Chile – «Veremos si Boric sostiene la ventaja». [Alberto Mayol – Entrevista]

Para Mayol, el repunte de la izquierda de cara al balotaje obedece a un cambio de estrategia.  Enfrente, el académico percibe a Kast como estancado y demasiado asociado a Piñera.

Cristian González Farfán, desde Valparaíso 

Brecha, 3-12-2021

Correspondencia de Prensa, 3-12-2021

A 11 días del inicio de la campaña presidencial con miras a la segunda vuelta del 19 de diciembre en Chile, el ultraderechista José Antonio Kast (que obtuvo un 27,91 por ciento de las preferencias en la elección del 21 de noviembre) y el izquierdista Gabriel Boric (25,83 por ciento) mueven sus fichas para conseguir el triunfo que los catapulte al Palacio de La Moneda.

Con casi la mitad del trecho recorrido hacia el balotaje, Boric logró incorporar a su comando a una figura reconocida en el ámbito nacional la expresidenta del Colegio Médico Izkia Siches, quien renunció a su cargo en esa organización gremial para asumir como nueva jefa de campaña del candidato del pacto Apruebo Dignidad (que incluye al Frente Amplio, al Partido Comunista y a otros partidos). De igual manera, Boric ha concitado apoyos de un arco transversal de la centroizquierda vinculada a la ex-Concertación –incluida la Democracia Cristiana–, merced a un discurso más conciliador que al comienzo de la campaña y a la inclusión de algunos puntos de los programas de los candidatos afines.

Esta reformulación programática, sin embargo, ha sido vista con cierto recelo por Guillermo Teillier, presidente del Partido Comunista, uno de sus aliados en Apruebo Dignidad. El timonel del Partido Comunista se mostró contrario a la idea de rehacer el programa, mientras que el exprecandidato presidencial comunista Daniel Jadue –derrotado por Boric en la primaria de Apruebo Dignidad– arremetió contra los votantes del candidato del Partido de la Gente, Franco Parisi (tercera mayoría en la elección, con un 12,8 por ciento), a los que tildó de «tremendamente individualistas» y «con poca conciencia de clase». Jadue, luego, se retractó de sus dichos.

Desde la otra vereda, el candidato de la coalición Frente Social Cristiano, José Antonio Kast, incorporó a sus filas a la exsubsecretaria de Salud Pública Paula Daza, en respuesta al efecto producido por el ingreso de Izkia Siches al comando de Boric. Daza anunció la noticia el 26 de noviembre, pero lo hizo sin renunciar a su cargo en el gobierno de Sebastián Piñera, lo que fue interpretado por la oposición como un caso de intervencionismo electoral. Dos días después de su anuncio, no obstante, abandonó su puesto en el Ministerio de Salud y pasó a engrosar el equipo de Kast. Asimismo, dos ministros de Piñera, Jaime Bellolio (secretario general de Gobierno) y Raúl Figueroa (Educación), se han mostrado partidarios del Frente Social Cristiano, directa o indirectamente.

Por otra parte, el candidato presidencial ultraderechista tuvo que salir a dar explicaciones por los dichos misóginos del diputado electo del Partido Republicano Johannes Kaiser, quien en un video subido a sus redes sociales cuestionó el derecho a votar de las mujeres. Tras el escándalo que provocaron sus palabras, Kaiser renunció al partido de Kast. Además, una carta del candidato del pacto derechista Chile Podemos Más, Sebastián Sichel (cuarto lugar en las preferencias con un 12,78 por ciento), en la que condiciona su apoyo a Kast al cumplimiento de algunos cambios en el programa provocó dolor de cabeza al interior de la tienda republicana. En este minuto Kast se encuentra en Estados Unidos, donde ya se reunió con el senador ultraconservador Marco Rubio, lo que también le ha valido críticas del bando contrario. Se especula que el viaje de Kast tendría como objetivo reunirse con el excandidato de la primera vuelta Franco Parisi. Hasta el cierre de esta edición tal encuentro no se ha producido.

Para analizar todas estas variables y proyectar los resultados del balotaje, Brecha conversó con el sociólogo y escritor chileno Alberto Mayol, quien fuera precandidato presidencial por el Frente Amplio en 2017, aunque después su relación con ese movimiento político terminó fracturada. El también académico de la Universidad de Santiago estima que Boric logró algo valioso con la llegada de Siches y que Kast no ha podido recomponerse de algunos errores garrafales en esta segunda fase de la carrera. Todo esto ocurre en medio de un proceso constituyente en curso que, en palabras de Mayol, se arriesga a un estrepitoso fracaso con la eventual posibilidad de que Kast sea electo.

