Para favorecer a productores de soja, en los últimos meses se expulsó con violencia de sus tierras ancestrales a 725 familias de 12 comunidades indígenas. El sueño de la Tierra sin Mal es cada vez más inalcanzable.
Para favorecer a productores de soja, en los últimos meses se expulsó con violencia de sus tierras ancestrales a 725 familias de 12 comunidades indígenas. El sueño de la Tierra sin Mal es cada vez más inalcanzable.