Kazajistán – ¿Revolución de color o revuelta obrera? [Dossier]

A l’encontre, 6-1-2022

Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur

Correspondencia de Prensa, 9-1-2022

En estos momentos, todos los medios y canales de televisión postsoviéticos tienen la mirada puesta en las manifestaciones que se han extendido por toda Kazajistán. Para algunos, despiertan esperanzas, para otros, horror y rechazo. Hay contradicciones y diferentes interpretaciones de los sucesos: legítimas protestas populares, luchas entre clanes, conspiración de fuerzas prooccidentales y proturcas, e incluso una reacción islamista. Pero ¿qué ocurre realmente? Un corresponsal de Sanovo Media ha entrevistado a Aynur Kurmánov, uno de los dirigentes del Movimiento Socialista de Kazajistán.

Una república modélica

Kazajisán es uno de los países postsoviéticos más grandes, situándose tan solo por detrás de la Federación Rusa en el sistema de relaciones políticas y económicas construido tras el colapso de la Unión Soviética, no solo por el hecho de que Nursultán Nasarbáyev fuera uno de los arquitectos de la CEI (Comunidad de Estados Independientes). Mucha gente consideraba que el modelo kazajo de suave transformación de la antigua burocracia del partido oficial y del Estado soviético en oligarquía capitalista con cara asiática era ejemplar.

En efecto, este modelo tenía rasgos que a primera vista resultaban atractivos no solo para las elites gobernantes de otras repúblicas, sino también para la ciudadanía media: alto nivel económico, presencia de atributos democráticos formales, escasas restricciones a la cultura occidental. Las vastas reservas de recursos naturales, inclusive de petróleo, y el potencial industrial heredado del periodo socialista fueron una buena plataforma de lanzamiento del joven Estado. Al mismo tiempo, la propaganda oficial de los canales de la Federación Rusa y de la CEI solía presentar a  Kazajistán como ejemplo de preservación de las tradiciones de unión, honrando la memoria de la Gran Guerra Patriótica, la ausencia de nacionalismo, etcétera.

Las manifestaciones masivas irrumpieron inmediatamente después de las vacaciones de Año Nuevo, el 2 de enero. El motivo de la protesta fue el aumento del precio del gas licuado para la automoción, que se duplicó de 60 a 120 tenges por litro. Las primeras manifestaciones no reprimidas se produjeron en el oeste del país, en la región de Mangistau, donde tienen su base grandes empresas petroleras. Allí se encuentra la famosa ciudad de Janaozen, donde hace diez año fue sofocada brutalmente una huelga obrera: 15 huelguistas murieron y centenares resultaron heridos en este lugar.

Al día siguiente, el 3 de enero, los y las manifestantes de la provincia de Mangistau añadieron nuevas reivindicaciones sociales y políticas a su plataforma inicial: reducción del precio de los alimentos, adopción de medidas contra el desempleo, solución de la escasez de agua potable, dimisión del gobierno y de las autoridades locales. Ese día también empezaron a concentrarse manifestantes en plazas y calles de Almaty, en la capital Nursultán y otras ciudades. En una serie de lugares se bloquearon las carreteras y las manifestaciones no se disolvieron ni siquiera durante la noche.

El martes 4 de enero comenzaron los choques con la policía. En Almaty, las fuerzas de seguridad emplearon granadas paralizantes para dispersar a la gente. A su vez, esta volcó vehículos policiales. Al anochecer del mismo día dejaron de funcionar la conexión móvil con internet, las aplicaciones de mensajería y las redes sociales.

Las autoridades kazajas trataron de justificar el aumento del precio del gas por el hecho de que ahora se fija en subasta electrónica. Como dicen, el mercado ha decidido. La administración de la región de Mangistau ha insistido en que todo se ha desarrollado dentro del marco de la moderna economía de mercado y que no se recuperará el precio anterior.

Sin embargo, el 4 de enero, bajo la presión de las manifestaciones, el gobierno se vio forzado a rebajar el precio del gas en la región de Mangistau a 50 tenges el litro. El presidente de Kazajistán,  Kasim-Jomart Tokáyev, declaró que las demás demandas de la población se debatirían separadamente. Finalmente, el 5 de enero dimitió el gobierno y fue detenido el director de la planta de procesado del gas en Janaozen.

