Foto: DAMIÁN SÁNCHEZ/CUARTOSCURO.COM
Fábrica de Periodismo, 3-10-2024
Correspondencia de Prensa, 6-10-2024
La noche del 1 de octubre, militares abrieron fuego contra migrantes en Chiapas. Mataron a 6, incluyendo una menor de edad; hirieron a otros 10.
Seis migrantes de distintas nacionalidades –entre ellos una niña de once años– fueron asesinados por militares la noche del martes pasado en Chiapas. Ocurrió en la carretera de la comunidad Villa Comaltitlán, cerca de la frontera con Guatemala.
La comitiva estaba compuesta por un total de 33 personas; de estas, 4 personas murieron en la refriega y 2 más en el hospital donde recibían atención médica. 10 personas más resultaron heridas.
Los hechos fueron dados a conocer por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) a través de un comunicado emitido el miércoles, 2 de octubre, el mismo día en que la nueva presidenta Claudia Sheinbaum ofreció una disculpa pública por la masacre de Tlatelolco. En la disculpa, publicada en el Diario Oficial de la Federación, se responsabiliza únicamente al expresidente Gustavo Díaz Ordaz, exculpando al Ejército y otros funcionarios involucrados.
“Personal militar (…) identificó a 33 migrantes de nacionalidad egipcia, nepalí, cubana, hindú, pakistaní y árabe, de los cuales cuatro habrían fallecido, 12 lesionados y 16 ilesos”, informó la Sedena sin especificar la nacionalidad. Sólo dos personas han sido identificadas: Eriny Saad S, la niña de once años, y Elvia Saad S, de 18.
Esta mañana, la presidenta Claudia Sheinbaum especificó la nacionalidad de las personas fallecidas: de Egipto, Salvador y Perú. “Es un hecho lamentable y tiene que ser investigado y sancionado”, dijo la presidenta ante la pregunta de un reportero. “No puede repetirse una situación así, se están tomando las medidas. Le di instrucciones al general secretario para que así suceda. La Secretaría de Relaciones Exteriores están en contacto con las embajadas para poder dar apoyo a los familiares de las personas que fallecieron”.
Los disparos ocurrieron aproximadamente a las ocho de la noche con 30 minutos, en una carretera de terracería entre Villa Comaltatitlán y Huizca, en el Soconusco de Chiapas. Los militares habrían visto a la camioneta –una Ford tipo Redila, de color verde y con placas de circulación del Estado de México– tomar el camino de terracería, una ruta conocida como Los Cocos, para evadir el control migratorio ubicado sobre la carretera Panamericana.
De acuerdo a la versión de la Sedena, este primer vehículo era seguido por otras dos camionetas de caja abierta “como las que usan grupos delincuenciales de la región”. Fue entonces cuando un vehículo de la Sedena pretendió darle alcance y, según la versión del ejército, “personal militar manifestó escuchar detonaciones” al paso del camión “alta velocidad”, por lo que decidieron abrir fuego.
Los uniformados encontraron al grupo de 33 migrantes envueltos en sangre y lágrimas, pidiendo auxilio; 4 estaban ya muertos. De los conductores del camión no se supo más y se sospecha que huyeron aprovechando la oscuridad. Los heridos fueron llevados por ambulancias de Protección Civil al Hospital General de Huixca y al Hospital General de Tapachula.
La dependencia agregó que los dos militares que dispararon ya “separados sus funciones” y que la Fiscalía General de la República (FGR) será la responsable de fincar o deslindar responsabilidades, mientras que la Fiscalía General de Justicia Militar podría hacer lo propio en materia de disciplina castrense.
En el lugar se encontraron más de 10 casquillos de bala con la inscripción “1.62 FMB 12″ en la base.
El día miércoles, las oficinas en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) y para los Refugiados (Acnur), además de la Organización Internacional de las Migraciones expresaron preocupación por estos hechos y recordaron que las personas en movilidad “están expuestas a grandes riesgos durante el trayecto”.
Por su parte, el Colectivo de Monitoreo Frontera Sur, a través de un comunicado, expresó su preocupación por la primera masacre del sexenio, perpetrada por militares contra migrantes en Chiapas: “Estos hechos no son ni accidentales ni aislados, son consecuencia de las políticas migratorias restrictivas que el Estado mexicano sigue implementando. Especialmente son consecuencia directa de ordenar el despliegue militar para la contención de los flujos migratorios bajo una lógica de persecución y no de protección hacia las personas en movilidad, violentando y deshumanizando a las personas, poniendo en riesgo su integridad física, emocional y su vida”.
Un año antes exactamente, el 1 de octubre de 2023, se registró un accidente en Pijijiapan, también en Chiapas, un grupo de 10 migrantes que eran transportadas en un camión murieron. En 2021, en Tuxtla Gutiérrez, murieron 55 personas que viajaban en un camión de carga que sufrió un accidente. El 31 de octubre de 2021, falleció una persona cubana y otras dos personas resultaron heridas debido a los disparos de elementos de la Guardia Nacional contra un vehículo donde viajaban 13 personas migrantes.