Los habitantes y los defensores de los derechos de las personas minusválidas ya se preparaban para una oleada de dificultades y desalojos, en una región económicamente vulnerable, cuando el huracán Ida se abatió sobre el sudeste de Luisiana la semana pasada (30 y 31 de agosto), destruyendo casas y negocios y provocando el desplazamiento de decenas de miles de personas durante una nueva ola de Covid.
