El período electoral fue el terreno propicio para volver a instalar, a permear, una vez más, en el sentido común la idea de una reforma laboral. Los argumentos son un testimonio del pasado: recogen todas las falacias noventistas.
El período electoral fue el terreno propicio para volver a instalar, a permear, una vez más, en el sentido común la idea de una reforma laboral. Los argumentos son un testimonio del pasado: recogen todas las falacias noventistas.