Las reformas laborales y los nuevos contratos "sólo para trabajadores nuevos" no alentarán la creación de nuevos empleos sino que, por el contrario, incentivarán los despidos de quienes ahora todavía tienen trabajo, que serán reemplazados por trabajadores precarizados con menos derechos y menores salarios. Los “trabajadores nuevos”, mayoritariamente los jóvenes, serán las víctimas preferidas porque casi no tendrán otra opción de empleo que un trabajo precarizado...