Región de pobreza extrema

El copresidente del Movimiento Socialista de Kazajistán, Aynur Kurmánov, describe así la situación:

La clase trabajadora de Janaozen fue la primera en rebelarse. El aumento del precio del gas no fue más que la chispa que hizo saltar las protestas populares. Después de todo, durante años ha ido creciendo el cúmulo de problemas sociales. El pasado otoño, Kazajistán sufrió una ola inflacionista. Hay que tener en cuenta que la región de Mangistau importa los productos que consume, y estos han sido siempre 2 o 3 veces más caros allí. Con la ola de incremento de los precios a finales de 2021, el coste de los alimentos aumentó todavía más, y lo hizo sustancialmente.

También hay que tener en cuenta que la parte occidental del país es una zona de desempleo consolidado. A raíz de las reformas neoliberales y las privatizaciones, la mayoría de empresas de allí cerraron. El único sector que sigue funcionando es el de los productores de petróleo, que en su mayor parte pertenecen al capital extranjero. Hasta el 70 % del petróleo kazajo se exporta a los mercados occidentales, y la mayor parte de los beneficios también se los embolsan los propietarios foráneos.

Prácticamente no se invierte nada en el desarrollo de la región: es una zona de miseria y pobreza extrema. El año pasado, el sector petrolero fue objeto de medidas de optimización a gran escala. Se redujo el empleo, las plantillas vieron menguar sus salarios, las bonificaciones, y numerosas empresas se convirtieron en meras prestadoras de servicios. Cuando en la región de Atyrau la empresa Tengiz Oil despidió de súbito a 40.000 trabajadores, aquello fue un verdadero golpe para toda la parte occidental de Kazajistán. El Estado no movió ni un dedo para evitar esos despidos masivos. Y hay que entender que una persona que trabaja en el sector petrolero alimenta de 5 a 10 familiares. El despido de una de ellas condena a toda la familia a morir de hambre. Allí no hay oferta de puestos de trabajo salvo la del sector petroleo y la industria auxiliar.

Kazajistán ha adoptado un modelo de capitalismo extractivo. La población ha acumulado un montón de problemas sociales y hay una enorme estratificación social. La clase media está arruinada. La distribución desigual del producto nacional tiene un importante componente de corrupción. Las reformas neoliberales han eliminado la red de seguridad social. Y los propietarios de las empresas multinacionales han calculado que se precisan 5 millones de personas para alimentar el oleoducto; los más de 18 millones de personas que pueblan Kazajistán sobran.

Por eso esta revuelta es en muchos aspectos anticolonial. Las causas de las protestas actuales radican en el funcionamiento del capitalismo: el precio del gas licuado aumentó realmente por culpa del comercio electrónico. Las empresas monopolistas conspiraron para beneficiarse con la exportación del gas y la consiguiente escasez del mismo y el aumento del precio en el mercado interior. Así que han sido ellas las que han provocado los disturbios. No obstante, conviene señalar que la explosión social actual se dirige contra el conjunto de la política de reformas capitalistas llevadas a cabo durante los últimos 30 años y sus resultados nefastos.

Tradición de luchas obreras

La protesta adoptó inicialmente la forma de una clásica huelga proletaria. En la noche del 3 al 4 de enero comenzó una huelga salvaje en las empresas de Tengiz Oil. La huelga se extendió rápidamente a regiones vecinas. Hoy, el movimiento huelguístico tiene dos focos principales: Janaozen y Aktau. Los teóricos de la conspiración escriben ahora que los disturbios en Kazajistán fueron minuciosamente preparados en Occidente, como demuestra la buena organización y coordinación de las protestas. En palabras de Kurmánov:

Esto no es un Maidán, aunque muchos analistas políticos tratan de presentarlo como si lo fuera. ¿De dónde viene esa asombrosa autoorganización? De la experiencia y la tradición de la clase trabajadora. La región de Mangistau viene registrando huelgas desde 2008, y el movimiento huelguístico ya comenzó en torno al año 2000. Incluso sin ninguna aportación del Partido Comunista y otros grupos de izquierda, había constantes demandas de nacionalizar las empresas petroleras.

