El candidato a presidente afirmó que, si es electo, subirá el mínimo no imponible y remarcó la importancia de una política tributaria progresiva donde los que más tienen, pagan más.
Lula tiene serias chances de ganar en primera vuelta y el balotaje casi garantizado. La reconstrucción institucional que deberá abordar abre enormes desafíos en medio de un clima marcado por las amenazas de golpe y violencia.
Mientras aumentan su presencia en el Estado y su participación en la política partidaria, los militares vienen prestando un importante servicio a Jair Bolsonaro: apoyar sus embates contra el sistema electoral.
"Si Alckmin como vice me ayuda a gobernar, no veo ningún problema”, dijo el exmandatario.
Después de la marcha troll de Bolsonaro sobre São Paulo, los demócratas deben aislar a la derecha lunática.
La situación política nacional está en punto muerto. Bolsonaro no es lo suficientemente fuerte como para ejecutar un golpe victorioso en este momento, pero no es lo suficientemente débil como para caer inmediatamente.
El gobierno Bolsonaro se ha debilitado en los últimos meses política y socialmente, pero el fascismo mostró sus dientes el martes 7 de septiembre. Se está preparando para un intento de golpe, porque sabe que lo más probable es su derrota electoral. El país está en peligro: todas las libertades están amenazadas.
El grito de la avenida Paulista en el día del grito de Ipiranga era la victoria o la muerte. Al anunciar su estrategia, Bolsonaro dejó claro que no renunciará a la lucha sin cuartel por el poder, cueste lo que cueste.
Lulismo y bolsonarismo: mientras unos pisan el freno, otros pisan el acelerador. Pero nadie cuestiona el carril.
La reaparición de Lula adquiere aires divinos en medio de la tragedia de la "nueva era". La derecha lúcida parece capitular.