Reino Unido – Huelgas no sólo por el salario sino para reconstruir el Sistema Nacional de Salud. [Yuri Prasad]

A l’encontre, 8-3-2023

Traducción de Correspondencia de Prensa, 9-3-2023

La crisis del NHS (Servicio Nacional de Salud) le está costando la vida a los pacientes y destruye moralmente a miles de cuidadores. Detrás de la mayoría de las terribles historias se esconde un hecho crucial: la enorme falta de personal en la mayoría de las salas y servicios.

Los servicios de salud no consiguen cubrir los puestos vacantes porque el trabajo se ha vuelto tan duro que hasta los médicos con una larga experiencia renuncian en masa. Mientras tanto, los salarios bajan hasta tal punto que otros empleos resultan mucho más atractivos.

Por eso son tan importantes las huelgas sobre los salarios del NHS, incluidas las de los médicos en formación previstas para esta semana [13 y 15 de marzo]. Por eso mismo, resulta inaceptable que los dirigentes de la mayoría de los sindicatos hayan decidido suspender las huelgas para «dialogar» con el gobierno conservador.

Esta semana fueron publicados dos artículos que revelan la gravedad de la situación. Según una nueva encuesta, más de la mitad de los conductores de ambulancias han visto morir a un paciente debido a los retrasos en su atención o a la saturación de los servicios de urgencias. [El 6 de marzo, los conductores de ambulancias organizados en el sindicato GMB se declararon en huelga. Tienen prevista otra huelga el 20 de marzo si sus reivindicaciones no son reconocidas: redacción A l´encontre)

A la pregunta de si habían presenciado alguna vez una muerte debida a un retraso en la atención, el 53% de los conductores de ambulancias respondió afirmativamente. Además, el 30% había oído hablar de una muerte en la ambulancia de un colega.

Un paramédico londinense nos dijo que, aunque las colas en urgencias son ahora más cortas que en enero, los efectos sobre el personal son «a largo plazo». «El estrés del trabajo es cada vez mayor y no se avizora el final. Por eso es tan desmoralizador».

Una crisis similar de vida o muerte afecta la atención en las maternidades. Esta semana se supo que la escasez de personal en el último año obligó a cuatro de cada diez centros de maternidad a rechazar a mujeres embarazadas.

De las 142 unidades del NHS, unas 38 informaron de que habían tenido que cerrar la maternidad al menos una vez durante el año pasado. En 2022, en sólo dos meses, el número de parteras empleadas por el NHS en Inglaterra había disminuido en casi 300 personas.

Hannah, que lleva 13 años ejerciendo como partera, afirma que las salas de maternidad se han convertido en «lugares de trabajo verdaderamente aterradores» y que es «como entrar en una zona de guerra». «Intentas escapar constantemente de lo que puede ocurrir y de las aterradoras consecuencias que esa situación conlleva, porque temes que en cualquier momento ocurra algo que te haga perder tu trabajo o, lo que es peor, que una madre, o su bebé, pierdan la vida. En mi peor turno, en una sala de partos, éramos cuatro cuando deberíamos haber sido al menos diez».

Durante 13 años, los gobiernos conservadores hicieron caso omiso de las alarmas que anunciaban la crisis. En lugar de ello, siguieron con su programa de recortes de gastos y con las privatizaciones. La crisis actual es el fruto amargo de esa política.

Pero el partido laborista de Keir Starmer no parece estar dispuesto a romper con la derecha. Wes Streeting, el secretario del Gabinete en la sombra para la salud, anuncia ya que la privatización de los servicios del NHS debe continuar. Y cuando se le pregunta si los laboristas aumentarían los salarios del personal de la salud, Wes Streeting se limita a decir que un gobierno de Starmer negociaría con ellos.

Con unos políticos que están unidos en una política que no es otra cosa que desangrar a los pacientes, la manifestación «SOS NHS» del sábado 11 de marzo 1 es más vital que nunca. (Publicado en Socialist Worker, 7-3-2023)

Nota de A l’encontre

  1. Una coordinadora de trabajadores del NHS y de fuerzas que apoyan su movimiento convoca una manifestación nacional el 11 de marzo en Londres para apoyar la exigencia de «reconstruir y financiar adecuadamente el NHS»