La energía social no se evapora. Suele transmutarse y convertirse en algo diferente a lo que supo ser. Tras dos décadas, el movimiento piquetero ha mutado en una infinidad de iniciativas: centros sociales y culturales, espacios educativos y de formación, empresas recuperadas y emprendimientos productivos. Una parte de los que siguen siendo pobres, uno de cada tres argentinos, engrosa la llamada economía popular...