Los héroes de Bertolucci son tan conscientes de sus raíces familiares y su pertenencia de clase que es esa misma marca el origen último de todo su desasosiego. Bernardo Bertolucci se había iniciado como asistente de Pasolini, hasta que en 1970, con El conformista –adaptación de la novela de Alberto Moravia–, dio un salto notable en su país. Todavía no había llegado el reconocimiento global a su cine, que comenzaría con Último tango en París en 1972.