Los trabajadores y trabajadoras veían simplemente con sus propios ojos a qué conducía la privatización y la adquisición de esas empresas por el capital extranjero. Durante aquellas manifestaciones acumularon una enorme experiencia en la lucha y la solidaridad. La vida misma en la jungla capitalista hizo que la gente se uniera. Fue en ese contexto en el que se forjó la unidad de la clase obrera con el resto de la población. Las protestas obreras en Janoazen y Aktau marcaron entonces la pauta para otras regiones del país. Las yurtas y tiendas de campaña que empezaron a plantar los y las manifestantes en las principales plazas de las ciudades no siempre estaban inspiradas en la experiencia del Euromaidán: ya aparecieron en la región de Mangastau durante las huelgas locales del año pasado. La población llevaba agua y comida para la gente acampada.

En Kazajistan no existe actualmente una oposición legal, todo el espectro político ha sido purgado. El Partido Comunista de Kazajistán fue el último en ser liquidado en 2015. Solo quedan siete partidos progubernamentales. Sin embargo, hay numerosas ONG que operan en el país, que cooperan activamente con las autoridades en la promoción de una agenda prooccidental. Sus temas favoritos: la hambruna de la década de 1930, la rehabilitación de los miembros del movimiento de los Basmachi y los colaboracionistas de la segunda guerra mundial, etcétera. Las ONG también impulsan el desarrollo de un movimiento nacionalista, que en Kazajistán es completamente progubernamental. Sectores nacionalistas celebran mitines en que atacan a China y Rusia con el beneplácito de las autoridades.

Según nuestro interlocutor, los siniestros islamistas que supuestamente mueven los hilos de los acontecimientos recientes también son extremadamente débiles y apenas están organizados en  Kazajistán. Nos ha asegurado que, de hecho, el Kazajistán moderno preconiza la construcción de un Estado monoétnico, y el nacionalismo es su ideología oficial. Todas las informaciones sobre un Kazajistán supuestamente prosoviético por canales de televisión como Mir TV son un mito:

En 2017 se erigió un monumento en Kyzyl-Orda a Mustafá Chokai, el inspirador de la legión del Turquestán de la Wehrmacht. Actualmente, el Estado se dedica a revisar radicalmente la historia. Este proceso se intensificó especialmente tras la visita de Nursultán Nazarbáyev a EE UU hace unos años. El movimiento pantúrquico también se muestra últimamente más activo. Más recientemente, y por iniciativa de Nazarbáyev, el 12 de noviembre de 2021 se creó en Estambul la Unión de Estados Túrquicos. La elite de Kazajistán tiene depositadas sus principales fortunas en Occidente. De ahí que los países imperialistas no estén para nada interesados en la caída del régimen actual, que está completamente de su lado.

Pero tal vez no todo está tan claro en cuanto a las prioridades geopolíticas de Kazajistán. Parece que su dirección tiende a practicar una política multivectorial, maniobrando entre Rusia, Occidente, China y Turquía. Hay una condición que complace a todos los socios extranjeros: la legislación local leal que permite a las empresas foráneas repatriar sus beneficios. No obstante, es posible que ninguna de las potencias se opondrá a un cambio de régimen por otro todavía más obediente. Y por supuesto, la oposición liberal tratará de asegurarse, y ya lo está haciendo, el control sobre la movilización de masas.

La renuncia de Nazarbáyev a la presidencia para pasar a presidir el Consejo de Seguridad Nacional pretendía favorecer una apariencia de democracia, inclusive a ojos de Occidente. En realidad, conserva el pleno control sobre todas las ramas del poder y de este modo incrementó su poder eludiendo al mismo tiempo toda responsabilidad. El presidente Tokáyev es una figura decorativa, un peón de la familia gobernante. Sin duda, los disturbios en curso pueden llevar a algunas facciones a intentar un golpe palaciego o una acción similar. No se puede reducir todo a teorías de la conspiración.

