Brasil – Cinco lecciones del Congreso del PSOL. [Valerio Arcary]

Esquerda Online, 28-9-2021

Traducción de Correspondencia de Prensa, 29-9-2021

1 – Derrotar a Bolsonaro

El PSol salió reforzado de su Congreso, un poco accidentado, pero entero. Hay una mayoría y una minoría, lo cual es normal. Los congresos deberían ser las reuniones más importantes para un partido. Como era de esperar, son muy controvertidos. En el PSol las polémicas son públicas, y la democracia interna casi caótica. Desgraciadamente, la izquierda todavía tiene que aprender a protegerse del ambiente tóxico de ofensas y calumnias que a veces encontramos en las redes sociales. Este Congreso fue el primero después del traumático asesinato de Marielle y Anderson. Hubo sangre de luchadores derramada, lo que nos obliga a ser mejores. El núcleo de un Congreso es evaluar la orientación general y elegir la dirección, es decir, el equilibrio y las perspectivas. El último Congreso del PSol fue a finales de 2017. En ese intervalo, se consolidó la situación reaccionaria en Brasil abierta por el impeachment de 2016, se votó la reforma laboral y la ley del Techo de Gastos, Marielle Franco fue asesinada, Lula fue a la cárcel, Bolsonaro llegó a la presidencia por votación, se aprobó una nueva contrarreforma previsional, se privatizó Eletrobrás, el Pantanal y la Amazonia ardieron como nunca antes, las tierras indígenas fueron invadidas por garimpos (buscadores ilegales de oro: ndt) de las minas clandestinas, se liberalizó y fomentó la venta de armas, un cataclismo humanitario se abatió sobre el pueblo que sacrificó seiscientas mil vidas en la pandemia, y mucho más. El gobierno de ultraderecha se ha ido erosionando constante pero lentamente y Bolsonaro fue capaz de sacar a cientos de miles de personas a la calle el pasado 7 de septiembre, lo que confirma que aún no ha sido derrotado. La decisión central del Congreso del PSol de 2021 se resume en una idea: el PSol quiere ser un instrumento útil para unir a la izquierda para derrocar a Bolsonaro, aquí y ahora, en las calles y, si no se aprueba el impeachment, en las elecciones. Nada es más importante. La apuesta de la mayoría de la izquierda anticapitalista que se organiza en el PSol es que esta ubicación dentro del Frente Único no disminuya al PSol. Por el contrario, engrandece al PSol frente a los sectores más avanzados y políticamente activos del pueblo pobre que perciben al PSol como una seria herramienta revolucionaria.

2 – El PSol es más fuerte porque hizo un giro

Pero, por supuesto, este proceso no podía ser indoloro. El PSol ha estado en la oposición a los gobiernos del PT desde su fundación. La nueva situación política tras el golpe institucional de 2016 llevó al PT a la oposición. La tarea central de la etapa, la lucha para derrotar a los neofascistas, pasó a requerir una reubicación del PSol junto al PT en un Frente Único de Izquierda. Era necesario un giro brusco. Los giros producen divisiones. En los prolegómenos del Congreso, que reunió a cinco mil militantes en sesiones plenarias virtuales, y a más de cincuenta mil afiliados en votaciones presenciales, las divisiones eran ineludibles. El PSol es hoy, sorprendentemente, más grande que antes de 2016. Después de tantas derrotas acumuladas, que sembraron el desánimo y la inseguridad hasta en la vanguardia más luchadora, la influencia de un partido de impulso revolucionario como el PSol podría haber disminuido. Las ideas radicales son menos convincentes en coyunturas defensivas. Paradójicamente, incluso teniendo en cuenta las enormes dificultades de las luchas, el PSol es hoy incontestablemente más fuerte que nunca. Ha aumentado el respeto entre los trabajadores, la audiencia en los movimientos feministas, negros y LGBT, el apoyo en los movimientos juveniles e indígenas y medioambientales, la simpatía entre los artistas e intelectuales, y Boulos es el líder de la izquierda con más autoridad después de Lula, lo que es algo inmenso. El equilibrio de poder político entre el PSol y el PT ha cambiado, aunque el partido de Lula sea mayoritario. El PSol es un partido con influencia de masas, aunque sea minoritario. ¿Cómo puede explicarse este crecimiento, si no es como la confirmación de una línea política?

3 – El Congreso no fue un «armagedón

El debate fue duro, porque hay diferencias realmente importantes en la evaluación de la situación brasileña. No se reduce a la cuestión de lanzar la propia candidatura en 2022. Al fin y al cabo, como hay un acuerdo para que el PSol vote a Lula en una posible segunda vuelta, la decisión sobre el voto en la primera vuelta debe considerarse táctica, no la dramatización de un «armagedón», la lucha final del «bien contra el mal». Las diferencias son más graves. Pero, al contrario de lo que se ha agitado a la ligera, no se trata de imaginarias negociaciones secretas con la dirección del PT para una posible participación en un gobierno de Lula, acusación que es sencillamente falsa. Se refieren a una evaluación de cómo combatir a Bolsonaro, por lo tanto, si es o no un neofascista. Tres tácticas han dividido al PSol en los últimos años: (a) la quietista en la línea de «no provocar» y esperar a las elecciones de 2022 y apoyar la formación de un Frente Amplio «hasta que duela», sacrificando la independencia de clase; (b) la de la ofensiva permanente en la línea de las acciones «ejemplares», priorizando, curiosamente, la unidad en la acción con la oposición liberal en lugar del Frente Único de Clase, y transformando una candidatura propia como estrategia; (c) la del Frente Único de Izquierda en las luchas y las elecciones. Desgraciadamente, no fue posible evitar la ruptura de Marcelo Freixo, porque decidió apostar por la línea de construir un Frente Amplio con partidos liberales de oposición. Pero también hubo excesos por parte de la principal corriente de oposición interna, que dramatizó, de manera exaltada e irascible, que el destino del PSol estaría en peligro de vida o muerte, un espantajo para justificar el mantenimiento de la precandidatura de Glauber Braga, que es un derecho, pero también una línea de fracción pública.

