Uruguay – Una aguja en un pajar. Desaparecidos: siete años después la tierra volvió a hablar. [Mauricio Pérez/Samuel Blixen]

La pala de la retroexcavadora se clavó en la tierra. Como miles de veces antes. Pero esta vez, además de tierra, la pala dejó entrever rastros de cal sobre la pared de la trinchera. Un rastro más intenso que lo normal. Un rastro que debía analizarse, por lo que se inició el trabajo manual para abrir el cuadrante contiguo. El reloj marcaba el mediodía del martes 27 de agosto. Horas después, el Grupo de Investigación de Arqueología Forense (Giaf) confirmó que ese rastro de cal representaba lo que presumían: allí había restos humanos...