Tampoco conviene idealizar la movilización actual. Está claro que es un movimiento social de base, encabezado por la clase trabajadora y apoyado por las gentes en paro y otros grupos sociales. Pero en su seno operan fuerzas muy distintas, especialmente por el hecho de que la clase trabajadora no tiene su propio partido ni sindicatos de clase, ni tampoco un programa claro que refleje sus intereses. Los grupos de izquierda existentes son más bien círculos y no tienen capacidad para influir realmente en el devenir de los acontecimientos.

La oligarquía y fuerzas exteriores tratarán de apoderarse de este movimiento o al menos utilizarlo para sus propios fines. Si este vence, comenzará una redistribución de la propiedad y un enfrentamiento abierto entre varios grupos de la burguesía, una guerra de todos contra todos. Pero en todo caso la clase trabajadora podrá conquistar algunas libertades y obtener nuevas oportunidades, incluida la creación de sus propios partidos y sindicatos independientes, que facilitarán la lucha por sus derechos en el futuro.

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Una rebelión popular antidictatorial en un paraíso de recursos naturales. Frente a los terroristas extranjeros, Moscú envía «fuerzas de mantenimiento de la paz.

Shaun Walker

Decenas de manifestantes y al menos 12 agentes de policía murieron en la ola de violencia que está sacudiendo a Kazajistán, según las autoridades, mientras que las «fuerzas de mantenimiento de la paz» de una alianza militar liderada por Rusia llegaron al país a petición del presidente en dificultades, Kassym-Jomart Tokayev.

Testigos en Almaty, la ciudad más grande de Kazajistán, describieron escenas de caos el jueves 6 de enero, con edificios gubernamentales asaltados o quemados y saqueos generalizados. Muchos manifestantes dijeron que las protestas comenzaron pacíficamente a principios de esta semana y se volvieron violentas después de una dura respuesta del gobierno.

El Ministerio del Interior ha declarado que 2.298 personas habían sido arrestadas durante los disturbios, mientras que el portavoz de la policía Saltanat Azirbek dijo al canal de noticias público Khabar-24 que «decenas de atacantes fueron liquidados». También se informa que unas 400 personas están hospitalizadas. Las autoridades municipales de Almaty informaron que 748 agentes de la policía y de la guardia nacional resultaron heridos y 18 murieron, uno de los cuales al parecer fue encontrado decapitado.

Actualmente no ha sido posible verificar estas cifras, pero las imágenes de vídeo muestran violentos enfrentamientos entre manifestantes y autoridades en varias ciudades.

El periodista local Ardak Bukeeva, que pasó el jueves hablando con manifestantes en el centro de Almaty, dijo que los manifestantes que irrumpieron en la residencia presidencial de la ciudad le dijeron que docenas de personas murieron durante el asalto.

Muchos manifestantes dijeron que fueron incitados a manifestarse a principios de esta semana debido a la ira contenida desde hacía mucho por la situación política y económica del país, dijo Ardak Bukeeva. Sin embargo, el miércoles 5 de enero, la situación derivó en violencia, algunos afirmaron que habían llegado provocadores para causar deliberadamente disturbios, y otros señalando que la policía estaba casi completamente ausente del centro de la ciudad.

Irina Mednikova, activista de la sociedad civil en Almaty, dijo que vio grandes charcos de sangre alrededor de la residencia presidencial de la ciudad el jueves por la mañana, y una ausencia de fuerzas de seguridad o fuerzas policiales.

«La residencia estaba completamente quemada. Las puertas habían sido abiertas usando como arietes coches o tractores, todas las ventanas estaban rotas, y en el interior había humo y un terrible olor a quemado «, dijo.

La recepción de Internet y teléfonos móviles se interrumpió en la mayor parte del país durante gran parte del jueves, y solo la televisión estatal fue accesible para la mayoría de las y los kazajos para obtener información sobre las manifestaciones. Rumores locos se han extendido de boca en boca. Era difícil verificar las afirmaciones.

