Para llegar hasta allí ha debido transitar un largo camino dentro de la estructura partidario-estatal, coincidiendo con otros candidatos que quedaron en el camino. A finales de los años ochenta se desempeñó como segundo secretario nacional de la Juventud Comunista, a las órdenes de Roberto Robaina. En los comienzos de los años dos mil, durante su primera secretaría del partido en la provincia de Holguín (donde nacieron Fidel y Raúl Castro), estrechó relaciones con el entonces vicepresidente, Carlos Lage.