Desde 1905 el movimiento obrero alemán venía debatiendo la cuestión de la huelga de masas activa, a raíz de la revolución rusa de 1905. El escrito de Rosa Luxemburg “Huelga de masas, partido y sindicatos” es su expresión más clara. En aquel entonces, ni siquiera Eduard Bernstein se oponía, sino que la concebía como “medio de defensa” frente a “un ataque brutal”...