Brasil. Dos semanas de ocio para una sociedad agotada y resentida

“El Brasil conquistó su ciudadanía internacional”, decía un emocionado Lula a la hora del almuerzo de aquel 2 de octubre de 2009, un lunes que suena lejano tanto por el tiempo como, principalmente, por el clima que se vivía en el país, inmune a la mayor crisis internacional del capitalismo desde la década de 1930 del siglo XX. Siete años y algunos huracanes después, un Brasil deprimido y recalcado vio a Gustavo Kuerten entrar con la antorcha olímpica en el Maracaná y a Hortência asistir a Vanderlei Cordeiro para inaugurar oficialmente los primeros juegos en territorio sudamericano...