ahora bien, es importante preguntarse cuáles son las causas del ascenso de la AfD. Actualmente hay numerosos estudios que muestran una relación entre el voto a favor de la AfD y las malas condiciones de trabajo y de vida. La precariedad de las condiciones laborales, el aumento constante de los alquileres y de los precios de la energía, los ahorros realizados gracias a la contención de la renta de ciudadanía [Bürgergeld, 563 euros al mes para una persona] y de la seguridad social básica para los niños [renta específica para niños de familias en situación precaria] son medidas que le han permitido a la AfD obtener triunfos electorales. El increíble rearme con su presupuesto también se traduce en recortes en el ámbito social. Si en la izquierda queremos luchar eficazmente contra la AfD, tenemos que abordar estos temas. No podemos manifestar sin abordar el debate. El objetivo de estas manifestaciones no es el de provocar un cambio social o una política diferente, sino dejar las cosas como están en este momento. Sin embargo, esta situación sociopolítica es la raíz misma del ascenso de los partidos de derecha y de extrema derecha, tanto aquí como en otros países.
La simple participación en estas manifestaciones «Friede-Freude-Eierkuchen» [frase utilizada ya en 1989 para describir las manifestaciones con un tono de love-parade, a diferencia de las manifestaciones políticas de principios de los ochenta] es ciertamente agradable, pero sólo favorece a los actuales partidos gobernantes [SPD, Verdes, FDP], que pueden esperar compensar, al menos en parte, la pérdida de audiencia y de perfil que han tenido en los últimos meses. La necesaria crítica a la política social del gobierno de la coalición “Ampel” (“semáforo” debido al color rojo de los socialdemócratas, el amarillo del Partido liberal demócrata y el verde de Alianza 90 / Los verdes) nos obliga a nadar contracorriente en las manifestaciones y a no evitar los conflictos. Esta voluntad sólo se manifiesta en un pequeño sector de la izquierda. Las diferencias fundamentales con los partidos burgueses son a menudo imperceptibles. Sin embargo, son sus políticas las que están contribuyendo al ascenso de la AfD.
Los sindicatos: ¿una colaboración social contra la derecha?
Los sindicatos también participan en las protestas sin referirse a las políticas del gobierno. Aunque en el mejor de los casos sólo atacan verbalmente la política de austeridad del gobierno de coalición, pueden mostrarse combativos contra la AfD. Algo que no perjudica ni al gobierno ni a la clase dominante. En una declaración conjunta, la DGB (Confederación Alemana de Sindicatos) y la patronal subrayan la importancia de la colaboración social para «el desarrollo de un modelo de sociedad y de economía que permita un equilibrio social justo».
Pero es precisamente debido a esta colaboración social que no combatimos sistemáticamente los ataques de la patronal contra las condiciones de vida y de trabajo. Más bien, contribuimos a determinar la forma en que los intereses del capital pueden sernos impuestos de una manera un poco más socialmente aceptable. Todos aquellos que van quedando al margen no pueden reconocer en los sindicatos una fuerza capaz de defender sus derechos. Es en este caldo de cultivo de la desilusión y de los que se sienten abandonados a su propia suerte donde la AfD puede prosperar.
Consecuencias para el AfD
Por supuesto, la AfD critica las manifestaciones. Les reprocha a las televisiones públicas que muestren imágenes en las que se amplifica la presencia de los manifestantes. Pero, a fin de cuentas, estas acciones no deberían perjudicar mucho a la AfD. No les llegan a los simpatizantes de la AfD, los que han roto con los partidos tradicionales y no ya son receptivos a sus argumentos. La situación social de los marginados y los amenazados de exclusión no ha cambiado, y las relaciones de fuerza sociales siguen siendo las mismas. Por lo tanto, las causas del éxito de la AfD no han desaparecido.
Para contribuir seriamente a debilitar la influencia de la AfD, hay que esforzarse por llegar a sus partidarios. Si los adversarios de la AfD se quedan entre sí, dándose mutuamente palmadas en el hombro, no lo conseguirán. La AfD culpa a la inmigración y a la protección del clima de casi todos los problemas. Por eso es importante dar otras respuestas a los problemas existenciales que afectan a mucha gente. Las pensiones, los alquileres, el impuesto municipal, el nivel del salario mínimo, el Klimageld [dinero para el clima: los ingresos procedentes de la tarificación del CO2 se depositan en una caja pública; se plantea el problema de la redistribución y bajo qué criterios], etc., son asuntos sobre los que se puede discutir con los partidarios de la AfD. Tomando iniciativas y llevando a cabo acciones sobre estos temas, podemos esperar llegar a una parte de la base de la AfD e movilizarla. Las respuestas racistas que suscita la precariedad podrían entonces retroceder y evitar la construcción de una oposición entre los alemanes y los que son calificados de no alemanes. Podríamos explicar la división/oposición entre los que están en el poder, «los de arriba», y «los de abajo», lo que podría alimentar una reorientación política.
Consecuencias para la CDU
La CDU y la CSU se subieron al carro relativamente tarde. Desde la campaña electoral para las elecciones regionales de Hesse y Baviera, han contribuido en gran medida al desarrollo de la derecha dura y han sido capaces de sacudir a los partidos gubernamentales. Mientras que estos últimos ven ahora estas movilizaciones como una oportunidad para volver a poner el pie en el estribo, la situación es ambivalente para la CDU/CSU. Si éstos se niegan a participar en las manifestaciones, corren el riesgo de distanciarse de la parte más liberal de su base y sufrir pérdidas, sobre todo en las grandes ciudades. Pero si participan, es de prever que una parte de sus votos vayan a parar a la AfD. Si este tipo de movimiento continuara, los conflictos en el seno de la CDU se intensificarían y la línea conservadora de derecha de Friedrich Merz podría verse aún más cuestionada.
-Original publicado en Gruppe Arbeiterpolitik, 31-1-2024
Notas de A l’encontre
- En las elecciones del land de Baviera a principios de octubre de 2023, la AfD alcanzó el tercer puesto con el 14,6% de los votos, por detrás de la CSU (Christlich-Soziale Union in Bayern) con el 37% y del Freien Wähler (partido de derecha fundado en 2009) con el 15,8%. Los Verdes obtuvieron el 14,4% de los votos y el SPD el 8,4%. ↩
- En octubre de 2023, en el Land de Hesse, la Afd obtuvo el 18,4% de los votos (un aumento del 5,3% con respecto a 2018). La CDU obtuvo el 34,6%, un aumento del 7,6%. El SPD, el 15,1%, una pérdida del 4,7%. Los Verdes, 14,8%, una pérdida del 5%. Die Linke, 3,1%, una pérdida del 3,2%. ↩