—¿Se pone en riesgo el proceso constituyente con la eventual llegada de Kast al poder?

Sí, absolutamente. Lo peor para un proceso constituyente es la confusión, ni siquiera es que alguien sea capaz de boicotearlo. Si en el plebiscito de salida hubiera un 53 por ciento a favor y un 43 por ciento en contra, por ejemplo, la Constitución igualmente nacería con problemas.

—¿Cuánto se juega en esta elección? ¿Cree que es la elección más importante en Chile después de la de Patricio Aylwin en el retorno de la democracia?

Debería ser la más importante. Ahora bien, así como quedó configurado el Congreso, tal vez sea otro momento intersticial más y quedaremos a la espera de que la próxima elección sea la más importante. Hay que decir que a veces estos procesos de transformación se trancan, eso no es raro. De momento es la elección más importante después de la de Aylwin, y si funciona el proceso de transformación, es decir, si la nueva Constitución es legítima, sería la elección más importante de la historia de Chile. Porque sería un cambio geológico y se eliminaría la principal revolución política-económica que ha tenido Chile: la revolución neoliberal.

—Inmediatamente después de su triunfo en primera vuelta, usted dijo que Kast tenía ventaja sobre Boric de cara al balotaje. ¿Boric ha ido recuperando terreno en esta especie de carrera de 100 metros planos?

Sí, la campaña de segunda vuelta de Kast ha sido objetivamente mala, se le enredó con muchos apoyos condicionados. Naturalmente, cuando eres favorito, el equipo detrás empieza a pesar mucho, y el equipo de Kast es de tercera división, hablando en clave futbolística. Él sabe jugar en primera división, pero no tiene un equipo que lo sustente y se ha notado. Su discurso más radicalizado empezó a chocar con el sentido común y eso le ha hecho perder energía, además de irritar a gente antivacunas que cuestiona, por ejemplo, la incorporación de Paula Daza.

Por el contrario, en la campaña de Boric la convergencia de los actores ha sido fluida y sencilla. Aunque siento que el factor Parisi es motivo de problemas, que Boric no tiene la posibilidad de traspasar esos votos de manera tan clara. Faltan los debates aún. Todas las semanas son distintas, pero día a día Kast es menos que la candidatura de Boric. Haber incorporado a Izkia Siches es como incluir a una vicepresidenta, es un nombre muy potente que llega a compensar los problemas que tenía la candidatura. Boric ahora corre con ventaja y veremos si es capaz de sostenerla. Hemos visto que a ambos candidatos les cuesta sostener la ventaja cuando están punteros.

—¿En qué podría ayudar Siches en la campaña de Boric? ¿Qué virtudes tiene ella que él no a la hora de conquistar votos? Llama la atención que en estos días ella sola haya logrado convocar a una concentración sin la presencia del candidato.

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El sociólogo chileno Alberto Mayol

Bueno, esa es la ventaja de tener a alguien que podría ser candidata presidencial por sí sola. Efectivamente, es capaz de producir un efecto propio, que no necesita la presencia del candidato para que sea un evento relevante. Pero además involucra una señal muy clara, porque Izkia viene de ganarles batallas políticas al gobierno y a la derecha en el tema de la pandemia. Y se las ha ganado con colaboración; nadie puede decir que los ha torpedeado. Cuenta con muchos recursos para afrontar el desafío de derrotar a la derecha y nunca criticó a Kast cuando tuvo ocasión de hacerlo.

Su aporte será muy relevante, porque lo que el Frente Amplio sabe hacer, muy intensamente, es lo mismo de siempre. Y, en el fondo, la llegada de Izkia –que está cerca del Frente Amplio, pero no pertenece a él ni a su cultura política– le permitirá a Boric conectar con un público que sentía que le estaban repitiendo las mismas cosas con las que ya no lo habían convencido. Creo que, obviamente, falta enganchar más a la población adulta y allí se requiere un discurso más intenso. Hay cosas que hacer, pero eso permite salir de la endogamia del Frente Amplio.

—¿Puede Siches ayudar a instalar una nueva narrativa sobre los temas duros que han sido la fortaleza de Kast: migración, orden público y seguridad ciudadana?