4 – Se consolida una nueva mayoría

Las dos principales decisiones del Congreso del PSol de este pasado fin de semana fueron: (a) el referéndum de la orientación de los últimos cinco años y la defensa de la táctica del Frente Único de Izquierda; (b) la consolidación de una nueva mayoría en la dirección con la integración de la corriente animada por el MTST, Revolución Solidaria, y el campo de la Semente (Semilla) del PSol, que articula a Resistencia, Insurgencia y  Subverta, así como los colectivos regionales. Pero el equilibrio era ineludible.

(a) La ubicación en la denuncia del golpe de impeachment desde 2016, denunciando a Sergio Moro y la operación reaccionaria de criminalización de la dirigencia del PT, en oposición a una neutralidad «técnica» frente al LavaJato;

(b) la ubicación en la campaña de Lula Livre, preservando la independencia del PSol y la defensa de su valoración crítica de los errores de los gobiernos del PT, frente a la indiferencia ante la detención de Lula;

(c) la iniciativa de la Alianza con el MTST y la Apib y el lanzamiento de la candidatura de Boulos/Sonia Guajajara, que impulsó la duplicación de la bancada de diputados federales, frente al lanzamiento de una candidatura de un intelectual de izquierdas

(d) la defensa de la denuncia de Bolsonaro como enemigo político central en la primera vuelta de la campaña electoral de 2018; el impulso a la movilización articulada por los movimientos feministas por el #elenão y la campaña de Viravoto en la segunda vuelta.

(e) la línea de la campaña de las elecciones municipales de 2020, centrada en la lucha por sacar a la ultraderecha de la segunda vuelta, lugar clave para la victoria electoral en Belém y llevar la campaña de Boulos/Erundina a la segunda vuelta en São Paulo, además de la elección de mujeres, concejales negros y trans, y luchadores sociales populares.

(f) la iniciativa de la campaña Fuera Bolsonaro y la constitución de un Frente Único de movimientos sindicales y populares, de mujeres y negros, estudiantiles y ambientales, con partidos de izquierda para organizar la resistencia. La iniciativa de defender el regreso a las calles, en medio de la pandemia, primero con los aficionados organizados, en 2020, y luego en 2021, apoyando la convocatoria de la Coalición Negra por los Derechos el 13 de mayo, allanando el camino para los Actos masivos, a partir del 29 de mayo. La iniciativa parlamentaria de organizar una petición de destitución unificada con los partidos de izquierda en la Cámara de Diputados.

5 – El que no sabe contra quién lucha no puede ganar

Tenemos un enemigo. Bolsonaro es un neofascista y estará dispuesto a hacer cualquier cosa para mantenerse en el poder, más aún cuando se siente acosado por el peligro de ser investigado e ir a juicio. Hay una disputa en la izquierda por la influencia entre el PSol y el PT, y es legítima. Pero tiene lugar en un nivel completamente diferente. Además, el tiempo tiene la misma importancia en la política que en la vida. Cada día tiene su propia agonía. Los tiempos se aceleran en determinadas circunstancias. Una táctica política debe responder siempre a coyunturas, no a posibles situaciones futuras, y mucho menos a proyecciones de encuestas electorales con un año de antelación. La anticipación del lugar del PSol como oposición de izquierda a un posible futuro gobierno de Lula no puede ser nuestra preocupación «número uno». Derrotar a Bolsonaro, sí. ¿No era Lula el favorito frente a FHC en 1994 hasta seis meses antes de las elecciones y no fue, implacablemente, derrotado en la primera vuelta? Reflexionemos sobre las consecuencias irreparables que tuvo esta derrota. ¿Quién puede predecir hoy cuál será la fuerza de Bolsonaro en 2022? Quién piensa que el PSol puede presentar alegremente su propio candidato, y hacer campaña durante un año, en la línea de «ni Bolsonaro ni Lula», y luego, ante el peligro del abismo, dar un giro en la víspera de las elecciones y retirar la candidatura, ha considerado seriamente que esa jugada no es posible? ¿No es el argumento de que Lula no necesita al PSol para derrotar a Bolsonaro en la primera vuelta, pero admite el apoyo en la segunda, sin tener en cuenta innumerables imponderables? Al definir que el PSol debía abogar por la constitución de una mesa de izquierdas para discutir un programa común y definir un arco de alianzas para la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el Congreso del PSol no decidió autorizar las negociaciones para una posible participación en un gobierno del PT. Lo que será un gobierno del PT, si Lula gana las elecciones, no fue un tema en el Congreso del PSol. Pero responsablemente, el Congreso votó, de forma preventiva, una resolución que establece los criterios que preservan la independencia de clase. El peligro que nos amenaza no es sucumbir ante el PT. El nombre del peligro es Bolsonaro.

* Valerio Arcary, historiador, militante de la corriente Resistencia/Psol, columnista de Esquerda Online.