El sorpresivo pasaje a segunda vuelta de un candidato progresista tiene en alarma a las elites guatemaltecas, que permanecen aferradas a un antiguo sistema de dominación racial y de clase y a su vieja retórica anticomunista.
El sorpresivo pasaje a segunda vuelta de un candidato progresista tiene en alarma a las elites guatemaltecas, que permanecen aferradas a un antiguo sistema de dominación racial y de clase y a su vieja retórica anticomunista.