Creo que va a ser difícil una narrativa más específica por los tiempos que hay antes del balotaje, pero sí creo que puede ayudar a Boric a abordar el tema de los votantes de la ex-Concertación sin disolverse a sí mismo. Está el desafío de no ser la continuidad de la ex-Concertación, de ser críticos con ella, pero al mismo tiempo de tratar a sus votantes con respeto y, cuando cabe, con admiración en cosas pertinentes. Hay que construir puentes con ese mundo de votantes, no tratarlos de estúpidos.

—¿Ve posible que Boric logre conquistar el mundo de la abstención (solo hubo un 47,34 por ciento de participación en la primera vuelta)?

No creo que sea posible mover eso. Los fundamentos de la abstención son estructurales y complejos. Es difícil conectar con ese mundo. Pasan muchas cosas: hay edificios que se llaman colegios, pero no son colegios; hay una segregación urbana que genera barrios donde hay gente que ni paga la micro ni vota. Sí me parece importante que Boric logre convertir esta elección en lo que fue el plebiscito del Apruebo y el Rechazo. Y aquí hay una gran responsabilidad de la Convención Constitucional, que debe tener sentido y no ser un experimento extraño. Hay una especie de autosatisfacción que encuentro peligrosa: bate todos los récords a nivel de procedimiento, pero ¿dónde está el artículo 1 de la Constitución?

—¿No cree que eso responde a los plazos mismos que se trazó la Convención, y que en esos plazos estaba la redacción del reglamento?

Creo que ellos se trazaron un plan de trabajo que está basado en ir a buscar legitimidad donde no la hay. La legitimidad en la Convención está sobrerritualizada: están desesperados por tener una legitimidad que la Convención ya tenía.

—Volvamos a Kast. ¿Qué tan conveniente es que viaje ahora a Estados Unidos a reunirse con el mundo más conservador de ese país? Y ante una posible reunión con Parisi, ¿pueden ambos salir victoriosos o sería contraproducente al leitmotiv de la campaña de Parisi: su consigna antipartidos?

La derecha no se ha dado cuenta, pero en todo este proceso, en que parece renacer, se está muriendo más feo que en el estallido social. Están articulándose de manera muy impertinente para el mundo que viene, están fuera de juego. La candidatura de Kast tiene una inviabilidad de origen y de ejercicio muy grande para lo que viene, incluso si gana la elección, lo que sería una ironía. El mejor escenario para la derecha siempre fue Joaquín Lavín (eterno candidato presidencial que surgió del pinochetismo y fue acercándose a la centroderecha), que transitaba hacia un cierto reformismo. Este experimento de la opción Kast destruye todo lo que se hizo para construir la centroderecha, que era un trabajo intelectual serio. Ahora tienen que apoyar a un candidato antivacunas, anti-ONU; o sea, la derecha contra la globalización.

—¿Cree que los votos de Sebastián Sichel se podrían fragmentar tras su carta de condiciones para respaldar a Kast? ¿Podrían apoyar a Boric o prevalecerá la defensa del statu quo y del modelo económico?

Los votos de Sichel no son de la derecha: son de gente que a veces ha votado por la derecha. Sichel se vació mucho, pero no tanto, ya que conservó un 13 por ciento. Y cualquier gesto en contra de esa carta de condiciones horada el tránsito de esos votos. No sé si se pasarán a Boric directamente o se pasarán a la abstención. Lo que hizo Sichel fue dejar en evidencia que, dentro de sus posibilidades, Kast no es su candidato.

—¿Asistimos a una «piñerización» de la campaña de Kast? Con la imagen por el suelo que tiene Piñera, ¿le resta votos a Kast que el gobierno sea cada vez más protagonista en su campaña?

Claramente le resta votos. Toda la estrategia de Kast y del gobierno para apoyarlo ha sido un error completo. Piñera es un personaje mecánico cuando tiene que ser termodinámico, y viceversa. Es muy confuso y simplifica de manera exagerada los fenómenos. Las medidas para apoyar a Kast rayan con lo absurdo. Lo peor es que hicieron una copia pobre de lo que hizo Boric: responder con Paula Daza la incorporación de Izkia Siches. No tenía por qué salir a jugar el partido a esa cancha. Y más: encima a Daza la hicieron renunciar de su cargo en el gobierno.