Más tarde, ese mismo día, las agencias de noticias informaron de nuevos disparos en Almaty y vehículos militares que se movían por la ciudad. La televisión estatal dijo que estaba en marcha una «operación antiterrorista».

«Los terroristas utilizan a los civiles, incluidas las mujeres, como escudos humanos. Las fuerzas policiales están haciendo todo lo posible para garantizar la seguridad de los habitantes de la ciudad «, dijo el canal estatal Khabar 24 a su audiencia.

Los acontecimientos se han acelerado rápidamente desde que comenzaron las manifestaciones del fin de semana pasado debido al aumento de los precios del combustible en el oeste del país. Se extendieron rápidamente y, el martes, miles de personas salieron a las calles de Almaty.

Valeria Ibraeva, una historiadora del arte que observó la manifestación desde su ventana con vistas a una de las arterias principales de Almaty, dijo que el martes, la multitud era «amistosa y sonriente, sin agresividad y con gran esperanza». Añadiendo sin embargo que el miércoles hubo intentos de volcar un autobús en la calle y saqueos generalizados de tiendas.

El miércoles por la mañana, Kassym-Jomart Tokayev declaró el estado de emergencia y aceptó la dimisión del gobierno. También declaró que reemplazaba a Nursultan Nazarbayev, que dirigió el país desde su independencia en 1991 hasta 2019, al frente del Consejo de Seguridad [de marzo de 1984 a julio de 1989, Nazarbayev fue presidente del Consejo de Ministros de la República Soviética de Kazajistán; de junio de 1989 a diciembre de 1991, fue primer secretario del Partido Comunista de Kazajistán; del 22 de febrero al 24 de abril de 1990, fue presidente del Sóviet Supremo de la República Socialista de Kazajistán; continuará su carrera con otros uniformes].

Sin embargo, estas medidas no han logrado calmar los disturbios. Al final del miércoles, Tokayev solicitó la intervención de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una alianza [fundada en octubre de 2002 bajo el impulso de Putin] compuesta por Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán. La solicitud fue aprobada rápidamente y los paracaidistas rusos llegaron a Kazajistán el jueves 6 de enero. La decisión de intervenir se produjo pocas horas después de que el portavoz de Vladimir Putin dijera que no debería haber injerencia extranjera en Kazajistán. [1]

El Ministerio de Defensa ruso ha publicado imágenes de tropas rusas abordando aviones militares en ruta a Kazajistán. El diputado ruso Leonid Kalashnikov [diputado del Partido Comunista en la Duma Estatal de la Federación Rusa] dijo a Interfax que las tropas permanecerían «el tiempo que el Presidente de Kazajistán considere necesario». Añadió que estarían principalmente encargadas de proteger la «infraestructura» del país.

Si bien está claro que las manifestaciones fueron acompañadas de violencia y saqueos, no hay evidencia de que estén involucrados «terroristas» entrenados en el extranjero, como dijo Tokayev.

Kazajistán901 II
Putin y Tokayev en julio de 2021.

También es sorprendente que Tokayev sintiera que no podía confiar únicamente en las principales fuerzas de seguridad de Kazajistán para reprimir la revuelta [2], lo que sugiere que puede que no haya podido contar con la lealtad de sus fuerzas [algunos informes han demostrado que agentes de policía se sumaban a las manifestaciones].

Radio Azattyq, el servicio kazajo de Radio Liberty, informó de disturbios en varias ciudades del país. En Aktioubé, los manifestantes se reunieron para defender el aeropuerto y la estación, insistiendo en que no querían violencia y pidiendo negociaciones con las autoridades. En otras ciudades, se quemaron automóviles, se cerraron instituciones públicas y  el pánico se apoderó de personas que ya no podían retirar dinero de los bancos y cuyas tarjetas ya no funcionaban después del cierre del sistema bancario.

