Hasta que estas páginas salieron rumbo a la imprenta, Jihad Diyab proseguía con su negativa a tomar agua. El mediodía del miércoles había entrado en coma cuando, siguiendo las prácticas musulmanas, se inclinaba orando en dirección a la Meca. En coma permaneció hasta la noche, cuando despertó y decidió que le fuera retirado el suero que los médicos habían colocado para hidratarlo. La asistencia y monitoreo que la Comisión de Derechos Humanos del Sindicato Médico del Uruguay (Smu) había iniciado ese día, cesó ante la decisión del sirio...