Emplean a más de 4 mil personas con la holgura que les brinda una reglamentación débil y varios vacíos legales. Hostigados para maximizar el “tiempo productivo” –que incluye restricciones hasta para ir al baño–, los trabajadores de los call centers viven un clima estresante. Mientras, los sindicatos del rubro, con un bajo porcentaje de afiliación, no logran que esa herramienta sea el camino para combatir las arbitrariedades...