En la ciudad de Taldykorgan, las y los manifestantes derribaron un monumento en memoria de Nazarbayev el miércoles. El expresidente, que lleva el título oficial de jefe de la nación [y cuyo lugar en el Consejo de Seguridad le permitía «controlar» a Tokayev], no ha aparecido en público desde el comienzo de las manifestaciones. El jueves circularon rumores de que había huído del país con su familia. (Artículo publicado en el sitio web de The Guardian el 6 de enero de 2022)

Notas

[1] A  las potencias occidentales que «cultivan» energía nuclear, no se les escapa que Kazajistán es uno de los principales proveedores mundiales de uranio, por un monto de alrededor del 40%. La «inestabilidad» que afectó a Kazajistán tuvo un efecto directo en el precio del uranio: un efecto al alza.

Además, desde finales de 2020, gracias a un precio muy bajo de la electricidad y producida por carbón, Kazajistán se ha convertido en el segundo país del mundo en minería de bitcoins, detrás de los Estados Unidos. De hecho, las potentes computadoras necesarias para los bitcoins devoran la electricidad. Por lo tanto, el régimen tiene sus prioridades: reducir la distribución de electricidad durante períodos muy fríos para priorizar la minería de bitcoins y aumentar los precios de los kWh.

Las «potencias democráticas occidentales» no denunciarán excesivamente el papel «estabilizador» de las fuerzas armadas de Moscú en este Edén de los recursos naturales. (Redacción A l’encontre)

[2] Según Le Monde del 6 de enero, el presidente Tokayev presenta esta rebelión contra la mafia que ha gobernado el país desde 1991 de la siguiente manera: «Grupos de elementos criminales golpean a nuestros soldados, los humillan, los arrastran desnudos a las calles, asaltan a mujeres, saquean tiendas. Como Jefe de Estado y desde hoy como Presidente del Consejo de Seguridad, tengo la intención de actuar con la mayor firmeza posible». (Redacción .A l’encontre)

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Declaración del Movimiento Socialista de Kazajstán sobre la situación en el país *

6 de enero de 2022

Sin Permiso, 8-1-2022

Traducción de Enrique García

En Kazajstán, se ha producido un verdadero levantamiento popular y desde el principio las protestas han sido de carácter social y de clase, ya que la duplicación del precio del gas licuado en la bolsa fue solo la gota que colmó el vaso de una paciencia desbordada. Después de todo, las manifestaciones comenzaron precisamente en Zhanaozen por iniciativa de los trabajadores del petróleo, que se convirtió en una especie de sede política de todo el movimiento de protesta.

Y la dinámica de este movimiento es indicativa, ya que comenzó como una protesta social, luego se fue expandiendo, y los colectivos laborales utilizaron las manifestaciones para plantear sus propias reivindicaciones de aumento del 100% de los salarios, cancelación de las medidas de optimización, mejora de la calidad de trabajo, condiciones y libertad de actividad sindical. Como resultado, el 3 de enero, toda la región de Mangistau se vio envuelta en una huelga general, que se extendió a la vecina región de Atyrau.

Es de destacar que ya el 4 de enero, los trabajadores petroleros de Tengizchevroil se declararon en huelga, donde la participación de empresas estadounidenses alcanza el 75 por ciento. Fue allí donde en diciembre del año pasado se despidió a 40.000 trabajadores y se planeó una nueva tanda de despidos.  Posteriormente fueron apoyados durante el día por los petroleros de las regiones de Aktobe y West Kazakhstan y Kyzylorda.

Además, en la noche del mismo día, comenzaron huelgas de mineros de la empresa ArmelorMittal Temirtau en la región de Karaganda y de fundidores de cobre y mineros de la corporación Kazakhmys, lo que ya puede considerarse como una huelga general en toda la industria minera del país. Y aquí también plantean reivindicaciones de aumento de salarios, reducción de la edad de jubilación, derecho a sindicatos propios  independientes y huelgas.

Al mismo tiempo, las manifestaciones del martes comenzaron en Atyrau, Uralsk, Aktyubinsk, Kyzyl-Orda, Taraz, Taldykorgan, Turkestan, Shymkent, Ekibastuz, en las ciudades de la región de Almaty y en la propia Almaty, con la ocupación de calles y plazas. En la noche del 4 al 5 de enero se produjo un enfrentamiento abierto de los manifestantes con la policía, como resultado del cual el complejo Akimat del gobierno fue tomado temporalmente. Esto dio pie a que Kassym-Zhomart Tokayev declarase el estado de emergencia.

