La idea de que en Catalunya está en juego la alternativa entre democracia y autoritarismo parece que empieza a cuajar. Pero solo empieza. La actitud del PSOE de Pedro Sánchez apoyando los planes represivos de Rajoy es un gran obstáculo. Y Podemos ha tenido hasta el momento una actitud demasiado timorata, pareciendo ignorar que una derrota de la democracia en Catalunya es una derrota para los sectores populares del Estado español; y se ha echado en falta una reacción más activa y más allá del parlamento de fuerzas como Podemos e IU...