Abrumado por el constante cerco de la oposición parlamentaria y la fiscalía, el ahora expresidente peruano se lanzó a un autogolpe que fue revertido en un par de horas. La nueva presidenta aparece como rehén de un Congreso enormemente impopular.
Abrumado por el constante cerco de la oposición parlamentaria y la fiscalía, el ahora expresidente peruano se lanzó a un autogolpe que fue revertido en un par de horas. La nueva presidenta aparece como rehén de un Congreso enormemente impopular.