Cabe señalar que a estas protestas en Almaty asistieron principalmente jóvenes desempleados y migrantes internos que viven en los suburbios de la metrópoli y trabajan en trabajos temporales o mal pagados. Y los intentos de calmarlos con promesas de reducir el precio del gas a 50 tenge, pero solo para la región de Mangistau y Almaty, no han satisfecho a nadie.

Kazajistán901 III
Manifestación en Almaty el 5-1-2022

La decisión de Kassym-Zhomart Tokayev de destituir al gobierno, y luego destituir a Nursultan Nazarbayev del cargo de presidente del Consejo de Seguridad, tampoco detuvo las protestas, ya que el 5 de enero comenzaron manifestaciones masivas de protesta en diversos centros regionales del Norte y Este de Kazajstán, donde no existían anteriormente: en Petropavlovsk, Pavlodar, Ust-Kamenogorsk, Semipalatinsk. Al mismo tiempo, se hicieron intentos de asaltar los edificios de akimats de los gobiernos regionales en Aktobe, Taldykorgan, Shymkent y Almaty.

En Zhanaozen mismo, en su manifestación indefinida, los trabajadores formularon nuevas reivindicaciones: la renuncia del presidente en ejercicio y todos los funcionarios de Nazarbayev, la restauración de la Constitución de 1993 y las libertades asociadas para crear partidos, sindicatos, liberar a los presos políticos y poner fin a la represión. Inmediatamente se creó un Consejo de aksakals, que se convirtió en una autoridad informal.

Así, las reivindicaciones y consignas que ahora se utilizan en diferentes ciudades y regiones fueron difundidas a todo el movimiento, y la lucha recibió un contenido político. También se están haciendo intentos en el terreno para crear comités y consejos para coordinar la lucha.

Al mismo tiempo, se desplegaron tropas en Almaty, Aktau y Zhanaozen, y aunque todo transcurría en paz en la región de Mangistau y los soldados se negaban a dispersar a los manifestantes, comenzaron los tiroteos en la capital del sur, y en la noche del 5 de enero. -6, intervinieron las fuerzas especiales, que comenzaron la limpieza del aeropuerto y los barrios capturados por los rebeldes. Según diversas fuentes, ya son decenas los manifestantes muertos.

En esta situación, existe el peligro de una represión violenta de todas las protestas y huelgas. Por eso es necesario paralizar completamente el país con una huelga general. Por lo tanto, es urgente formar comités de acción unificados sobre una base territorial y de producción para preparar una resistencia organizada al terror militar y policial.

En este sentido, también es necesario el apoyo de todo el movimiento obrero y comunista internacional, de las organizaciones de izquierda para poder organizar una campaña a gran escala en el mundo.

El Movimiento Socialista de Kazajstán exige:

¡El cese inmediato de las hostilidades contra su pueblo y la retirada de las tropas de las ciudades!

¡Renuncia inmediata de todos los funcionarios de Nazarbayev, incluido el presidente Tokayev!

¡Libertad de todos los presos y detenidos políticos!

¡Garantizar el derecho a crear sus propios sindicatos, partidos políticos, a realizar huelgas y reuniones! ¡Legalización de las actividades del proscrito Partido Comunista de Kazajstán y del Movimiento Socialista de Kazajstán!

Hacemos un llamado a todos los trabajadores y trabajadoras del país para que implementen en la práctica las reivindicaciones de los trabajadores petroleros de Zhanaozen: nacionalizar, bajo el control de los colectivos laborales, toda la industria extractiva y de gran escala del país!

* Movimiento Socialista de Kazajstán,  Organización marxista creada en 2006, que participó en la campaña contra los deshaucios en Almaty y posteriormente en solidaridad con las huelgas obreras de Zhanaozen en 2011. Un año después, el 5 de junio de 2012, su principal dirigente, Takhir Narimanovich Mukhamedzyanov, apareció asesinado en su apartamento . La represión de la policia kazaja ha obligado a sus principales dirigentes a exiliarse del país, pero sigue manteniendo una red de activistas en el interior.