Si el nuevo Gobierno de Lula no reacciona para que las fuerzas armadas sean controladas por el poder civil y los oficiales legalistas, los cuarteles serán utilizados para mantener una táctica de desgaste político.
Si el nuevo Gobierno de Lula no reacciona para que las fuerzas armadas sean controladas por el poder civil y los oficiales legalistas, los cuarteles serán utilizados para mantener una táctica de desgaste político.