La cuestión europea ha relanzado, en el seno de la izquierda radical, los debates sobre el internacionalismo. Se ha afirmado progresivamente en su seno la necesidad de repensar un internacionalismo concreto, rechazando la alternativa ruinosa entre el nacionalismo racista defendido por la extrema derecha y el internacionalismo del capital encarnado por la Unión Europea, pero renunciando igualmente a las facilidades de un internacionalismo abstracto...